La Audiencia sentó ayer en el banquillo a un hombre que hacía labores de voluntariado para ONGs de Alicante por abusar de menores en situación de vulnerabilidad. La Fiscalía le acusa de dos casos. Uno de ellos es el de un joven que vivía en un piso tutelado y que trató de quitarse la vida. El otro, el del hermano de un niño con autismo al que el procesado cuidaba. El Ministerio Público mantuvo para él ayer una petición de penas para el que suman catorce años y seis meses de prisión.

El procesado lleva en prisión preventiva desde noviembre de 2019 a raíz de que la Policía empezara a investigarle por una denuncia de la Fiscalía de Menores que alertaba de que esta persona estaría intentando contactar a través de una red social con menores tutelados pidiendo fotos de desnudos a cambio de regalos. Los agentes empezaron a contactar con aquellos menores que habían tenido un contacto más estrecho con el sospechoso. A pesar de que habían pasado más de cuatro años, dos de ellos y sin relación entre sí denunciaron haber sufrido abusos sexuales por parte del acusado.

El procesado negó ayer cualquier tipo de contacto sexual con ninguno de los dos menores y achacó la denuncia a «una venganza» contra él. También recalcó que todas las personas con las que contactó a través de las redes eran mayores de 18 años.

Móviles de regalo

El primero de los casos habría ocurrido cuando la víctima contaba con 17 años de edad. La víctima residía en una vivienda de emancipación y carecía de apoyo familiar, por lo que necesitaba contar con un adulto para poder salir los fines de semana del piso. El joven mantuvo ayer que el acusado aprovechó esos fines de semana para hacerle tocamientos, ponerle películas pornográficas y forzarle a tener relaciones sexuales. Para atemorizarle y evitar que contara nada, le decía que avisaría de que tenía un comportamiento inadecuado y no le permitirían salir del piso de menores y, que el arruinaría la vida si contaba algo. Durante ese tiempo llegó a comprarle dos teléfonos iPhone. El joven aseguró que no contó nada de todo esto por miedo y que cuando contactó la Policía con él, de manera espontánea les contó todo.

La relación entre ellos cesó en el momento en el que éste intentó suicidarse. Aunque el menor contaba con numerosos problemas afectivos por su complicada situación familiar, la Fiscalía sostiene que parte de la situación vivida con el procesado fue una de las causas de esta tentativa suicida. El joven había sido expulsado de dos de los pisos tutelados en los que estuvo viviendo en aquellos días y presentó una demanda contra su padre adoptivo reclamándole el pago de sus necesidades básicas.

La responsable de uno de estos pisos aseguró ayer que habían detectado que el procesado tenía una actitud demasiado posesiva con el menor.

Otra víctima: «Para mí, él era lo más parecido a una figura paterna»

Otra de las víctimas del acusado aseguró ayer al tribunal que para él el procesado era lo más parecido que había tenido a una figura paterna. Tenía plena confianza en él y por ese motivo trató de olvidar en un primer momento lo ocurrido. El hermano de esta víctima está afectado por un autismo severo y es incapaz de comunicarse. El acusado trabajaba cuidándole. La víctima denunció que en el verano de 2016 y cuando contaba con 13 años el procesado le hizo tocamientos en los genitales con el pretexto de enseñarle a conducir. El menor le acabó contando los hechos a la madre en 2019. Ayer ésta expresó en el juicio su angustia tanto por lo sucedido con él, como por el hecho de pensar en todas las veces en las que el acusado estuvo a solas con su otro hijo y en la incapacidad que tiene éste para expresarse.