Pesan al paciente, lo mueven lateralmente y facilitan que se le pueda hacer una radiografía sin moverlo. Son algunas de las funciones que hacen las nuevas camas adquiridas por el Hospital General de Alicante para enfermos de coronavirus que están en una situación crítica. Enfermos que llegan a pasar meses encamados, por lo que estas camas reducen algunos de los daños que a nivel físico sufren con unos ingresos tan prolongados. También facilitan el trabajo al personal que atiende a estos enfermos, por lo que se disminuye el riesgo de que haya un contagio.

Entre sus funciones, estas camas pueden programar cambios posturales y mover lateralmente al enfermo. «En pacientes con coronavirus, estos cambios de postura son muy importantes, porque los bronquios se obstruyen y se cierra parte del pulmón», explica Francisco Jaime, jefe del Servicio de Medicina Intensiva en el centro sanitario. Normalmente estos cambios posturales se hacen por parte de varios trabajadores del servicio, «por lo que ahora se facilita mucho el trabajo». Estas camas también pesan y hace un balance de líquidos del enfermo, algo esencial a la hora de aplicar los tratamientos. «Hasta ahora lo calculábamos todo a mano en unas gráficas, anotando los líquidos que ingiere el paciente a través del suero, la nutrición o la medicación y los que pierde, por ejemplo con la orina o los vómitos e incluso con la sudoración», señala Jaime. Estos cálculos, que ahora puede hacer la cama, tienen que ser lo más precisos posible «porque en función de los mismos se programan los tratamientos».

La cama se puede poner en posición de silla para movilizar al enfermo. | HÉCTOR FUENTES

Las nuevas camas también, cuentan con un colchón integrado de aire que reduce la presión y minimiza el riesgo de úlceras por presión. Además, son lechos que facilitan la realización de pruebas de imagen por rayos X, ya que el respaldo es radiotransparente. También es más sencillo actuar ante una parada cardiaca, ya que los colchones se deshinchan automáticamente para aplicar las descargas y antes había que colocar una tabla para evitar que el paciente se moviera en exceso con las compresiones.

El Hospital General de Alicante ha invertido 551.207 euros en este mobiliario, que ha permitido ampliar las camas destinadas a pacientes críticos. El centro ha solicitado esta compra por la tramitación de emergencia, «con el objeto de actuar de manera inmediata y estar convenientemente preparado durante la emergencia sanitaria», señalan desde el centro. Estas 41 camas han sido instaladas en los Servicios de Medicina Intensiva y Anestesiología y Reanimación. El centro dispone en estos momentos de 62 puestos para pacientes críticos, una capacidad que es ampliable. En este sentido, señalan desde el hospital, «esta adquisición permite contar con una reserva de camas para atender futuras demandas en pacientes críticos».

«Desde la primera oleada de la covid habilitamos nuevas áreas para pacientes en estado crítico, con el fin de reforzar la UCI y Reanimación, tales como los Quirófanos Infantiles o la CIME (que dejó de ser Unidad de Cuidados Intermedios, para convertirse en área de críticos); una ampliación de espacios destinados a pacientes graves que ha requerido contar con un mayor número de camas», señala el jefe del Servicio de Anestesiología y Reanimación, Luis Gómez.

Menos riesgo de contagios para el personal

El manejo de enfermos de coronavirus no es sencillo para el personal, que debe equiparse con trajes de protección cada vez que se acerca a un enfermo para cualquier maniobra o comprobación, por eso, estas nuevas camas «suponen una ventaja añadida en el caso de los pacientes covid, porque minimiza los riesgos y evita contactos y manipulaciones innecesarios, además de aportar una mayor confortabilidad al paciente durante su estancia», señala la adjunta de Enfermería de Recursos Materiales, Virginia Alemañ.