Con una media de 150 ingresados y 25 pacientes en UCI, la supervisora de esta área explica que «de poco sirve que cerremos la hostelería, los gimnasios, las tiendas, que les pidamos ese esfuerzo, si luego en casa nos reunimos diez personas un sábado y otras diez el domingo».

¿Cuál es la situación actual del Hospital Vega Baja?

Prácticamente las tres cuartas partes del hospital están ocupadas por enfermos covid, por lo que se ha tenido que habilitar nuevas zonas del hospital que inicialmente no estaban destinadas a este tipo de enfermos. Nos hemos visto obligados a ir aumentando progresivamente el número de camas de UCI habilitando nuevos espacios tanto en el propio servicio, en otras unidades como la URPA (Unidad de Reanimación Post-anestesia) Quirófanos y la UCMA (Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria). Esto ha obligado a limitar toda actividad quirúrgica a las urgencias necesarias. En este momento, ya que la situación lo está empezando a permitir, estamos reduciendo el número de camas críticos, liberando quirófanos para cuando la situación lo permita, podamos recuperar con garantías la actividad quirúrgica y volver a tratar todas las patologías que se han quedado de lado ante la pandemia.

La Vega Baja es una zona receptora de turismo británico. ¿Está teniendo algo que ver la cepa británica en que seamos una de las comunidades con más incidencia del virus?

Todo contribuye, pero personalmente creo que la incidencia en nuestra zona está más relacionada con la falta de prevención y previsión de todos y todas que no hemos tomado las medidas adecuadas para evitar los contagios, que es el arma más poderosa para combatir el covid. El sentimiento de muchos sanitarios es que gran parte de las medidas se toman tarde y de una manera reactiva, la situación nos exige ser determinantes y anticiparnos, no se puede esperar o apostar por «no va a pasar», sino que debemos tomar medidas para asegurarnos que no pase.

¿Cree que las restricciones tendrían que haberse tomado antes?

Sin duda alguna. Llevamos desde marzo viendo cómo afecta esta enfermedad a las familias, pero desgraciadamente hasta que no te toca cerca no eres consciente y lo más triste es escuchar en plena tercera ola que hay que salvar la Semana Santa. Aún no hemos entendido que este año lo que hay es que hacer es salvar vidas, para más adelante poder recuperar todos esos abrazos perdidos y besos al aire, porque si seguimos vivos volverán.

Actualmente, ¿qué pacientes se están desviando a otros centros?

Sobre todo, pacientes quirúrgicos, en la medida de lo que se ha podido también hemos trasladado pacientes críticos a otros hospitales, siempre con la premisa de poder dar el mejor cuidado a nuestros pacientes.

¿Qué receta daría a la población para frenar la transmisión comunitaria del virus?

Cada uno debe considerar que es posible portador y vector de transmisión, si todos asumimos que somos capaces de transmitirlo, extremaríamos el cuidado. Se olvida muy fácilmente que el virus no entiende de familia, amigos, parentesco u horario. A pesar de las medidas como las que se han tomado, la transmisión ha llegado a cifras muy altas, si no queremos una cuarta ola, hay que empezar asumir que cada uno de nosotros somos el factor más importante para no transmitirlo.

¿Cuál es el síntoma más frecuente que provoca el ingreso del paciente en UCI?

El principal es la disnea, que empieza como con un poco de fatiga e incomodidad que pasa a una gran dificultad para respirar, asociada a una neumonía bilateral. ¿Que determina que un paciente llegue a ese punto y otro no? No lo sabemos. Si sabemos con seguridad es que padecer determinadas enfermedades crónicas o de riesgo lo complica todo, pero por nuestra UCI he visto pasar enfermos desde los veinte años hasta los de ochenta y tantos con o sin antecedentes, se ponen muy graves, no pueden respirar y necesitan de una monitorización continua, aparataje especializado (respirador) y personal formado en cuidados intensivos.

Las cifras de fallecidos son muy frías, detrás hay familias, historias, vivencias y despedidas. ¿Cómo lo llevan cuándo a un sanitario le toca de cerca?

El sanitario que está a pie de cama, sabe la historia que tiene detrás de cada uno de esos pacientes. En esta última ola aún nos ha tocado más de cerca, porque ya hemos tenido pacientes que han sido compañeros. Es muy difícil ver en sus ojos la preocupación de lo que significa saber de esta enfermedad porque ellos saben perfectamente cómo te afecta. En nuestra unidad, establecimos un canal de comunicación con las familias, para que nos hicieran hacer llegar fotos, canciones o cualquier cosa que pudiera ayudar a mantener sus vínculos familiares tan necesarios en cualquier recuperación. A los pacientes que están despiertos, siempre que se pueda, se les ayuda a realizar vídeollamadas porque si algo te da fuerzas para luchar es saber que te están esperando. También se han establecido medidas para cuando el paciente probablemente no lo vaya a superar, puedan tener una despedida lo mejor posible y poder establecer un duelo.

La calidad humana y resistencia de nuestros sanitarios es una realidad. ¿Este estrés constante está pasando factura a los profesionales?

Sí, en mayúsculas. Cada día veo a grandes profesionales agotados y varios están necesitando apoyo psicológico. Hablo de personas con más de 20 años de experiencia, de compañeros. Todos ellos vuelven turno tras turno, dispuestos a seguir trabajando, aprendiendo, dándolo todo, porqué cada paciente que sale es nuestra pequeña gran victoria y cada paciente que no consigue superarlo es una derrota que nos acompaña

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¿La pandemia es un estímulo para invertir en Sanidad?

Más que un estímulo, se ha convertido en una necesidad. Nuestros hospitales han recibido mucho material nuevo, tecnología, personal. No creo que se pueda volver a situación precovid, de esta pandemia deberíamos salir reforzados y con la lección aprendida, la sanidad pública ha demostrado su inmensa valía y la necesidad de tenerla actualizada con el personal y el material adecuado. No deberíamos volver atrás sino ir hacia delante siendo mejores, manteniendo ratios de enfermería, de médicos, TCAE y demás profesionales sanitarios.