El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, planteará al Gobierno de España en el seno del Consejo Interterritorial que se celebra hoy, en el que están representados el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, que se permita adelantar a las ocho de la tarde la restricción de la movilidad nocturna sumándose a otras autonomías que lo han solicitado. Mientras llega ese permiso, el toque de queda que limita la circulación de personas para contener la expansión del coronavirus continúa vigente en la Comunidad en las 22 horas. Puig, que anunció ayer el cierre de la hostelería y del comercio a las seis de la tarde desde mañana y durante dos semanas para frenar el covid, se mostró partidario de una evaluación del estado de alarma y de que el Gobierno central permita una mayor flexibilidad a las comunidades para adoptar otras medidas con las que contener la pandemia.

El presidente compareció junto a la consellera de Sanidad, Ana Barceló, quien puso el foco sobre la saturación de los hospitales y el fracaso de las duras medidas que se tomaron el 7 de enero con el confinamiento perimetral de 29 municipios de la Comunidad Valenciana por su elevada incidencia, que relacionan con las fiestas navideñas. Entre ellos tres de la provincia: Alcoy, Castalla y Polop. Barceló destacó la dificultad de los cierres perimetrales en una Comunidad «que tiene mucha movilidad por trabajo». El Consell decidió no prorrogar estos cierres, que decayeron anoche. Todas estas poblaciones están afectadas por las nuevas restricciones globales para la Comunidad. Siguen en vigor hasta el 31 de enero el cierre perimetral de todo el territorio y la limitación de las reuniones a seis personas.

Puig pidió prudencia y máxima responsabilidad a la ciudadanía instándole a no trasladar ahora a los hogares la actividad social de los bares dado que el 60% de los contagios se producen en el ámbito más cercano, y se refirió al incremento de las propuestas de sanción por incumplir las restricciones, que han pasado de 150 al día en agosto a más de 580, multiplicándose por cuatro. En el lado positivo, destacó la esperanza que abre la vacunación porque «la Comunidad es junto a seis territorios de Europa la que está avanzando más en las vacunas». Según dijo, «estamos en el camino de salida, en los próximas días lo incrementaremos, aunque quedan meses decisivos y semanas terribles de un virus que está matando más que nunca y causando graves problemas de salud a muchas personas». Por ello agradeció el esfuerzo enorme de los sanitarios.

Sin embargo, el presidente volvió a mostrarse contrario a un nuevo confinamiento domiciliario como el de marzo. Después de insistir en que la Generalitat no tiene competencias para aplicar esta restricción, dijo que es una medida «extrema» que solo puede ser decretada por el Gobierno de Pedro Sánchez, que además «en este momento la descarta». Puig señaló además que este tipo de confinamiento comporta graves efectos secundarios y lleva asociados problemas de salud física y mental de la población, al tiempo que, en su opinión, agrava las desigualdades en muchos colectivos. «Hace falta ponderar muy bien una medida de tal magnitud. Más allá de la incidencia del virus, no estamos en la misma situación de marzo, cuando no había mascarillas y no se podía salir a la calle o a trabajar con seguridad. Ahora no nos quitamos la mascarilla, con lo que el riesgo de estar en el espacio abierto no tiene nada que ver con el de marzo».

El dirigente autonómico (PSOE) aseguró que las nuevas restricciones cuentan con el apoyo de todo el Consell y dijo no arrepentirse de haber tomado medidas más estrictas a principios de enero, como pidió la vicepresidenta Mónica Oltra (Compromís) porque «hace 15 días no estábamos como hoy», refiriéndose a que la incidencia no era tan elevada.

La consellera de Sanidad desgranó otras restricciones que entran mañana en vigor como el cierre de instalaciones y centros deportivos, salvo aquellos destinados a la práctica de deporte profesional en competiciones oficiales. También se decreta el cierre cautelar de centros de mayores, hogares del jubilado, ludotecas, centros de ocio juvenil y sedes de entidades festeras, entre otras.

En cuanto a los velatorios, podrán realizarse con un límite máximo de 15 personas en espacios al aire libre, y 10 personas en espacios cerrados siempre que se pueda garantizar la distancia de seguridad.

Sí a las clases y prohibidas las visitas en las residencias de estudiantes

La Generalitat mantiene las clases. Puig defendió de nuevo las aulas como los espacios más seguros y dijo que están en contacto permanente con las universidades para garantizar la seguridad en los exámenes presenciales. Sin embargo, se prohíben las visitas a las residencias de estudiantes para evitar brotes. Además, el aforo en las zonas comunes de estos recintos se reduce al 30%. Dentro de la cultura, cines y teatros mantienen sus condiciones de apertura, aforo y hora de cierre siempre dentro del toque de queda. «Adoptamos estas medidas con un gran impacto en la vida de miles de personas, con dolor y preocupación, y dispuestos a compensar a los más perjudicados pero el nivel de estrés hospitalario y el aumento de la curva de contagios obliga a hacerlo», concluyó el presidente.