Las rebajas de invierno irrumpen en un momento crítico de la pandemia en la Comunidad Valenciana, con un incremento preocupante de los contagios y con los hospitales lidiando para evitar una nueva saturación del sistema sanitario. Esa situación ha obligado a las autoridades, tanto autonómicas (Generalitat como locales (ayuntamientos como el de Alicante), a aumentar las restricciones para intentar controlar la pandemia. Entre esas nuevas medidas se encuentra la reducción de los aforos de los comercios (al 30%), así como de los aparcamientos para los clientes. Por su parte, el nuevo toque de queda, decretado a partir de las 22 horas, ha forzado a las grandes superficies a adelantar el horario de cierre, entre las 21 (El Corte Inglés) y las 21.30 horas.

El pequeño comercio, por su parte, también estudia cambiar su hora de bajada de la persiana en el arranque de las rebajas, pero en su caso por las consecuencias del cierre de la hostelería a las 17 horas. «Esa decisión tampoco nos ayuda nada, porque somos dos sectores que vamos de la mano. La hora de cierre del pequeño comercio será algo individual, que se irá ajustando en función de la zona. Habrá gente incluso que le compense abrir sólo por la mañana», señaló el presidente de «Corazón de Alicante», Vicente Armengol. En la misma línea se mostró el presidente de la asociación alicantina «Más que Centro», Juan Utrera: «Las restricciones a la hostelería nos van a afectar muchísimo. Habrá muchos comercios vamos a cerrar antes. ¡Para qué estar abiertos hasta las 20.30 horas! Con estar hasta las 19 horas me parece suficiente al reducirse mucho el ambiente en las calles».

En este contexto llegan las rebajas de invierno de 2021, rodeadas de incertidumbre, que empiezan con promociones especialmente agresivas para intentar compensar la reducción de ventas esperada por la pandemia. «Son descafeinadas, raras. La gente está asustada, y eso lo notamos. Hoy [por ayer] tendría que haber sido un buen día, porque al llover la gente acude más a los centros comerciales, y no ha sido así», explicaba el gerente de Gran Vía, Javier Montejano, para el que la situación debe mejorar de cara a este fin de semana, que coincide con el último domingo de apertura: «Hemos reforzado el personal, y también el que se encargará de controlar el aforo. La seguridad es vital para nosotros». El gerente de Gran Vía admite que existe temor en el comercio ante la amenaza de un posible cierro de las actividades no esenciales: «Espero que no se llegue a ese punto».

El comercio confía en que la venta «online» salve las rebajas marcadas por la pandemia | RAFA ARJONES

En la seguridad también incide el director de El Corte Inglés de Alicante, Juan Cabello, quien reconoce que el sector llega a las rebajas de invierno envuelto en una máxima incertidumbre, a la espera de cómo se comporte la ciudadanía ante las nuevas restricciones. «Hemos abierto hoy [por ayer] las puertas sin saber qué nos íbamos a encontrar, aunque nuestra prioridad es la seguridad. No ha habido ninguna avalancha, casi como un día normal. La gente tiene miedo. En esta campaña, y así lo dice el eslogan, queremos trasladar que son unos precios fantásticos, es más agresiva que otros años», afirma el director de los centros de la capital alicantina, quien apunta al comercio electrónico como clave para esta campaña de rebajas por el covid. «La previsión en venta es una incógnita, aunque el incremento de venta ‘online’ es importante», añade Cabello. Un comercio electrónico que ya no es un desconocido para los pequeños locales. «La venta ‘online’ nos está ayudando, incluso hacemos videollamadas para que la gente no tenga que desplazarse a la tienda», agrega Armengol, de Corazón de Alicante, quien volvió ayer a reclamar a la Administración Central que vuelva a regularizar el periodo de Rebajas.