En dos de cada diez hogares alicantinos (un 20%) vive un perro gracias al aumento, sobre todo de las adopciones, pero también de la compra de estos animales durante la pandemia. Y para quienes piensen que para muchas familias fueron la excusa perfecta para salir a la calle a pasear con ellos durante el confinamiento, los datos lo desmienten. La estadística que maneja el Colegio de Veterinarios de Alicante, basada en el Registro Informático de Identificación Animal (RIVIA) y en los cambios de titularidad que se producen cuando una protectora entrega un perro a un particular adoptante, refleja que el mayor incremento comenzó en mayo coincidiendo con la desescalada. Desde ese mes hasta diciembre la adopción de estos animales en Protectoras o refugios se disparó en la provincia en un 30% respecto al mismo periodo del año anterior, con fuertes incrementos en junio (87%), julio (73%) y diciembre (78%), coincidiendo con los regalos de Navidad. En cuanto a la compra de perros, creció un 12%: aunque a nivel de Comunidad Valenciana es muy superior a las adopciones, en la provincia es justo al contrario. «Al final lo que refleja la estadística es que tras el confinamiento mucha gente decidió poner un perro en sus vidas. Aparte de que hay estudios que destacan la repercusión psicológica positiva en las personas que pasaron los meses de encierro con un animal de compañía por el efecto beneficioso que tiene compartir nuestra vida con ellos», señala Gonzalo Moreno, presidente del Colegio de Veterinarios de Alicante, orgulloso de que la provincia lidere las adopciones en la Comunidad, con un 30% más que en Valencia.

Moreno, científico del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández-Centro Superior de Investigaciones Cientificas (CSIC), destaca la gran cantidad de estudios que avalan los beneficios psicológicos para las personas que tiene convivir con una mascota y no solo para quienes viven solos. «También hay mucho publicado sobre las repercusiones positivas de los animales de compañía a nivel de las cardiopatías de sus propietarios ya que, al caminar con ellos, su enfermedad mejora, y también en otros aspectos de la salud como el inmunitario». También el Consell Valencià de Col.legis Veterinaris, que gestiona el registro de identificación animal, relaciona el interés por incorporar a un perro a la familia con un efecto psicológico del confinamiento y de las restricciones posteriores.

Los canes alegran a jóvenes y familias las limitaciones y penas de la pandemia. | PILAR CORTÉS

«La forma en que se ha reaccionado a la pandemia y a las limitaciones tanto en la libertad de circulación como en el tiempo de ocio es quizá un fenómeno más sociológico que veterinario pero desde nuestra perspectiva confirma algo obvio y relevante: los ciudadanos abocados a estar mucho más tiempo en casa han preferido hacerlo disfrutando de la alegre compañía de un animal», señala la presidenta del Consell, Inmaculada Ibor. Los veterinarios coinciden en que se ha avanzado mucho en la responsabilidad a la hora de tener animales de compañía, cuidarlos y no abandonarlos. Los datos de adopciones lo confirman, con un pero: todavía se compran 30 veces más perros que se adoptan. En la provincia de Alicante hay una mascota acogida en protectora o refugio por cada 1.475 habitantes; pero se compra una por cada 50 habitantes.

En toda la Comunidad Valenciana las adopciones en el conjunto de 2020 fueron 2.782 frente a los 92.858 perros adquiridos.