Un informe del Síndic de Greuges ha certificado que los terrenos colindantes con el Barranco de las Ovejas en el barrio de San Gabriel deben ser declarados como contaminados y, por lo tanto, se debe estudiar su limpieza a cargo de la Conselleria de Transición Ecológica. Se pone así fin a un contencioso administrativo que la Asociación de Vecinos Gran Vía Sur inició en 2017, cuando en la zona comenzaron a aparecer restos de tierra enterrada debido al efecto de la lluvias. El Síndic recomienda a la Generalitat que los declare contaminados e inicie los informes oportunos. La queja de la Asociación de Vecinos Gran Vía Sur se presentó el 8 de octubre.

En cuanto al origen de la tierra, se confirman dos fuentes: el dragado del Barranco de las Ovejas y los vertidos de la fábrica de productos químicos La Cross, que funcionó en San Gabriel durante casi 70 años en el siglo XX vertiendo todo tipo de residuos sin control. En los años 8o y 90 hubo limpiezas de la zona y, en teoría, todo quedó descontaminado, pero sigue habiendo restos en una superficie de unos 6.000 m², en la que, según el informe, también hay restos de tierra contaminada cuando se dragó el cauce del Barranco de las Ovejas.

Imagen de las tierras que salieron a la luz en 2017. | A.SANSÓ

Muchas urbanizaciones se construyeron encima de las escombreras e, incluso, también se edificó parte de un instituto que está sobre los terrenos. Una zona especialmente castigada y que volvió a la actualidad en la primavera de 2013 con la polémica retirada de lodos en el dragado del Barranco de las Ovejas. Parte de los mismos llegaron a verterse para que se secaran en los solares sin urbanizar.

En teoría, todos los suelos contaminados debían haberse llevado a una planta de Cartagena en 1998, pero no todos se retiraron de la zona. La historia de la limpieza de los suelos de La Cross se remonta a diciembre de 1998 cuando la Generalitat comenzó a limpiar los 35.000 metros cúbicos de tierra contaminada por los vertidos de la antigua factoría, que vertió allí sus residuos hasta su cierre en 1975. Una parte de los mismos estaba, incluso, debajo de uno de los patios de instituto, que hubo de ser desalojado durante tres meses.

El proyecto de eliminación de los residuos constaba de dos fases y estaba valorado en 370 millones de las antiguas pesetas (2,2 millones de euros). Primero, el traslado a Cartagena del material tóxico y, segundo, el encapsulamiento del Barranco de las Ovejas.

El IES Mare Nostrum funciona desde el curso 1988-89 en los terrenos donde a principios del siglo XX abrió la fábrica de fertilizantes La Cross. Durante años y sin ningún tipo de control se vertieron en la zona metales pesados que contaminaron unos terrenos sobre los que hoy hay urbanizaciones y hasta cinco centros escolares. En 1998 se retiraron en concreto 5.500 m3 de material tóxico del entorno del Mare Nostrum. ¿Se retiró todo? Esa es la pregunta que se hacen los vecinos del entorno del Barranco de las Ovejas, que en 2017 presentaron una queja al Síndic, que termina un «tirón de orejas» al Consell.

Desde el Servicio de Residuos de la Dirección General de Calidad y Educación Ambiental se realizó una visita a la zona afectada el 12 de noviembre de 2019, observando las siguientes circunstancias: La zona donde se sitúa el depósito encapsulado entre la calle Panamá y el Barranco de las Ovejas ocupa una superficie de unos 6.000 m2. El depósito presenta una pendiente hacia el Barranco de la Ovejas y está limitado al sur por el muro de hormigón de encauzamiento del barranco. Se observaron cárcavas y estructura de erosión superficial, producidas por la falta de estructuras de drenaje de la escorrentía superficial. La erosión había puesto al descubierto la lámina de polietileno del encapsulamiento. No se observaron daños o deterioro de estas láminas expuestas, por lo que no se aprecia riesgo para el medio ambiente, pero no existía vallado perimetral continuo entre este depósito y la calle Panamá.