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El Gobierno solo ampliará 39 kilómetros de la autovía A-7 entre Crevillent y Murcia

La empresa adjudicataria que acometa la obra construirá un tercer carril por sentido y deberá mantener la vía durante 25 años por 200 millones

La autovía -imagen tomada ayer- tiene una intensidad de tráfico de 48.333 vehículos al día. TONY SEVILLA

El Ministerio de Transportes (Fomento) ha decidido finalmente ampliar con un carril en cada sentido la autovía A-7 que conecta Alicante y Murcia y, en concreto, el tramo Crevillent-Murcia con un coste de 199 millones de euros que financiará la iniciativa privada mediante la concesión de la vía, aunque el tráfico será libre y gratuito. La duración de la concesión, que incluye el mantenimiento, será de 25 años a contar desde el día siguiente al de la formalización del contrato.

El concesionario estará obligado a redactar los proyectos de construcción y ejecutar las obras del tramo del denominado arco norte de Murcia, del tercer carril de la autovía A-7 entre Crevillent (enlace con AP-7) y el enlace de Orihuela, y entre Orihuela y el enlace de Monteagudo (Murcia). Estos tramos suman una longitud de 39,9 kilómetros y el presupuesto de licitación de las obras asciende a 199,79 millones de euros. La empresa que se adjudique el contrato también realizará las obras de reposición y reparación para mantener la autovía en buenas condiciones de servicio a lo largo de los 25 años de periodo concesional, dado el deterioro que se irá produciendo con el paso del tiempo en las obras ejecutadas. También acometerá las labores de conservación ordinaria, seguridad vial y la explotación de la carretera que comprenden todas aquellas actividades que son necesarias en el día a día para mantener en servicio este tramo. El mecanismo previsto de retribución al concesionario consiste en un canon mensual por la prestación del servicio, variable en función de la utilización de la carretera por los usuarios, la seguridad vial, la disponibilidad ofrecida por el concesionario y el porcentaje de la inversión realizada que se encuentre en servicio El canon base de licitación se estudia en el estudio de viabilidad de la concesión. Fuentes del sector calculan que el importe a pagar será de 35.000 euros por kilómetro/año, pero la cifra final dependerá de los estudios de viabilidad que se deben realizar.

El Ministerio mejora sustancialmente el planteamiento inicial, que había dejado en un parche la necesaria y reclamada ampliación de la autovía A-7 entre Alicante y Murcia porque solo preveía construir un tercer carril en cada sentido en un tramo de 18 kilómetros entre Crevillent y Orihuela, con una inversión de 56 millones de euros. Un importe que representaba el 15% de lo que se había presupuestado en 2017, cuando el anterior gobierno anunció la remodelación entre Crevillent-Murcia por 588 millones de euros a financiar también por la iniciativa privada. El PP salió del Gobierno tras la moción de censura y el nuevo ministro, José Luis Ábalos, consideró que no eran tiempos para comprometer tanto dinero de la Administración.

La ampliación de la A-7 es una actuación clave para una carretera que soporta un tráfico diario de 48.335 vehículos de los que 9.430 son pesados, y cuya intensidad seguirá creciendo n los próximos años. Hasta los 50.453 vehículos diarios este año 2021 -la pandemia puede alterar los datos- y 72.222 vehículos en el horizonte de 2048, según un informe de la Cámara de Contratistas de la Comunidad Valenciana.

El estudio de viabilidad del proyecto del Gobierno de Rajoy llegó a estar en exposición pública durante febrero y marzo de 2018. La obra se dividió en cuatro tramos, de los que uno de 18 kilómetros era de nueva construcción y los otros tres contaban con un carril más en cada sentido.

El proyecto, valorado en 588 millones de euros, se financiaba con la aportación del grupo empresarial que lo ejecutara, que se haría cargo después de su explotación y conservación durante el periodo de concesión de 30 años. El grupo inversor que se hubiera quedado con la obra tendría también acceso a fondos europeos y financiación del Banco Europeo de Inversiones, lo que suavizaba el importe a pagar por una obra clave para mejor las comunicaciones viarias de Alicante con Murcia y Andalucía. Al final y pese a que el exministro de Fomento, Íñigo de la Serna, llegó a anunciar que los grandes grupos constructores se rifaban el proyecto, todo saltó por los aires tras la moción de censura que acabó con Rajoy y todo su equipo.

La mejora de la A-31 y de la ronda de Alicante sigue en el cajón

La Cámara de Comercio reveló hace dos años en un informe del ingeniero Armando Ortuño que la provincia necesita una inversión urgente de 750 millones de euros para evitar que autovías como la de Alicante-Villena y la circunvalación de Alicante, las más conflictivas, se colapsen completamente en diez años, aunque ambas presentan ya serios problemas de congestión. En concreto, las «nuevas» carreteras debieran estar completamente operativas en el horizonte del año 2030, cuando se estima que la A-31 soportará un tráfico de 65.102 vehículos diarios, un 15% pesados, y la ronda de Alicante (A-70), 76.302 vehículos, un 8,5% pesados.

La A-70 es el primer cinturón de circunvalación de la ciudad de Alicante y libre de peaje, en contraposición al segundo cinturón, englobado en la AP-7 y con un peaje convencional. Es la vía de mayor capacidad que conecta las ciudades de Elche y Alicante, y también es un eje de conexión con otros puntos de la provincia y con Murcia. Entre ambos municipios, la autovía consta de dos carriles de circulación por sentido, si bien a partir del denominado Camino Castilla hacia Crevillent pasa a tener tres carriles por sentido.

En las proximidades de Alicante se encuentra el nudo con la A-31, cuyo muy elevado nivel de tráfico provoca notables retenciones, especialmente en el tronco de la A-70. Para aumentar la capacidad se planteó un tercer carril entre Elche y Alicante.

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