El aumento de la temperatura del mar Mediterráneo, y en concreto en la costa de la provincia de Alicante, donde durante el verano el agua alcanza máximas de 28/29 grados, se ha convertido en la principal evidencia científica y de máxima preocupación del cambio climático en Alicante.

En los últimos 40 años, la temperatura media del mar frente la costas de la provincia ha aumentado 1,3 grados, triplicando, incluso, a la de la temperatura del aire. Una circunstancia que a medio y largo plazo tendrá consecuencias importantes para la propia vida en la franja litoral, intensamente ocupada, donde reside el 60% de la población y en la que urge actuar, según advierte el climatólogo Jorge Olcina, quien junto al profesor Joan Romero, de la Universidad de València, acaba de editar el libro «Cambio Climático en el Mediterráneo, procesos, riesgos y políticas»; publicación en la que expertos de todas las disciplinas analizan las consecuencias que puede tener el calentamiento global.

Olcina subraya, en este sentido, que el calentamiento del mar es imparable desde 1982, y obliga tomar medidas, difíciles, pero necesarias. «El cambio climático va a provocar que tengamos un gran temporal marítimo cada dos o dos años y medio, cuando hace 20 años eran muchos menos frecuentes. Además van a ser más intensos, y no solo en la generación de lluvias torrenciales, sino en la mayor virulencia del mar batiendo contra la costa. Por ello es urgente que se revise la Ley de Costas de 2013 que prorrogó las concesiones de viviendas y negocios hasta 75 años más. No se trata de que el nivel del mar vaya a subir sobremanera, pero sí aumentará la intensidad, fuerza y frecuencia de los temporales. Es un trabajo a medio/largo plazo pero hay que actuar».

Olcina subraya que «se puede hablar de una especie de «mediterraneización» en efectos del cambio climático en el litoral mediterráneo español, un proceso caracterizado por una pérdida de confort térmico, por el aumento de las temperaturas máximas y, sobre todo, de las mínimas (noches tropicales)». Además, a esto se añade, según Olcina, «un aumento significativo de los extremos atmosféricos con episodios de lluvia intensa que no son aprovechables, y episodios de sequía más intensos, de menor duración pero de aparición más frecuente. La presencia de un mar cada vez más cálido en la cuenca mediterránea juega un papel decisivo en estas manifestaciones regionales de calentamiento climático».

Los temporales serán más frecuentes y más violentos en la costa de la provincia. | TONY SEVILLA

El aumento de la temperatura del mar supone, para Jorge Olcina, un factor de riesgo ante posibles situaciones de inestabilidad asociadas a gotas frías y lluvias torrenciales en corto espacio de tiempo, por lo que es difícil retener el agua. Una situación que contrasta con lo que indican los modelos de predicción, que avanzan un reducción de las lluvias «normales», que va a condicionar la circulación de agua en los ríos Júcar y Segura con un descenso de entre un 8% y un 10% a mediados de este siglo. «Las lluvias se acumularán en la costa y no en el interior», alerta el geógrafo.

Diagnóstico y soluciones para un problema serio

Los profesores Romero y Olcina han coordinado la edición de un libro en el que analizan el cambio climático, sus efectos socioeconómicos y territoriales, así como la comunicación de estos procesos. El libro reúne el diagnóstico y las alternativas presentadas por 20 especialistas en el marco de un seminario organizado por la Cátedra Prospect Comunidad Valenciana 2030. Pretende aportar datos para el conocimiento de la Administración y la ciudadanía a fin de tomar medidas para mitigar los efectos del cambio climático en el Mediterráneo.