El sector turístico es uno de los que más está sufriendo los efectos de la pandemia. La hostelería y el ocio estuvieron meses inactivos y suman continuos recortes. Hay hoteles que llevan meses cerrados. Algunos se medicalizaron y se pusieron al servicio de los hospitales.

El primer hotel medicalizado de la provincia abrió sus habitaciones a finales de marzo a pacientes de covid y a sanitarios que quisieran alojarse allí para aislarse de sus familias y no contagiar a su entorno. Un modelo al que se sumaron otros trece establecimientos vacacionales de la provincia, de ellos nueve en Benidorm y uno más en Alicante, Elche, Torrevieja, Orihuela. Pero el que abrió el camino fue el hotel complejo San Juan, más conocido como la residencia de médicos, ubicado a tres minutos del Hospital de Sant Joan, que preparó 150 habitaciones en uno de sus edificios a disposición de los enfermos, y 80 más en otro para trabajadores de la salud.

"Estaríamos dispuestos a hacer lo mismo en caso de necesidad"

Jorge Correas - Director del Complejo San Juan

El complejo hotelero tiene 65.000 metros cuadrados, es privado y su clientela pertenece a Previsión Sanitaria Nacional, mutua de seguros que nació para los Colegios de Médicos de toda España y que en 1985 se amplió a cualquier entidad colegial y a un amplio registro de profesionales universitarios que pueden pasar sus vacaciones en alguna de las 300 habitaciones del complejo: médicos, farmacéuticos, psicólogos, podólogos, odontólogos, veterinarios...Es decir, que los profesionales sanitarios son su clientela.

Por ello, no dudaron en ceder sus instalaciones para uso hospitalario a la Conselleria de Sanidad. «Hicimos lo que teníamos que hacer en el momento en que se nos necesitó y lo volveríamos a hacer. Fue una situación extrema y en esos delicados momentos solo podíamos contribuir con nuestra aportación, cediendo las instalaciones que en ese momento se necesitaban. El grupo Previsión Sanitaria Nacional es una empresa mutual, acorde a los valores de solidaridad con las personas que lo necesitan. Por ello, estaríamos dispuestos a hacer lo mismo en caso de necesidad», insiste Jorge Correas, director del complejo en alusión a la tercera ola.

La opción de los alojamientos turísticos de ofrecer sus habitaciones a una sanidad desbordada en los hospitales por el exceso de pacientes cuando estalló la pandemia tiene el reconocimiento del diario con un «Importante» de INFORMACIÓN. Un colectivo empresarial, como el hotelero, que está sufriendo enormemente desde que comenzó la crisis sanitaria, con 160 establecimientos clausurados en la provincia de Alicante por la falta de turistas con unos gastos fijos globales de 100 millones de euros y 25.000 empleados en el paro, según un reciente informe de la patronal Hosbec, que suma los costes de personal y financieros, impuestos, instalaciones y suministros. La temporada de este complejo es de mar zo a octubre pero en 2020 cerró anticipadamente al quedarse sin clientes. «Estamos deseando que la vacuna llegue a todo el mundo y que la gente pueda volver a viajar», para recibir de nuevo turistas, señal de que las cosas se habrán normalizado. Hace unos años abrieron sus instalaciones a congresos y a eventos locales como bodas, comuniones y bautizos. Agradecido con el reconocimiento, Correas recuerda que supuso un esfuerzo importante y al fin y al cabo un riesgo empresarial, pues «fue apostar por lo que se necesitaba en ese momento sin mirar temas económicos, algo altruista, que no sabíamos lo que iba a durar». El 6 de junio salieron los últimos pacientes. También es reseñable entre los sectores turísticos la voluntad de la hostelería. Un buen número de restaurantes alicantinos, pese a tener sus negocios cerrados, arrimaron el hombro y cocinaron menús en sus locales para los más necesitados todos los días del confinamiento.