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Coordinador de Ecologistas en Acción.

Carlos Arribas Ugarte: «Una vez se genera un residuo ya hay un problema. Hay que prevenir»

Arribas lleva militando en el movimiento ecologista más de 30 años y desde 2018 forma parte de la estructura de coordinación de la Confederación Ecologistas en Acción.

Carlos Arribas Ugarte, de Ecologistas en Acción.

La Asociación Controversia entregó ayer el premio «Profeta en su tierra 2020» a Carlos Arribas Ugarte por ser durante años protagonista de la lucha ecologista en la provincia de Alicante. La entidad destaca su amplia formación en la materia y su participación de forma activa en la defensa del medio ambiente del territorio con «constancia y desaliento a pesar de la dureza en las que ha tenido que moverse». Por todo ello, «queremos reconocer el trabajo honrado, fundamentado y constante de una persona que durante 30 años estuvo a la vanguardia de este movimiento».

¿Cómo se siente tras recibir este reconocimiento?

Pues la verdad es que me siento un poco abrumado, porque no me lo esperaba. Estoy muy agradecido a la Asociación Controversia por haber pensado en mí para otorgar el premio «Profeta en su tierra 2020».

Como coordinador de Residuos de Ecologistas en Acción, ¿cómo ve la generación de residuos sólidos en la provincia de Alicante y su posterior tratamiento?

Es una situación que, sin duda, deberíamos mejorar. Somos especialistas en verter residuos, pero no en reciclar, y el problema es que cuando se genera un residuo ya hay un fracaso de inicio. Es en el campo de prevención donde hay que poner los puntos sobre las íes, donde hay que dedicar más esfuerzos, porque una vez que se genera el residuo ya hay un problema, y es que hay que tratarlo y trasladarlo. Es entonces cuando es importante que se produzca un tratamiento correcto para evitar que acabe en vertederos.

¿Qué cantidad de residuos generados se trasladan a vertederos en la provincia?

Ahora estamos llevando más del 60% de los residuos que generamos. Es una cifra muy elevada que tenemos que conseguir reducir. Hay que tener en cuenta que en 2035 solo podremos llevar a vertederos el 10% del total de residuos generados. Sin duda queda mucho trabajo por hacer en este campo.

La contaminación atmosférica es otro tema preocupante. Durante el confinamiento se redujo de forma considerable. ¿Cómo cree que se podría mantener esta situación?

Desde el inicio de la pandemia se han creado nuevos modelos sostenibles, se han incentivado las peatonalizaciones de calles y el uso de bicicletas, patinetes y otros vehículos eléctricos, por ejemplo. Pero cuando llegue la vuelta a la normalidad existe el peligro de volver a las andadas.

¿Cree que los niveles de contaminación volverán a los de antes de la pandemia?

Bueno, yo soy optimista, y quiero serlo, y pienso que la gente ha visto que se pueden hacer muchas cosas andando. Durante este tiempo también, por ejemplo, se ha incentivado mucho las compras en el comercio de proximidad, eso evita desplazamientos... Creo que algo de aprendizaje quedará, y que eso servirá para afrontar la nueva etapa que llegue tras la pandemia.

¿Qué otras medidas destaca para disminuir la contaminación atmosférica?

También se está promocionando la electrificación del transporte. Pero nos queda la asignatura pendiente del transporte de mercancías. En España no se promociona mucho el transporte por ferrocarril, por ejemplo.

¿Se puede decir que llevamos retraso en este tema?

Sí. En cuanto a emisiones por transporte de mercancías llevamos mucho retraso. Nos queda mucho trabajo por hacer para mejorar la situación actual.

Anteayer se puso en marcha la desaladora de Mutxamel. ¿Cómo lo ve? ¿Podría beneficiar a la agricultura?

La desaladora para la agricultura económicamente es bastante gravosa, pero la desalación puede servir sobre todo para uso urbano. De esta forma reducimos la presión en los acuíferos y dejamos más recursos para la agricultura. Es decir, si se disminuye la presión de los acuíferos favorecemos que la agricultura pueda utilizar estos recursos. Entonces podemos decir que, en este caso, la desaladora de Mutxamel no beneficia de forma directa a la agricultura, pero sí lo hace indirectamente.

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