Las nuevas restricciones relativas al cierre de la hostelería y la restauración a las 17:00 horas y el fuerte temporal de frío que azota a la provincia han hecho desaparecer el tradicional tardeo alicantino en la mítica calle Castaños. Una calle que nunca ha conocido el silencio, goza ahora de una estampa casi fantasmal cuando el reloj marca las cinco, donde solo ha sido transitada por unos pocos durante la tarde del sábado. 

Los sábados en Alicante lucían anteriormente con reservas en los restaurantes casi al completo y terrazas con mesas repletas de personas. La estampa esta vez es muy diferente a la que todos conocemos. Las comidas que han tenido lugar este sábado en el centro de la ciudad han visto cómo el frío y el cierre tan temprano de la hostelería ha disminuido el número de comensales en comparación con los que suelen tener

Por su parte, algunos sí se han animado a salir fuera a comer y a tomar una copa después. Así, los propietarios de los restaurantes señalan que han notado cómo los clientes han adelantado la hora de las comidas para poder comer «tranquilamente». Además, algo que también ha hecho que muchos opten por no salir fuera a comer es la restricción del número de comensales por mesa, que ahora se ha fijado en cuatro. «Normalmente los jóvenes vienen en grupo, y hoy nuestro público ha sido de parejas adultas», señala un propietario. 

Primer sábado de rebajas

Por otra parte, el primer sábado de rebajas en Alicante ha registrado algunas colas de hasta 30 metros para entrar a las tiendas debido a la restricción del aforo al 30%, donde se ha visto centros comerciales con cientos de personas en su interior.

Cola en un centro comercial de Alicante para entrar a una tienda Sergio Maldonado