El alcalde de Alicante, Luis Barcala, convocará de nuevo al Consejo Social de la Ciudad. Lo hará unos dos años después de la última cita y con un propósito similar: presentar el Presupuesto municipal. Eso sí, con una diferencia sustancial. El bipartito expondrá las cuentas de 2021 al órgano consultivo una vez pasen por el Pleno, donde se da por hecha su aprobación inicial tras el acuerdo presupuestario alcanzado entre Ciudadanos y el PSOE y el previo anuncio de abstención de Vox. Todavía no hay fecha para el Consejo Social ni, previamente, para el pleno extraordinario. Sólo se conoce un día: el 1 de febrero se cerrará el plazo para que los grupos municipales presenten las enmiendas. Luego los técnicos municipales estudiarán la viabilidad de las propuestas, que finalmente se abordarán en una Comisión de Hacienda justo antes de que se convoque el pleno extraordinario.

Una vez arranque la fase de alegaciones, en la que cualquier colectivo y ciudadano puede presentar propuestas de cambio a las cuentas, será cuando el bipartito convoque el Consejo Social de la Ciudad. La única vez que Barcala reunió a este órgano consultivo para presentar unos presupuestos (en 2019, justo antes de las elecciones municipales) aún no habían sido aprobados ni por la Junta de Gobierno ni, por tanto, por el Pleno municipal. Así lo defendió el entonces concejal de Hacienda, el popular Carlos Castillo: «Nosotros siempre hemos creído en el compromiso, en la obligación de convocar al Consejo Social, para que sea oído antes de la aprobación definitiva del mismo presupuesto en Junta de Gobierno y con posterioridad en el Pleno». Entonces el PP tenía la espada de Damocles de Guanyar al estar solo al frente del gobierno municipal y necesitar apoyos para sacar adelante las cuentas en año electoral. El otro año que el Presupuesto fue al Consejo Social en tiempo y forma fue en 2018, cuando la coalición presionó a los socialistas, que al igual que los populares gobernaban en solitario. Los dos años anteriores (2016 y 2017), según fuentes municipales, el Consejo Social o se convocó tarde o ni se reunió pese a gobernar el tripartito de izquierdas.

La hoja de ruta elegida ahora por el bipartito de Barcala no ha gustado en los grupos progresistas, mientras que provocó el silencio en Vox. El socialista Francesc Sanguino aseguró que «el desprecio a las normas de cogobernanza con los estamentos municipales de participación ciudadana de Barcala ya es un clásico», mientras que Xavier López (Unidas Podemos) consideró «una falta de respeto apartar a los vecinos de la redacción presupuestaria y una muestra más de la falta de transparencia del gobierno el negarse a explicar a la ciudadanía las cuentas a través de sus órganos de representación». Por último, Natxo Bellido (Compromís) mantuvo que es una «burla al Consejo Social que se pretenda convocar después del Pleno de aprobación inicial de Presupuestos».