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Jefe de la Unidad de Hospitalización a Domicilio del Hospital General de Alicante

David San Inocencio: «Los sanitarios tememos que se baje la guardia en Semana Santa. La tercera ola nos ha desgastado»

El coordinador ensalza la labor de su equipo y de otros profesionales que han trabajo con ellos «mano a mano», y no olvida a las familias ni a los cuidadores. Han podido mantener las visitas hospitalarias con el esfuerzo añadido del covid

San Inocencio, coordinador de la Unidad de Hospitalización a Domicilio del Hospital de Alicante. INFORMACIÓN

¿Qué perfil de paciente atiende su unidad en la pandemia?

Atendemos una tipología de pacientes muy amplia, desde agudos a paliativos en la fase final de su vida. La gran mayoría son enfermos crónicos, complejos, que durante la pandemia siguen siendo atendidos por las unidades de hospitalización en sus domicilios como hacíamos en años anteriores. Nos ha generado un desgaste enorme porque también hemos tenido que atender a pacientes con infecciones por covid-19 en sus domicilios. Hemos formado parte de los equipos sanitarios y hemos intervenido en residencias de mayores donde ha habido importantes brotes epidémicos de coronavirus.

¿Las unidades de hospitalización a domicilio evitan la saturación de los hospitales?

Hemos tenido una parte de esa función. Una revista internacional ha publicado el modelo colaborativo con la Unidad de Hospitalización a Domicilio del General. Pacientes que eran vistos en Urgencias y, una vez valorados, si requerían ingreso y en función de la gravedad, eran derivados a plantas de hospitalización con ventilación mecánica, invasiva o no; y los que no requerían ese tipo de terapias se venían con la unidad y los llevábamos a casa con nuestro equipo directamente desde Urgencias. Fuimos pioneros en la primera oleada.

"Ha sido muy estresante. Hemos aprendido durante la pandemia a manejar a pacientes con cambios de protocolos día a día"

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¿Aplicaron más protocolos?

Tuvimos que atender, como una forma de descargar al hospital, a personas con infección aguda por covid, que tenían neumonía, en sus domicilios. En esa época cambiábamos los protocolos prácticamente a diario porque estábamos conociendo cómo se comportaba el virus y cómo actuar con él. Se incluyó en el protocolo ingresar en sus domicilios a pacientes con neumonía sin insuficiencia respiratoria en lugar de llevarlos al hospital. Evitábamos el ingreso hospitalario, dejando más camas libres para pacientes con más gravedad. Es una forma de adaptar la unidad al covid. Los enfermos sin insuficiencia respiratoria podían seguir en casa. Es un recurso supervalioso para dedicar camas a otros perfiles e intentar evitar el colapso hospitalario.

¿Qué tipo de cuidado dan?

Son cuidados de rango hospitalario a pacientes que los requieren pero, en lugar de en la cama de un hospital, en su propio domicilio. Pacientes que requieren de terapias endovenosas por infecciones, por situaciones de final de vida que, en lugar de ingresar, están en su casa con cuidados por nuestra parte y de toda su familia. Y más en tiempos de pandemia, donde en el hospital tenemos restringidas las entradas y las visitas. En el domicilio esa calidad no se ha perdido, aunque se les lleva al hospital si sufren una descompensación que no pueda ser controlada en casa, para hacerles escáneres y cuando los cuidadores claudican por la sobrecarga.

"Enfermos con neumonía pero sin insuficiencia respiratoria se quedaban ingresados en casa, dejando camas libres en el hospital"

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¿Se ha disparado el trabajo?

Nos hemos multiplicado. Los brotes e intervenciones en residencias de ancianos nos obligaron a asumir picos asistenciales enormes, desorbitados. Cuando surgía un brote en un geriátrico de repente teníamos que ingresar a 140 personas mayores y a los trabajadores para hacerles las PCR, atendiéndoles como en el hospital. Esos brotes fueron momentos muy estresantes en que se multiplicaba el volumen de trabajo y la actividad del equipo.

¿Qué papel han tenido en las residencias?

Hemos «hospitalizado» las residencias de mayores. Había que atenderlos allí a muchos de ellos, en la residencia, que es su domicilio, con covid. Otros requerían de ingreso en un centro sanitario.

"Los brotes en residencias de ancianos nos obligaron a asumir picos asistenciales desorbitados"

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¿Cómo se gestiona un brote con decenas de ancianos y trabajadores afectados?

Es una locura. Hemos aprendido mucho en esta situación que nunca habíamos vivido a nivel profesional los que trabajamos en el sistema sanitario. Hemos tenido que intervenir en residencias con la mayoría de personas infectadas por coronavirus y gran parte de los trabajadores, lo que ha generado una situación especial. Ha habido que apoyar con trabajadores del departamento del hospital, ir médicos, enfermeras y auxiliares, cuya labor hay que destacar, mano a mano con los profesionales, al pie del cañón. Aprender durante una pandemia cómo manejar a estos pacientes es muy complicado. Hemos aprendido a sectorizar residencias, a estratificar los riesgos. También hemos ofrecido un apoyo de formación importante en estos centros de mayores, con la ayuda de otros servicios del Hospital (como el área de prevención de riesgos laborales y preventiva), para que, junto con el personal de los geriátricos, se pudiera sacar adelante de manera conjunta esta difícil situación.

¿Les preocupa que se baje la guardia en Semana Santa?

Ese es el miedo que tenemos los profesionales. Lo hemos vivido en olas anteriores: en cuanto se han relajado las medidas nos hemos vuelto a juntar con familiares y a hacer vida social, lo que ha generado nuevas olas, y la tercera nos ha desgastado bastante. Llevamos ya un año de pandemia y esto nos genera a todos cansancio y agotamiento. Hay que apelar a la prudencia y a que nos cuidemos todos y unos a otros, es la única manera de evitar una cuarta onda epidémica.

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