Las noticias falsas hacen referencia a ese conjunto de contenidos que provocan un peligroso círculo de desinformación. Popularizadas en la actualidad como «Fake News», las noticias engañosas, los bulos o las medias verdades han existido desde siempre y la sociedad ha convivido con ellas.

Sin embargo, la llegada de Internet y la emergencia de las nuevas tecnologías de comunicación e información han hecho que este tipo de desinformaciones tengan una difusión sin límites que va desde el ámbito más local hasta el plano internacional. El resultado: el contenido engañoso puede llegar a manipular lo que las personas piensan e influir en su forma de actuar, derivando incluso en problemas sanitarios cuando se tratan de bulos relacionados con la salud.

Sobre cómo luchar contra esta desinformación y acerca de cómo la tecnología puede ayudar en esta titánica labor, el periódico INFORMACIÓN y el Centro de Inteligencia Digital (CENID) han organizado el encuentro titulado «Fact checking: herramientas de lucha contra las noticias falsas» con la participación de Carlos Hernández-Echevarría, Public Policy & Institutional Development Coordinator de Maldita.es; Cande Sánchez Olmos, investigadora del área de Comunicación y Psicología Social de CENID; y Patricio Martínez Barco, responsable del grupo de trabajo de Fake News de CENID.

Fact Checking: Herramientas de lucha contra las noticias falsas

Fact Checking: Herramientas de lucha contra las noticias falsas

El primero en tomar la palabra fue el representante de Maldita.es, medio de comunicación independiente y sin ánimo de lucro para luchar contra la desinformación, al explicar que el trabajo que realizan consiste en «monitorizar el discurso público, verificarlo y luchar contra la desinformación a través de la alfabetización mediática aprovechándose de las herramientas tecnológicas». Asimismo, enfatizó que el fin último es lograr «que la sociedad sea menos crédula y que esté capacitada para leer información y poder detectar la que ‘huela raro’ y pueda ser una noticia falsa».

«La desinformación siempre ha existido, pero hay cosas que han cambiado. Vivimos en una época de pérdida de credibilidad generalizada: de los medios de comunicación, en particular, pero también de la ciencia, los políticos, del discurso de las personas de prestigio... Ha habido una democratización de la información pero también una democratización de la desinformación y hay gente sin preparación alguna que tiene grandes audiencias que se aprovechan de los nuevos patrones de consumo», señaló Carlos Hernández-Echevarría.

Unos cambios en los hábitos de consumo que han eliminado algunos filtros que, en opinión del experto, hace años avisaban al lector de que podría estar frente a una noticia falsa. «Hemos perdido lo que llamamos el ancla porque antes el lector tenía un formato y un diseño que contextualizaba la información. Ahora no lo tenemos y las webs son todas muy similares y no hay diferencias. El formato no nos avisa de que estamos ante un posible engaño. Lo mismo sucede con otros canales y formatos como son el de una captura de pantalla, un vídeo o un audio que nos llega por Whatsapp,... Ha desaparecido el ancla en una época en la que mucha gente opina que los contenidos que recibe por estos canales son tan fiables como los de la prensa», lamentó.

Un instante del encuentro sobre «Fake News».

Cómo verificar la información

Ante tal magnitud de canales de información y de noticias, ¿cómo se puede verificar la información? Para llevar a cabo este proceso, Carlos Hernández-Echevarría explicó el método de trabajo de Maldita.es.

Así, señaló que para ellos es fundamental su comunidad de usuarios, más de 40.000 registrados, que les ayuda a detectar, desmentir y difundir información. Y desveló que para investigar una información se fijan en si es viral, es peligrosa y si es verificable.

«Una gran parte de nuestro trabajo es el periodismo de toda la vida a pesar de que utilizamos herramientas tecnológicas. Y la decisión final siempre se toma cuando cuatro de los ocho editores deciden que la noticia se puede publicar. Además, si uno solo de los editores duda sobre una de las fuentes no se publica. Somos garantistas porque nuestro principal valor es la credibilidad», explicó.

En la labor de detección de bulos y noticias falsas, la tecnología juega un papel muy importante en la fase inicial, ya que cuentan con un sistema de Inteligencia Artificial que le permite estudiar de forma automatizada los miles de mensajes que le llegan a través de un chatbot y responder a los usuarios que plantean sus dudas. Asimismo, las herramientas tecnológicas también les posibilitan analizar inmensas bases de datos que, en caso de hacerlo de forma manual, requerirían un enorme gasto de horas en un momento donde el periodismo tiene menos recursos. «La tecnología es muy importante. Nos libera de tiempo, pero nunca podrá sustituir la labor de un periodista ni el buen juicio de un usuario concienciado».

