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Día Internacional de la Mujer

La mujer muestra mayor resistencia emocional para superar dificultades como la pandemia

La crisis sanitaria evidencia la capacidad de las féminas para adaptarse a la adversidad y proteger su entorno afectivo - Las psicólogas detectan un aumento de la ansiedad y depresión entre las madres teletrabajadoras

Una mujer teletrabajando y atendiendo al mismo tiempo a su hijo en casa durante la pandemia. ÁXEL ÁLVAREZ

Las mujeres han demostrado soportar mejor que los hombres los efectos adversos de la pandemia como el agotamiento físico y el estrés mental. Y ello a pesar de ser también las que más lo sufren porque siguen soportando la mayor carga emocional de la familia y del trabajo doméstico que se realiza en los hogares. A ello se ha sumado, en estos tiempos de coronavirus, su mayor protagonismo y exposición al riesgo de contraer la contagiosa enfermedad al hacerse cargo, mayoritariamente, de los puestos de trabajos del sector sanitario y asistencial para personas mayores y grandes dependientes.

Para las psicólogas consultadas la irrupción del covid-19 ha evidenciado el papel preponderante de la mujer y su capacidad de resistencia y valentía frente a las adversidades pero, en situaciones extremas, el confinamiento domiciliario también se ha convertido en un infierno para las víctimas del maltrato físico o psicológico.

«Las mujeres no se han permitido caer en el desánimo a pesar del agotamiento»

MARÍA GÓMEZ JORGE - PSICÓLOGA

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María Gómez Jorge, psicóloga especializada en el ámbito infanto- juvenil, ha estado desde que comenzó la pandemia en contacto diario con mujeres, que son las principales cuidadoras de sus pacientes. «En ellas he detectado una gran capacidad de adaptación ante la adversidad y la incertidumbre del momento. Siempre trasmitiendo a las personas de su alrededor que no ocurre nada, que van a salir adelante a pesar de las dificultades, y siempre haciendo gala de una gran fortaleza para velar por el bienestar de su entorno».

Para María Gómez durante este convulso período las mujeres están priorizando el bienestar emocional de sus hijos, pareja, familia y amistades. «Velan primero por ellos antes que por ellas demostrando, así, una gran capacidad de empatía y un espíritu colaborador con quienes pasan dificultades. De hecho no se han permitido caer en el desánimo y, en los meses más duros de la crisis sanitaria, se han mostrado luchadoras, creativas y conscientes de que de ellas dependía la evolución de sus hijos».

«La pérdida de la independencia laboral y económica ha mermado la autoestima»

PROVIDENCIA ALCHAPAR SÁNCHEZ - PSICÓLOGA

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Para la especialista el último año ha supuesto para el colectivo femenino un «agotamiento brutal» con repercusiones psicológicas, emocionales y conductuales que pueden desembocar en comportamientos inapropiados. Son las consecuencias de desvivirse por los demás renunciando a su tiempo y a su espacio personal.

«Nosotras somos cien por cien emocionales y lo damos todo por nuestra familia y amistades», subraya María Gómez. Pero precisamente esa capacidad de darlo todo renunciado a una misma, unido a los efectos propios de la pandemia, ha supuesto un retroceso social para muchas mujeres. Muchas se han visto abocadas a la pérdida de empleo y eso ha llevado consigo una reestructuración del funcionamiento familiar. «En algunos casos se ha vuelto a esquemas de los años 50 donde el hombre trabajaba fuera de casa y la mujer se encargaba de las tareas domésticas. Eso merma la autoestima y perder esa independencia personal, laboral y económica ha supuesto un varapalo que, unido al estrés y al confinamiento, ha propiciado el aumento de cuadros de ansiedad y depresión», explica la también psicóloga Providencia Alchapar Sánchez.

«Seguimos manteniendo la carga mental de organizar todo el hogar»

CRISTINA MARTÍNEZ BERENGUER - PSICÓLOGA

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Un contexto favorable para el maltrato por la pérdida de poder de la mujer y la imposibilidad de recibir ayuda de una Administración paralizada. Del mismo modo las mujeres que han tenido que teletrabajar en casa, haciéndose cargo al mismo tiempo del hogar, de la familia y de la enseñanza de sus hijos pequeños, han pasado por episodios de mucho estrés ante la incapacidad de llegar a todo. «Todo ello ha dejado huella emocional con reacciones como la pérdida de sueño, que es un claro síntoma de un proceso ansioso, o la agorafobia que es el pánico a salir a la calle» , explica la experta.

En opinión de la psicóloga Cristina Martínez Berenguer las madres han sido las grandes perjudicadas en este último año. «Es cierto que la mujer actual cuenta con un mayor reparto de la carga de trabajo doméstico, pero sigue siendo la que lleva la carga mental de organizar el funcionamiento del hogar. Y esa carga mental se ha agudizado durante la pandemia», señala Cristina. A ella, además, le pilló el estado de alarma encontrándose embarazada de seis meses y sola en casa durante muchas horas porque su marido desempeña una profesión esencial. Un confinamiento que, según destaca, ha sido especialmente traumático en las víctimas de la violencia de género porque han tenido que convivir con sus maltratadores.

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