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Coordinadora del servicio de Neurología del Hospital Universitario de Torrevieja

Erika Torres: "La población no parece darse cuenta de que el sistema de salud vive una situación crítica y límite"

No entiende cómo sigue existiendo esa sensación de improvisación y falta de planificación de lo que hay que hacer por parte de los políticos. Teme una cuarta y quinta olas y advierte de que los daños neurológicos por el covid pueden mantenerse a largo plazo.

Erika Torres, coordinadora del servicio de Neurología del Hospital Universitario de Torrevieja. | INFORMACIÓN

¿Qué balance hace de estos doce meses de pandemia y qué es lo que le preocupa?

Me preocupan principalmente tres cosas: el sistema nacional de salud, la economía del país y las consecuencias emocionales en la población y entre mis compañeros sanitarios en particular. El Sistema Nacional de Salud gratuito y universal vive una situación crítica y límite de la que la población no parece darse cuenta. Los recursos son finitos. Las demoras en la asistencia, la suspensión de quirófanos o la falta de diligencia en tramitar pruebas se debe a que no disponemos de los recursos para hacer frente a lo que vivimos de la forma en que se ha hecho hasta ahora. Entiendo que ahora es el momento para explorar y mantener formas de gestión mixta, público-privada, concesiones existentes como por ejemplo el Hospital de Torrevieja en el que yo trabajo, que garantizan, en una situación como esta, una asistencia de calidad en un contexto en el que la sanidad pública no tiene recursos suficientes para garantizar una buena salud por sí sola.

¿A qué punto han llegado ustedes los sanitarios en lo que se refiere a su propia salud?

El resultado es frustración y desgaste, porque la mayoría del personal sanitario llevamos trabajando con un nivel de tensión mucho mayor al que estamos acostumbrados. Este ritmo no puede ni debe mantenerse en el tiempo, ya que aparecen síntomas de fatiga emocional e intelectual, desánimo, falta de motivación... todos sentimientos de los que es difícil recuperarse.

¿Está afectando el covid a nivel neurológico?

Por supuesto. Este es un virus bastante neurótropo y su enfermedad puede presentar sintomatología neurológica de forma muy precoz. La anosmia (pérdida de olfato) o la ageusia (pérdida del gusto) son síntomas de aparición temprana en muchos pacientes, pudiendo perdurar los síntomas tras haber pasado la enfermedad. En el momento más agudo del proceso infeccioso son numerosos pacientes los que sufren síntomas tan comunes como la cefalea o la falta de atención. Menos comunes son la afectación del sistema nervioso periférico o alteraciones del sistema nervioso central tan severas como ictus o encefalitis.

¿Se están encontrando con un nuevo tipo de pacientes y/o distintas afecciones o más agravadas por la pandemia?

De forma menos frecuente vemos pérdida de memoria y otras alteraciones neuropsiquiátricas como alteraciones del sueño, ansiedad y depresión.

¿Cree que de cara a Semana Santa y verano podemos llegar a tener una cuarta o hasta incluso una quinta ola?

Por supuesto, sobre todo si se continúan haciendo las cosas mal. Más que por levantar las restricciones, por hacerlas de forma incoherente.

¿Qué hemos hecho mal en estos meses?

El manejo de los tiempos desde la salida domiciliaria del primer confinamiento con mensajes incongruentes de los políticos, manipulación en la información que se da a la población, falta de claridad y planificación a la hora de manejar una crisis y gestión sanitaria.

Por muchas vueltas que le das no eres capaz de entender cómo no hay un plan claro y coordinado en las comunidades para manejar esta situación: sistemas de rastreo homogéneos, sistemas de restricción similares en todo el territorio nacional, plan de vacunación único, organizado y serio. Teniendo en cuenta que tenemos instrumentos como el Consejo Interterritorial, la Comisión Delegada, el Comité Consultivo, que deben usarse para una adecuada planificación en la gestión sanitaria, poder solventar situaciones y tomar decisiones discutidas y consensuadas en crisis como ésta. En mi opinión, la sensación de improvisación constante y falta de coherencia y profesionalidad de algunos de nuestros políticos es muy dolorosa.

¿Cree que la mascarilla ha llegado para quedarse, como venía ocurriendo en países asiáticos antes de la pandemia?

Sí, al menos durante un par de años o un poco menos. Quizás cuando toda la pandemia pase y se consiga con la inmunidad social y las vacunas, el covid pueda controlarse como la gripe se hace cada año. Una idea a considerar sería que las personas constipadas o con síntomas gripales utilizaran la mascarilla hasta que se les pase, así seguro que habría menos contagios en general e incluso mayor protección contra la contaminación.

¿Ha podido sacar algo positivo a nivel personal o profesional de todo esto?

A nivel personal he podido darme cuenta de que somos más fuertes de lo que creemos, que la resiliencia es una cualidad a cultivar y que el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación. En el ámbito profesional me he reafirmado en que la mayoría de los trabajadores de este sistema sanitario están espectacularmente preparados y llenos de recursos y que es gracias a ellos por lo que salimos adelante en los hospitales y los centros de salud de situaciones asistenciales complejas que la gente no puede llegar a imaginar que vivimos.

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