Cande Sánchez Olmos, investigadora del área de Comunicación y Psicología Social del proyecto CENID, coincidió con su compañero de mesa en este punto al indicar que una de las conclusiones más importantes que han logrado en el estudio realizado en Alicante es que «cuando contamos con herramientas tecnológicas podemos tener más información de impacto y con más detalle, cómo son los días en los que los bulos han estado activos, algo que hacerlo de manera manual costaría mucho». Por ello, consideró que «hay que trabajar los bulos tanto de manera manual como informatizada. La tecnología debe servir para asistir a los profesionales y lograr tener unos resultados más completos».

También relacionado con el uso de la tecnología y la importancia para detectar «Fake News», Patricio Martínez explicó que el objetivo del CENID es «crear una plataforma que aúne todas las herramientas tecnológicas que permitan trabajar en la fases de monitorización, pero también en la de verificación, en la de generación del desmentidosy en la difusión adecuada del mismo». En la actualidad, el proyecto está centrado en la provincia de Alicante y administraciones públicas, aunque previó que puede extenderse al resto de municipios, provincias y regiones de España, ya que los bulos locales son un peligro y no suelen llegar a medios nacionales que los desmientan.

«Hemos elaborado una serie de recomendaciones, protocolos y requisitos, tanto tecnológicos como humanos, después de estudiar 20 municipios para que cualquiera pueda hacer frente a esa desinformación en un entorno local. Ahora vamos a empezar a implantar Inteligencia Artificial para asistir a un municipio y sacar conclusiones sobre las herramientas implementadas. Nuestro objetivo es llevarlo a otros municipios, pudiendo incluso convertirse en un ecosistema que pueda beneficiar a empresas, señaló el responsable del grupo de trabajo de «Fake News» de CENID.

Un instante del encuentro sobre «Fake News».

Al igual que los otros dos participantes en la jornada incidió en la importancia de la tecnología, sobre todo, en la parte inicial. «Tenemos datos que nos dicen que la ‘máquina’ es capaz de detectar, hasta en un 80% de los casos, si una noticia puede ser falsa o engañosa por la forma en la que está expresada, sin entrar en el contenido», alabó, al tiempo que destacó que la decisión final siempre tiene que tomarla un humano «porque la inteligencia artificial, como la humana, llega hasta donde llega. El que tiene que arriesgarse es la persona que es quien tiene la responsabilidad y nunca la máquina».

Los encuentros digitales de CENID, iniciativa de la Diputación de Alicante, la Universidad de Alicante (UA) y la Universidad Miguel Hernández (UMH), son un punto de debate y reflexión para transmitir a la sociedad las experiencias y posibilidades que ofrece la tecnología y la transformación digital sin tecnicismos.

Los bulos en el ámbito local

Cande Sánchez Olmos, investigadora del área de comunicación y psicología social del proyecto CENID, distinguió entre los errores que pueden suceder en el periodismo y las informaciones engañosas emitidas de forma intencionada. Y, sobre este punto, señaló que «de los 20 bulos estudiados hay 18 que han sido creados con esa voluntad de engañar y que afectan a un área local, lo que puede ser igual de dañino que uno de ámbito nacional o internacional».

«El bulo local tiene las mismas características que el de ámbito nacional, por lo que hay que prestar la misma atención porque el peligro y el daño se puede replicar a una gran velocidad. Hemos visto casos en los que una noticia falsa que aparece en el norte de España después es replicada en el sur», detalló, al tiempo que recalcó que las «Fake News» locales «no son informaciones disparatadas o fantasiosas sino consistentes, que pueden confundir y creadas con la voluntad de engañar».

Además, incidió en el peligro que puede suponer para la salud según la temática del bulo y recordó que «la mayoría de los casos que hemos estudiado han tenido que ver con la Covid-19 o cuestiones colaterales de la pandemia». En lo que se refiere a los desmentidos, la investigadora esgrimió que «fundamentalmente son las propias fuentes afectadas quienes los desmienten y que los medios de comunicación locales asisten al perjudicado dando voz. Sin embargo, reconoció que no todos los desmentidos llegan a los «fact checkers» y queda mucho por desmentir. «Del mismo modo que la prensa local está extendida en España, la verificación de noticias no lo es tanto en el ámbito local, por lo que hace falta trabajar mucho en la fase de crear protocolos de trabajo y de verificación».

Similar opinión mostró el representante de Maldita.es al hablar sobre la situación local y sobre el periodismo al indicar que, además, el ámbito más cercano tiene una serie de ventajas como que el público es próximo y, por tanto, tiene más posibilidades de desmentir una información «con sólo bajar a la calle y hacer una foto». «Hay posibilidades de verificación y de periodismo de datos muy importantes en la prensa local y es una necesidad como servicio público», apuntó, a la vez que reconoció las limitaciones que existen para que una empresa local haga este trabajo y sea viable.