Para evitar aglomeraciones, pero mantener viva la llama de la ilusión de los más pequeños, la provincia buscó fórmulas a las tradicionales Cabalgatas de Reyes para que sus Majestades pudieran saludar a los niños, pero con todas las medidas de seguridad. Cada 5 de enero, todas las miradas apuntan hacia Alcoy. Este año, también, aunque con otros ojos. La delicada situación que se vive en la localidad por la crisis sanitaria hizo que se vivan unos Reyes Magos muy diferentes a lo habitual, sin el habitual bullicio de las calles del centro y sin la característica imagen de los pajes subiendo a los balcones para entregar los juguetes. La cabalgata más antigua de España se suspendió y tan sólo se realizó la Adoración a los Sus Majestades, a las once y cuarto de la noche en una desangelada plaza de España. No se optó siquiera por la solución adoptada en otras localidades de la zona, como Ibi, Cocentaina y Castalla, donde los Reyes Magos recorrieron todo el casco urbano sin apenas detenerse a saludar por seguridad.
En Alicante se organizaron siete cabalgatas estáticas por toda la ciudad, en las que los Reyes Magos recibieron a los menores. En Elche, la visita «controlada» a los Reyes Magos al aire libre, en el Hort de Baix del Parque Municipal, sustituyó a la tradicional Cabalgata. Al mismo tiempo, se vivió la tradición ilicitana de quemar «les atxes». En Benidorm, los Reyes Magos recibieron a los más pequeños en el auditorio Julio Iglesias del Parque de l’Aigüera, junto al Campamento.
En Orihuela, ni los Reyes Magos se libraron de las medidas de seguridad por el covid. Durante todo el día, sus Majestades recibieron a los pequeños en la Glorieta Gabriel Miró.
En la Vega Baja, Dolores sí mantuvo la tradicional cabalgata, pero con restricciones. Por su parte, el Campamento Real de Torrevieja recibió más de 6.000 visitas desde el pasado sábado en el que se abrió como alternativa este año la Cabalgata de Reyes.
Los pequeños de Elda tuvieron Cabalgata pero sí pudieron ver la tradicional Bajada de Antorchas desde la cima del Bolón. Este año la participación se ha reducido a 150 por motivos de seguridad. En Monóvar, Melchor, Gaspar y Baltasar recorrieron el casco urbano y sus pedanías montados en coches descapotables para trasmitir la ilusión y la magia a los pequeños.
