Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cuatro mil comercios quiebran y otros cuatro mil están al borde del abismo en la provincia de Alicante

Los comerciantes urgen ayudas directas tras perder hasta un 90% de su facturación - El Consell sopesa extender el plan Resistir al sector

Cuatro mil comercios quiebran y otros cuatro mil están al borde del abismo en la provincia de Alicante

Cuatro mil comercios quiebran y otros cuatro mil están al borde del abismo en la provincia de Alicante

Para ver este vídeo suscríbete a Información o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Cuatro mil comercios quiebran y otros cuatro mil están al borde del abismo en la provincia de Alicante J. Hernández

El pequeño comercio de la provincia sale de la tercera ola de coronavirus con 4.000 establecimientos en quiebra y otros 4.000 más en riesgo extremo de desaparición. Son datos de la patronal autonómica de las pymes del sector, Confecomerç, que urge a las administraciones, al igual que las asociaciones y los propios comerciantes, ayudas directas y exenciones fiscales para frenar la destrucción de una actividad económica que vertebra y da vida a las ciudades. La provincia ha perdido ya un 15% de las algo más de 26.000 tiendas de proximidad que existían antes de la pandemia y otro tanto está al borde del precipicio, lo que supone, si no llegan medidas para remediarlo, la desaparición a final de año de un tercio del tejido comercial y más de 30.000 empleos.

La Generalitat estudia ampliar el radio de acción del plan Resistir, enfocado hasta ahora en la hostelería, el ocio y el turismo, al comercio, que se quedó fuera del programa de ayudas públicas lanzado en enero para sectores damnificados por la crisis del covid. La Conselleria de Economía ya tiene propuestas sobre la mesa tras haberse reunido con asociaciones del colectivo, que ha elevado a la mesa interdepartamental. El conseller Rafael Climent se citó con Unió Gremial, que engloba a 9.000 comercios y empresas del territorio autonómico, y destacó la importancia del comercio tradicional en el PIB. El Instituto de Finanzas baraja incluir a subsectores del pequeño comercio si amplía los créditos bonificados en otros 50 millones.

Las pérdidas económicas del sector basculan entre un 50% y un 90% en el caso del equipamiento personal (textil, calzado y complementos), que apenas factura por la falta de vida social y por el teletrabajo, con un parón descomunal desde que a finales de enero el Consell adelantase el cierre de tiendas a las 18 horas y decretase el cierre perimetral los fines de semana de las poblaciones de más de 50.000 habitantes, señala el presidente de la Confederació de Cofecomerç, Rafael Torres.

El pequeño comercio no ha sufrido cierres forzosos como la hostelería pero abrir en este año de pandemia, con una merma de ingresos tan importante, multiplica las deudas de estas pymes que soportan gastos e impuestos como si el consumo no hubiera caído en picado, todo ello agravado por la falta de turismo. El sector se está endeudando con préstamos ICO y créditos personales para hacer frente al pago de alquileres y recibos, cuotas de autónomos, impuestos locales, retenciones, pago de Hacienda o Seguridad Social; y con la ayuda de proveedores que les hacen descuentos. Sin embargo, empiezan a pedir aplazamientos y cualquier pequeña deuda les apartaría de una ayuda oficial.

El cierre masivo de tiendas tras endeudarse con préstamos aboca al paro a más de 30.000 empleados

decoration

El sector reclama un plan Resistir propio porque, tras un año de restricciones y sin ayudas directas, se han quedado «sin defensas» y agoniza, sostiene la patronal. Ese plan ya se tocó en la reunión celebrada la semana pasada con el Consell en la que solicitaron, como después les concedieron, la ampliación del horario de cierre y del aforo. «Hasta ahora nos hemos sentido olvidados y la indignación ha alcanzado un nivel muy grande», señala Torres, quien también pide recursos a los ayuntamientos para salir a flote.

Antonio Sáez, vicepresidente de Confecomerç y presidente de la patronal de la provincia Facpyme, apunta que el cierre de bares influye negativamente en el sector. «Restauración y comercio van muy unidos. Esperamos que el ambiente de terrazas anime algo la calle». El comercio más céntrico dejó de abrir por las tardes cuando el Consell cerró la hostelería en plena tercera ola de coronavirus. Sáez también alerta de la destrucción de empleos, más de 30.000 entre directos e indirectos, a que aboca la quiebra de los negocios de proximidad.

En los centros de las grandes ciudades y en zonas que viven del turismo como Benidorm la situación es «catastrófica». El vicepresidente de la asociación de comerciantes Víctor Martín afirma que los negocios están en quiebra técnica tras un año de pandemia aguantando a base de recursos propios y endeudándose con los bancos para mantener los locales y a los empleados. «Ayudas para el comercio no ha habido. Si no permiten que entre turismo por la pandemia, den ayuda a las empresas para que no cierren», señala en un mensaje dirigido a las administraciones. Las tiendas turísticas facturan entre un 15 y un 20% de lo que era habitual pero mantienen el 100% de los impuestos quitando los empleados en ERTE, «que se convertirán en desempleo. Si las empresas entran en concurso de acreedores y no pagan los salarios, directamente los tendrá que abonar la administración como paro». Martín tiene un negocio de calzados en Benidorm. Como Francisco Cabeza, quien incide en que llevan perdiendo dinero desde que empezó la pandemia. «Los meses que dejamos de facturar comuniones y eventos no se recuperan porque es mercancía que se compra con anticipación. Son colecciones que perdemos y nos las tenemos que apañar con los bancos», aparte de que, afirma, «solo se ven carteles de liquidación, rebajas, remate final, y eso no acompaña». Similar es el panorama en Santa Pola, donde resisten gracias a personas en segunda residencia que se quedaron en la provincia al estallar la pandemia, «aunque la situación es preocupante y muy desalentadora», señala Pepa Garri desde la Asociación de Comercio, Hostelería y Servicios.

«Exigimos ayudas», afirma Rafael Pérez, presidente de la Asociación de Comerciantes de Alcoy (Aceca), fundada en 1956 y una de las pioneras de la Comunidad Valenciana. Pérez corrobora que uno de cada tres comercios de la zona cerrará si no llega ese rescate, «es un desastre porque las ciudades acabarán muertas, convertidas en urbanizaciones. El comercio vertebra el bienestar social y económico, damos seguridad, iluminación y sostenibilidad pero estamos en la UCI y nos dan largas».

Ester Hernández, con un comercio de moda infantil en Novelda, ha tenido semanas en que de lunes a jueves no entraba nadie en la tienda. «El comercio local se hunde. Tengo al lado una tienda de moda que cerró en febrero y otra de calzado que está liquidando para traspasar. Estamos sufriendo mucho».

Tintorerías y lavanderías también reclaman un rescate

La Asociación Provincial de Empresarios de Tintorerías y Lavanderías de la provincia ha enviado un escrito a la Conselleria de Economía en el que pide medidas extraordinarias para rescatar al sector, que en la resolución que emitió la Conselleria de Sanidad de finales de enero para frenar el aumento de casos de covid se vio afectado por una restricción de horarios para los establecimientos de limpieza de ropa. Según la asociación, esta medida ha provocado un nuevo perjuicio que, sumado a los anteriores, «compromete gravemente la viabilidad de nuestros negocios». Por este motivo, solicitan a la Generalitat ayudas económicas extraordinarias directas dirigidas al sector para salvar el mayor número de empresas y los empleos asociados.

Compartir el artículo

stats