Un daño colateral derivado del coronavirus. Los neumólogos están detectando en los últimos meses más casos de embolias pulmonares debido a un mayor sedentarismo de las personas mayores. La voz de alarma la lanza Eusebi Chiner, jefe de Neumología en el Hospital de Sant Joan. En este centro sanitario, según estima Chiner, se están atendiendo el doble de embolias que el año pasado, unas 20 mensuales.

Se trata de casos que pueden llegar a ser mortales y que afectan a pacientes no covid. La trombosis pulmonar se produce cuando un coágulo se forma en las venas de los miembros inferiores y migra hasta la arteria pulmonar obstruyéndola, lo que puede ocasionar la muerte. Entre las causas, según destaca la Fundación española del Corazón, destaca el mayor reposo en cama, por ejemplo por fracturas o por una operación, o la menor movilidad. Con el confinamiento, y después durante la segunda ola de la pandemia, los mayores están llevando una vida mucho más sedentaria, lo que está detrás de este aumento de casos de embolias. «Son pacientes que se mueven mucho menos que antes de la pandemia o que directamente no salen a la calle por miedo a contagiarse», explica Chiner.

En el servicio de Neumología del Hospital de Sant Joan también están detectando más casos de ancianos que toman muchos medicamentos y que están sufriendo descompensaciones de sus enfermedades debido a un peor control de la medicación. «Son casos más ligados al desarraigo social que a la propia enfermedad. Pacientes en los que vemos que no hay nadie que los controle y que a lo mejor toman 10 ó 12 medicamentos».

Los médicos de familia también han visto cómo en los últimos meses se están disparando, entre sus pacientes de más edad, los problemas relacionados con el mal uso de los medicamentos, principalmente por intoxicación o porque los enfermos se toman menos dosis de la indicada por el facultativo.

Un problema también relacionado manera indirecta con la crisis del coronavirus. «Con la pandemia muchos de los cambios de medicamentos se hacen a través del teléfono. La nueva medicación se carga directamente en la tarjeta y el paciente la retira en la farmacia, pero no tiene la hoja en la que se le indica la posología, es decir cuántas dosis de medicación tomar y cuándo», explica María Ángeles Medina, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria. Los médicos han pedido que estas indicaciones se puedan cargar también en la tarjeta sanitaria.

Más sobrepeso, piernas como botas y colesterol por las nubes

Los médicos de familia determinan más contratiempos derivados de la falta de ejercicio

El mayor sedentarismo al que se han habituado las personas mayores debido a la pandemia de coronavirus no sólo está pasándoles factura en forma de problemas pulmonares graves. Lo saben bien los médicos de familia, que a diario comprueban los efectos que está teniendo esta falta de actividad en la salud de sus pacientes más mayores. «Estamos viendo muchos pacientes ancianos descompensados de sus enfermedades, con piernas como botas, colesteroles por las nubes y muchos kilos de más fruto de no moverse lo suficiente», advierte María Ángeles Medina, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina de Familia. Y es que la pandemia está tirando por tierra la labor de prevención que durante años se ha hecho en los centros de salud para tratar de que los ancianos tengan una vida activa y así reduzcan el consumo de medicamentos y mejore su estado de ánimo. Actualmente, el 42% de la población española padece al menos una enfermedad crónica. En el caso de los mayor de 65 años, y fruto del envejecimiento poblacional, el porcentaje se incrementa hasta el 70%, segmento que alcanza hasta cuatro enfermedades de esta tipología por persona. Las patologías crónicas más frecuentes son la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia y el dolor lumbar y cervical. En lo peor de la pandemia, se vieron además interrumpidas la mayor parte de las consultas en los centros de salud, lo que afectó fundamentalmente al seguimiento de estos pacientes.