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Los jóvenes lo ven muy negro

El 40% de quienes tienen entre 15 y 29 años piensa que la situación para ellos estará peor dentro de tres años

Los jóvenes miran al futuro con pesimismo pero pretenden influir en que cambie desde el apoyo a los demás y la colaboración intergeneracional | HÉCTOR FUENTES/ RAFA ARJONES

El desánimo ha hecho mella entre los jóvenes de 15 a 29 años, que concretan haber perdido el trabajo que tenían o haber sufrido un ERTE en uno de cada tres casos, y que tampoco ven salida posible a corto plazo hacia el ansiado emancipamiento del domicilio familiar en dos de cada tres casos.

El pesimismo y la incertidumbre con la que afrontan su futuro les lleva incluso a considerar, hasta en un 40% de los encuestados, que dentro de tres años todavía estarán peor. Así lo revelan investigadores del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de FAD, Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, que recogen en su estudio el lamento juvenil de verse estigmatizados por comportamientos que protagonizan unos pocos, pero cuya repercusión afecta al colectivo en general de forma negativa.

Los jóvenes lo ven muy negro

Los jóvenes creen que se proyecta una imagen generalizada de irresponsabilidad, y que tanto en el ámbito político como mediático sale reforzada una imagen de los jóvenes muy negativa.

Los datos, dados a conocer en el transcurso de una vídeo conferencia organizada por la ONG generalista FAD, han dado pie a la creación, los últimos meses, de diversas agrupaciones y comunidades de jóvenes con la intención de salir de este agujero, prestando apoyo en su entorno y tratando de hacerse oír para cambiar la situación que se les avecina desde la práctica, pasando a jugar ellos mismo el papel de agentes sociales

A partir de la creación de una plataforma online con universitarios de toda España, Elsa Arnáiz pone sobre la mesa  iniciativas que consideran muy reales, aunando inquietudes que comparten todos ellos como el cambio climático, el reciclado o la alfabetización digital, para cuya puesta en práctica necesitan de lo que han dado en llamar «solidaridad intergeneracional», o lo que es lo mismo, el respaldo de la población en su conjunto.

Pretenden que la voz de los jóvenes «esté en los procesos de la toma de decisiones» y ya han remitido sus planteamientos a políticos y empresarios. Entre sus objetivos plantean plazos de dos, cinco o diez años, desde ahora a 2022, 2025 y 2030, y pretenden convertir la que se denomina como «generación perdida» en «agentes de cambio».

Los jóvenes lo ven muy negro

Antes de dos años propugnan un pacto de Estado por el cambio climático, meta en la que coinciden cuantos han participado en la aportación de soluciones a la negra situación actual. Incluso plantean que multiplique por cinco el presupuesto de investigación que se destina a comprender y paliar las consecuencias del calentamiento global. Con la mirada puesta en 2025 esperan conseguir que se reduzca un 20% la huella de carbono individual.

Igualmente inmersos en la pandemia del coronavirus, para 2030 plantean medidas de refuerzo en la prevención sanitaria, para minimizar los riesgos que puedan afectar a la salud, además de promover la competencia digital entre toda la población.

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