Ni cien mil pasajeros en enero. El aeropuerto de Alicante-Elche arrancó ayer la semana con cifras de vuelos propias de los meses más duros de confinamiento en 2020 -en abril y mayo la terminal no pasó de los siete mil pasajeros - con solo ocho vuelos programados (ida y vuelta) con Madrid, Palma y Ámsterdam. Números de bancarrota para una terminal que tiene prácticamente todos sus servicios cerrados por las restricciones impuestas para tratar de controlar la pandemia del covid, lo que ha llevado al paro, temporal (ERTE) o definitivo, a dos mil trabajadores de las empresas que se ganan el sueldo en la termina. En el denominado lado tierra está todo cerrado salvo la farmacia, y en el lado aire solo está abierto alguna cafetería considerada servicio esencial. Todo en un momento en que están a punto de salir los datos del tráfico de pasajeros del pasado enero, que van a se catastróficos pues no se espera que la terminal haya alcanzado ni los cien mil pasajeros o, incluso muchos menos. Una ruina, además, si las cifras se comparan con los 820.000 turistas que pasaron por la terminal en enero de 2020.

Lo cierto es que en Aena no pierden la esperanza, a tenor de los planes de las compañías, de que pueda producirse, incluso, una explosión de tráfico a partir del próximo verano, ya con la vacunación avanzada, tal como sucedió en julio y agosto del año pasado, sin vacunas, pero con 900.000 pasajeros, lo que representó una recuperación de casi el 50% del tráfico, aunque no se notara apenas en la ocupación hotelera. Ryanair es la aerolínea con los planes más ambiciosos e, incluso, en junio estrenará una nueva ruta entre Alicante y Vitoria. Mientras, sin embargo, el aeropuerto perdió el año pasado 11 millones de pasajeros rompiendo la mejor racha de su historia que había arrancado en 2017 con 13,7 millones de pasajeros. 13,8 millones en 2018, y 15 millones en 2019. En 2020 llegaría el hundimiento, con tan solo 3,7 millones de pasajeros.

La patronal hotelera se plantea ya, por su parte, no abrir todos los hoteles este verano ante el lento proceso de vacunación y la incertidumbre de si los turistas extranjeros y españoles se atreverán a viajar. Todo dependerá de la evolución y efectividad de las vacunas. El escenario de una fuerte recuperación para el verano de 2021 ya no se ve tan seguro, y aunque se siga pronosticando como muy probable una mejora frente a 2020, se trabaja también con un panorama de que esta subida pueda ser leve. Mientras no esté claro el control de la pandemia o la efectividad de la vacunas, los hoteleros consideran que será muy difícil plantearse una apertura general, incluso en los meses de la temporada alta, julio y agosto, en los que el año pasado hubo cierta recuperación.

La Costa Blanca cerró 2020, el peor año de su historia turística, con un descenso medio del 75% en la ocupación hotelera que solo estuvo activa los meses enero y febrero y entre julio y diciembre, pero con muchos establecimientos cerrados y con una ocupación media del 30%, según los datos que maneja el INE. Los hoteles facturaron, de media, 15,9 euros por habitación. Las pernoctaciones bajaron en su conjunto en España un 73,3 % en 2020, hasta 91,6 millones, y los precios de las habitaciones cayeron una media del 6%, como consecuencia de la pandemia. Según las cifras de la Encuesta de Coyuntura Hotelera , la tasa de ocupación hotelera se situó en 2020 en el 33,7%, casi un 44% menos que un año antes. De las noches consumidas en España en 2020, 50,7 millones correspondieron a turistas españoles (con un descenso del 57,6 %) y 40,9 millones, a no residentes (–81,7 %), según el INE.

Los británicos no pierden la esperanza de volver en verano

El buen ritmo de vacunación en el Reino Unido, cuyo Gobierno espera haber inmunizado frente al covid a 15 millones de personas cuando finalice marzo, ha despertado las ganas de viajar de los británicos, que no pierden la esperanza de poder empezar a moverse entre el Reino Unido y España a partir de julio. Ayer, el rotativo The Sun titulaba en portada «Spain Holidays will be back on for summer», haciéndose eco de la entrevista publicada el domingo en INFORMACION, en la que el secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, apuntaba que la intención del Gobierno es que pueda haber verano al tener un 70% de la población española vacunada. Los hoteleros no son tan optimistas, pero tampoco pierden la esperanza de que el próximo otoño puedan ya empezar a viajar los mayores, dentro del programa del Imserso, según confía la patronal hotelera Hosbec. Para la Costa Blanca y Benidorm recuperar este mercado la próxima temporada baja es clave y estratégico después de comprobar que haya hoteles, muchos de los cuales trabajan con jubilados, que no han vuelto a abrir sus puertas desde el pasado mes de marzo.