Mayores de 70 años, personas con síndrome de Down, con obesidad grado III (mórbida) y con tres o más enfermedades de riesgo moderado o alto son los grupos que, a juicio de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) deberían ser, tras sanitarios y ancianos, los siguientes o al menos los más urgentes en inmunizarse.

En el extremo opuesto, es decir, los adultos con riesgo bajo y por tanto menos prioritarios a la hora de vacunarse, se encontrarían los que padecen sobrepeso y obesidad grado I, asma grave (necesidad de corticoides orales en el último año), hipertensión arterial, asplenia (excluye anemia de células falciformes) y pacientes con VIH.

Así se refleja al menos en el primer documento en español consensuado por la mencionada sociedad científica acerca de la priorización de vacunación frente al covid «en adultos con condiciones de riesgo». Se trata de un documento que en un contexto como el actual, de dosis muy limitadas, tiene como objetivo ayudar a las autoridades públicas a tomar decisiones sobre cómo establecer órdenes preferentes en la vacunación, en función del riesgo de enfermedad grave o fallecimiento, que suponga sufrir el covid para una persona con alguna condición clínica o factor de riesgo previos.

El doctor Juan Francisco Navarro, presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Preventiva y jefe del servicio de Medicina Preventiva del Hospital de Elche, señala que este documento era muy necesario porque ordena de forma preeminente qué grupos deberían recibir cuanto antes la vacuna.

En este sentido indica que en España, con un 20-25% de enfermos crónicos, lo que puede suponer más de diez millones de personas, se han de tener claras las prioridades y que este documento de consenso no habla de quiénes tienen más posibilidad de infectarse, sino de qué grupos tienen más probabilidades de sufrir una hospitalización o fallecimiento en caso de infectarse.

De igual modo, a juicio de este documento, posteriormente deberían ser prioritarios los enfermos con esclerosis múltiple avanzada o los que presenten dos o más comorbilidades de riesgo moderado o alto, ya que presentan un riesgo alto junto con los pacientes esquizofrénicos, los trasplantados de «órgano sólido», los diabéticos mal controlados, los que presenten antecedentes de enfermedad cerebrovascular, así como los enfermos cardiovasculares (excluidos los que tenga hipertensión arterial) y los de edades comprendidas entre los 60 y los 69 años.

Te puede interesar:

Con respecto al hecho de que en este orden establecido por la Sociedad Española de Medicina Preventiva no aparezcan como personas de alto riesgo aquellas que son portadoras del sida o con una inmunosupresión es porque siguen un tratamiento muy pautado y una enfermedad muy controlada, por lo que no presentan a priori un mayor riesgo.

El doctor Navarro lamenta que hasta el momento las administraciones sanitarias estén «contando poco con las sociedades científicas» y recuerda que son ellos los que vacunan a los crónicos. «Dentro de un mes, cuando rebajemos los casos, nos gustaría llevar a cabo la vacunación intensiva de enfermos crónicos», apunta el experto como deseo.