Salvador Lucas, presidente de la Asociación de Campos de Golf de la Costa Blanca, advierte de que el cierre forzoso de todos los campos durante un mes por las nuevas restricciones a la movilidad por el covid ha colocado a este subsector turístico y toda su industria auxiliar contra las cuerdas. Lucas subraya que el golf es una actividad segura e, incluso, necesaria en estos momentos de confinamiento y, de hecho, en Europa los campos siguen abiertos, además de en otras comunidades autónomas españolas. Entiende que se cierren los clubs pero apunta que los jugadores, que juegan de cuatro en cuatro y separados, podrían seguir jugando. En juego, 745 millones de euros 9.000 puestos de trabajo en la Comunidad Valenciana, el 70% en la provincia de Alicante.

¿Qué ha supuesto para los campos de golf de la provincia la crisis económica y sanitaria provocada por el covid?

"Ha sido, sin lugar a dudas, la crisis más dura que hemos vivido desde que el golf existe como deporte en la provincia, y como subsector catalizador y componente importante de la industria turística de la provincia y de la Comunidad Valenciana. La gran mayoría de los campos de golf de la provincia son comerciales o mixtos, es decir, no son clubes de socios, por lo que el componente de jugador turista y residente es imprescindible para su subsistencia y viabilidad económica. A principios de 2020, las previsiones apuntaban a uno de los mejores años por el volumen de reservas que los campos estábamos recibiendo, con jugadores de toda Europa que tenían planeadas sus vacaciones de golf en los meses de primavera y otoño. Estas buenas previsiones eran fruto del trabajo conjunto de promoción exterior de nuestra Asociación con las instituciones; Turisme CV, Patronato Turismo Costa Blanca, Federación Golf CV, que llevan años apoyándonos concienciados por el tremendo impacto económico que el golf genera anualmente en el destino (más de 9.000 puestos de trabajo y 745 millones de €). El cierre del espacio aéreo en el continente, el estado de alarma y la pandemia en sí, han supuesto una hecatombe para nuestra economía y para todos los subsectores turísticos donde el turismo de golf genera riqueza (hoteles, restaurantes, comercio, aeropuerto, rentacars, taxis….)"

Desde el inicio de la desescalada han podido estar abiertos, pero ahora les han cerrado de golpe. Sostienen que son actividad segura. ¿En qué sentido?

“Somos totalmente conscientes de la gravedad de la situación con respecto a la pandemia, de la presión hospitalaria y de las muertes que este maldito virus está provocando, pero defendemos y afirmamos que el golf es una actividad totalmente segura. El golf ha sido en toda Europa de las primeras actividades deportivas que se reabrió tras los primeros confinamientos. Es más, ha sido el deporte que mayor crecimiento ha tenido en multitud de países por el incremento de nuevos jugadores, dado que es una de las actividades más seguras que se pueden practicar en estos tiempos de pandemia; se practica en espacios abiertos y al aire libre, la distancia entre los jugadores de por sí (y en condiciones normales de no pandemia) supera los 4 metros de distancia, ya que mantener distancia es imprescindible para evitar ser golpeado por una bola o por un palo de golf. Las partidas no pueden ser de más de 4 jugadores, pudiéndose también practicar en solitario o en pareja. A ello le sumamos que, las distancias entre partidas, son siempre de cientos de metros”.

Y ahora cerrados

“El cierre forzoso actual nos deja en una seria y grave situación para las empresas, ya que, a diferencia de otras actividades deportivas, la nuestra se desarrolla en entornos combinados de naturaleza y fauna que requieren un permanente mantenimiento. Un campo de golf no puede sencillamente apagar la luz y cerrar la puerta. Si no se sigue manteniendo, el perjuicio es aún mayor. Por ello, los campos de golf pese a estar cerrados al público, tienen que seguir soportando los gastos de mantenimiento, incluyendo los sueldos de operarios y los gastos propios de la maquinaria y los tratamientos. Todo ello con cero ingresos”.

¿Cómo funciona un campo de golf para prevenir la pandemia?

Golf es la actividad pionera en disponer de un propio protocolo de seguridad covid, habiendo sido elaborado conjuntamente entre federaciones y asociaciones profesionales de nuestro sector. Este protocolo fue de los primeros en tener la aprobación de las autoridades sanitarias y fue implementado incluso antes de reabrir los establecimientos tras el estado de alarma. Además, los protocolos se han ido actualizando en función de las normas que desde Sanidad se han ido implementando. Los campos de golf están adecuados a las nuevas tecnologías y permiten que los clientes hagan las reservas de forma online, por lo que, si es preciso, el campo de golf puede estar perfectamente abierto y en funcionamiento sin necesidad de uso de zonas cerradas, como oficinas, vestuarios, salones, etc. La seguridad de nuestro personal y de nuestros jugadores ha sido siempre una máxima, y no se puede mencionar un solo campo de golf que haya tenido que cesar su actividad por motivos sanitarios.

¿Entiende que haya espacios cerrados que siguen abiertos al público y no se pueda jugar al golf?

Ni lo entendemos desde el sector ni lo entienden los jugadores. La rutina de cada día en los campos es recibir cientos de llamadas de clientes preguntando cuando se va a poder reabrir y lamentando que una actividad tan segura se haya prohibido, cuando es incluso más segura que pasear por las calles de una ciudad o un pueblo. Es muy difícil de explicar como actividades lúdicas masificadas y en recintos cerrados están permitidas y no se pueda salir al campo a jugar al golf. Hay también que subrayar que el golf es una actividad cardiosaludable que se puede practicar hasta edades muy avanzadas. En todos los campos hay jugadores de más de 80 años de edad. Y en especial para la tercera edad, nuestro deporte es de las pocas actividades que realizan con la seguridad de no estar expuestos al Covid.

¿Esta crisis puede llevarse algún club por delante?

Pues lamentablemente, ese riesgo existe. Todos esperamos y tenemos fe en que la situación tendrá que mejorar y estamos haciendo ya unos esfuerzos titánicos por sobrevivir con la esperanza puesta en el otoño próximo. Pero este último cierre nos está lastrando demasiado, ya que además nos perjudica que otras comunidades de nuestro país, con medidas y restricciones como las de nuestra comunidad, si permitan la práctica del golf. Esto supone una publicidad muy negativa para nuestro destino y provoca que los turistas que planean sus próximas vacaciones de golf, fijen su interés en otros destinos competidores en los que el golf ha permanecido y permanece abierto.