Los médicos de familia lanzan la voz de alarma. En los últimos meses están viendo en sus consultas cómo se disparan los problemas relacionados con el mal uso de los medicamentos, principalmente por intoxicación o porque los pacientes se toman menos dosis de la indicada por el facultativo.

Un problema que afecta fundamentalmente a personas mayores con enfermedades crónicas y que de manera indirecta está relacionado con la crisis del coronavirus. «Con la pandemia muchos de los cambios de medicamentos se hacen a través del teléfono. La nueva medicación se carga directamente en la tarjeta y el paciente la retira en la farmacia, pero no tiene la hoja en la que se le indica la posología, es decir cuántas dosis de medicación tomar y cuando», explica María Ángeles Medina, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria.

Una información por escrito que para las personas mayores es esencial, ya que la pueden consultar cada vez que se les olvida lo hablado con su médico. Sin esa hoja, los errores están aumentando y de paso también las consultas burocráticas en los centros de salud. «Muchos pacientes nos tienen que llamar varias veces para que les repitamos la información», explica Medina.

La representante de los médicos de familia en la Comunidad Valenciana alerta de la gravedad del problema y recuerda que la falta de adherencia al tratamiento farmacológico está detrás del 40% de los ingresos que cada año se producen en los servicios de Urgencias.

La Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria cree que esta situación supone una pérdida en la autonomía del enfermo y una sobrecarga del sistema sanitario. «El paciente no tiene ninguna visión de conjunto, desconoce la posología exacta o la duración de sus tratamientos. Tampoco sabe a partir de cuándo debe solicitar a su médico la revisión o prolongación de los tratamientos», señala la Svmfyc en un documento de posicionamiento sobre este problema. Actualmente todo depende de la información que le quiera o pueda suministrar el farmacéutico o consultando de forma repetida a su médico ante la mínima duda, «lo cual además sobrecarga innecesariamente al sistema sanitario», añade la entidad.

Los médicos de familia ya han planteado a la Conselleria de Sanidad algunas soluciones que, a su juicio, pueden acabar con este problema. «Hemos pedido que las prescripciones se carguen en la app GVA+Salut para que los pacientes las impriman o las lean directamente en el móvil» ellos o sus familiares, señalan desde la sociedad que representa a los médicos de familia.

Las alternativas que se están adoptando no están resultando válidas, a juicio de la Svmfyc. «No tiene ningún sentido que tras la consulta no presencial se imprima la receta y se le envíe al paciente por vía telemática, porque sobrecarga al médico o al personal administrativo».

En otras ocasiones se indica al enfermo que acuda a recoger las recetas al mostrador o a la sala de triaje, «con el consiguiente aumento de la colas a la puerta del centro y del malestar de la población».

Otros errores

Los médicos de familia también han detectado que se están produciendo errores a la hora de que se puedan retirar las medicinas de la farmacia sin que el enfermo tenga que estar pendiente del calendario. «Son numerosos los pacientes que no ven autorizada su medicación crónica pese a que su intervalo de autorización no ha caducado y no disponen en este periodo de fecha de próxima receta», señala la entidad en su informe de posicionamiento.

Por último, los médicos de familia reclaman a Sanidad que desarrolle una campaña informativa dirigida a la población para que se generalice el uso de la app GVA+Salut y que haya una mejora en la comunicación con la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios.

El Foro de Atención Primaria, contra los test rápidos de las farmacias

El Foro de Médicos de Atención Primaria de la Comunidad Valenciana ha mostrado su oposición al uso de los tests rápidos de anticuerpos que recientemente se han comenzado a vender en las oficinas de farmacia. El FOMAP-CV considera que el uso de estos test «no es una medida adecuada para el manejo actual de la pandemia debido a su baja rentabilidad diagnóstica y a su escasa utilidad para el diagnóstico de infección activa». Según añade esta entidad, en caso de que fuese necesario «existen pruebas más rentables para el estudio inmunitario (ELISA) que se podrán solicitar siguiendo siempre los criterios médicos». El uso de los test de anticuerpos por parte de la población, añade el foro profesional, «solamente responde a la curiosidad sobre si se ha pasado o no la enfermedad, con el elevado riesgo de malinterpretación de sus resultados, falsa sensación de seguridad y la consiguiente sobrecarga asistencial para solicitar una adecuada interpretación o corroboración de resultados». Piden además a la Conselleria de Sanidad que elabore un documento para todo el personal médico «en el cual quede claro el posicionamiento en contra del uso de estos test por parte de la conselleria». De esta forma «se podrá contar con el respaldo de las instituciones sanitarias ante esta situación que nos parece totalmente fuera de lugar y que puede generar todavía más confusión a la población».