Con la búsqueda de once fusilados por la dictadura entre mayo y junio de 1940 dio comienzo ayer la primera exhumación de represaliados del franquismo en el Cementerio Municipal Nuestra Señora del Remedio de Alicante. Los trabajos se realizan en la fosa X, donde se cree que se encuentran los restos mortales de los desaparecidos, que antes de ser ajusticiados fueron encarcelados en el antiguo Reformatorio de Adultos de Alicante, o prisión de Benalúa, donde estuvo también el poeta Miguel Hernández.

La búsqueda comenzó con los primeros movimientos de tierra a cargo de un equipo interdisciplinar de médicos forenses, restauradores, antropólogos, documentalistas e historiadores del arte integrados en la asociación científica ArqueoAntro. La expectación era enorme pues asistieron descendientes de represaliados, que en su mayoría procedían de la Vega Baja, quienes llevaban fotografías, las últimas cartas que les enviaron e incluso sentencias de los juicios sumarísimos del tribunal militar que los condenó. Las familias no pudieron evitar las lágrimas ante la esperanza de que su búsqueda de 82 años pueda haber llegado a su fin para darles una sepultura digna.

En la excavación se personó la consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, quien declaró que, con esta exhumación, «hacemos de Alicante una ciudad más digna, aparte de ser un acto de justicia histórica. Un país que tiene a personas asesinadas en fosas comunes aún tiene que recuperar la dignidad para avanzar en una democracia plena». La consellera recordó que hasta esta legislatura sólo se había excavado en Paterna (Valencia) y que la exhumación en el Cementerio de Alicante se suma a las realizadas en Monóvar, Orihuela y Benissa, también en la provincia, y a las de Segorbe y Castellón. Asimismo, recordó que el mapa de fosas evidencia la existencia de más de 400 en toda la Comunidad. «Todavía queda mucho trabajo por hacer, pero seguimos avanzando para conseguir el objetivo que nos marcamos al inicio de legislatura: un territorio libre de fosas», dijo.

Vista general de los trabajos de exhumación en el cementerio

Las exhumaciones de Alicante forman parte de un lote de cuatro contratos adjudicados por Calidad Democrática, que ascienden a un coste de 74.653 euros, para exhumar científicamente los huesos de personas asesinadas durante la dictadura franquista, poder identificarlas y entregar los restos a sus familiares. La asociación que realiza las excavaciones, que estará dos meses trabajando en la fosa, espera que los primeros restos aparezcan el jueves o el viernes, cuando hayan retirado la tierra hasta llegar a entre un metro y dos de profundidad.

Otro momento de las excavaciones de esta mañana

Miguel Mezquida, arqueólogo director de la asociación científica que desarrolla los trabajos, explicó que se realizará un estudio preliminar de campo de los vestigios que aparezcan; se enviarán ala Universidad Autónoma de Madrid, donde un equipo de antropólogos realizará un informe pormenorizado para certificar que pertenecen a ajusticiados por la dictadura; y se cotejarán con el banco de ADN que realizó la Generalitat para identificar los restos. El arqueólogo advirtió del contratiempo que puede suponer el que esta fosa, tras el fusilamiento de víctimas de la represión, fuera reutilizada hasta los años 80 como zona común para enterrar a personas sin recursos, neonatos e incluso miembros amputados en los hospitales. «La remoción puede haber provocado que los restos no estén ahí o hayan sido trasladados al osario» señaló. La Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo en el Cementerio de Alicante, integrada por 90 familias, realizó un llamamiento a ayuntamientos y diputaciones para que colaboren en la búsqueda de todos los desaparecidos tras la contienda. Su presidenta es María José Pérez Galant, a cuyo abuelo busca la familia en la fosa de Alicante tras ser ajusticiado por pertenecer al Partido Comunista.