Los negocios de hostelería y ocio de la provincia de Alicante arrastran una deuda con sus proveedores de más de 150 millones de euros a causa de los cierres gubernamentales y de las restricciones a las que está siendo sometido el sector desde agosto por la pandemia. Miles de facturas a las que tienen que hacer frente pese a no ingresar un solo euro, que ayer arrojaron a las puertas de la sede del Consell en Alicante en el momento álgido de una ruidosa protesta con cacerolada que se prolongó durante una hora. En su transcurso exigieron la reapertura de los establecimientos el 1 de marzo con el 100% de las terrazas y un aforo del 50% en el interior de los locales, hasta el toque de queda, con distancia entre mesas. El Consell trabaja en una desescalada solo con los veladores al aire libre.

Otra de las principales reivindicaciones de los hosteleros fue el desbloqueo de las ayudas oficiales. Recordaron que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunció el primer plan de rescate el 26 de noviembre y que se van a cumplir tres meses sin haber recibido un solo euro. El portavoz de la entidad convocante, la Coordinadora Empresarial del Ocio y la Hostelería de la Comunidad Valenciana, Lalo Díez, tildó las ayudas del plan Resistir del Consell de limosna. «Hay empresarios que pagan hasta 15.000 euros al mes en gastos pero van a recibir 2.000 euros. Los números no salen. No se puede permitir que un gobierno cierre un negocio en 24 horas y te dé ayudas de 2.000 euros a los cuatro meses».

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Cacerolada de la hostelería en Alicante con lanzamiento de facturas al Consell ante "la imposibilidad" de hacer frente a los pagos RAFA ARJONES

Los hosteleros hicieron hincapié en que, mientras tanto, tienen que hacer frente al pago de sus facturas, impuestos y cotizaciones sociales, lo que provoca la destrucción diaria de empresas sin margen de maniobra y capacidad de supervivencia tras un año de pandemia. La protesta fue secundada por unas 150 personas, en representación de 16 asociaciones y 1.200 empresas de la Comunidad.

La hostelería arrastra una deuda de 150 millones con sus proveedores | RAFA ARJONES

Dos hosteleros se tumbaron en el suelo a las puertas de la sede de la Generalitat, en alusión al fin de los negocios que dan de comer a miles de familias, y sus compañeros les cubrieron con las facturas. Los representantes de la Coordinadora y de las asociaciones de Restaurantes de Alicante y de Locales de Ocio entraron en la sede oficial a reunirse con la delegada del Consell en Alicante, Antonia Moreno, momento que los manifestantes aprovecharon para gritar «que salga» y «que dé la cara», con pancartas con mensajes como: «Si no nos mata el covid, nos mata el hambre», «No somos los culpables, ayudas ya», «Mi negocio agoniza, me obligan a cerrar» o «Si no trabajo, nooo impuestos».

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La deuda media con proveedores de los establecimientos de hostelería, unos 7.500 en la provincia, es de 20.000 euros, y de 4.000 euros en el caso de los locales de ocio. En la provincia quedan unos 250, puesto que durante la pandemia ha desaparecido un tercio. Un panorama al que también se ven abocados los restauradores: el sector aventura la destrucción de uno de cada tres negocios por la falta de actividad. La hostelería agradece la ayuda de los proveedores, tanto de alimentación como bodegas y distribuidores, pese a arrastrarles con sus pérdidas.