Una enfermera del Hospital General de Alicante que se ha contagiado de coronavirus se siente muy agraviada por la actitud de su comunidad de vecinos que, al enterarse de que padece el covid, colocaron varios carteles por la urbanización donde vive señalando específicamente que si algún residente padece el virus y no lo comunica, «esperamos que cumpla con exigencia y responsabilidad el protocolo que existe para estos casos, con las medidas a emplear a fin de ayudar a sus vecinos», rezaba en el texto. Porque los carteles ya han sido retirados.

Pese a ello, la enfermera está molesta porque considera que no tiene por qué comunicar a la comunidad de vecinos su enfermedad ya que está realizando la correspondiente cuarentena, junto a su pareja, también aislado aunque él no ha dado positivo. La sanitaria, que afirma que se contagió aún llevando el «máximo cuidado», explica que «los simpáticos de mis vecinos, cuando se enteraron por el rumor, se dedicaron literalmente a empapelar toda la urbanización» con los citados carteles.

«Me da mucha impotencia la falsedad de la gente y la hipocresía, cuando en el confinamiento todos salían a las ocho de la tarde a aplaudir y a darnos las gracias, pero luego cuando nos infectamos por estar trabajando para ayudar a cuidar a las personas que padecen esta infernal enfermedad, a la primera de cambio se dedican a hacer estas cosas y a poner cartelitos, en vez de ofrecerse a ver si necesito cualquier cosa como bajar la basura o traer algo de compra ya que no puedo salir de mi domicilio».

La enfermera afirma que si fuese al revés y le pasará a uno de sus vecinos, muchos de ellos personas mayores, «me ofrecería a ayudarlos en lo que fuera pero por desgracia no todo el mundo es así. Es una situación que no solo me ocurre a mí». Las hermanas y un cuñado de la joven se han encargado de llevarles la comida estos días de cuarentena, y retiraron una primera remesa de carteles del portal cuando los leyeron. Sin embargo, repusieron los carteles añadiendo nuevos párrafos como que «a nadie le gusta ver estas notas pero el virus no trata nada bien a los mayores y debemos procurar que esté lo más alejado posible de nuestra comunidad». Estos últimos carteles también han sido ya retirados, según explicó la propia enfermera, a la espera del resultado de la PCR para saber si ha superado la enfermedad. De hecho, afirma que «estoy esperando el negativo para ponerme de nuevo a trabajar». Ayer cumplió once días en cuarentena.

La mujer insiste en que «no tengo por qué decir a nadie que soy positiva. Estoy guardando aislamiento desde que lo supe pero no son nada solidarios. No lo entiendo, si fuera que me salto el confinamiento, pero llevo 10 días sin salir». Su contagio trascendió por la urbanización después de que una persona lo supiera. La pareja tiene perros que se los ha llevado un familiar dado que no pueden salir a la calle.

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Nada de esto sucedió en la primera ola. «Estaban confinados y no salían a la calle. Ahora están muertos de miedo», reconoce.

Consultado el Colegio de Administradores de Fincas sobre si hay muchas situaciones similares en las comunidades de propietarios, indicaron que no suele ser así y consideran que se trata de un caso aislado.