Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Y ahora... el suelo se abre

El parque del Monte Tossal, con muros y escaleras rotas hace más de un año, suma destrozos: uno de los caminos cede y deja paso a un gran socavón

El socavón aparecido en uno de los caminos del parque y, a la derecha, escalera cerrada al paso y el muro resquebrajado al fondo. | L.G.L.

El rocódromo, el skate park, los juegos infantiles... el Ayuntamiento realiza en los últimos meses trabajos de reparación y mejora en el parque del monte Tossal, pero se encuentra con un lastre difícil de soltar: un pulmón verde construido «con problemas estructurales de origen», como reconoció en su día el propio bipartito.

El parque, situado junto al castillo de San Fernando, no ha parado de acumular deficiencias desde que se puso la primera piedra, allá por el año 1995. El famoso lago artificial de 10.000 metros cuadrados proyectado por el PSOE se convirtió en todo un martirio, con el agua filtrándose y causando corrimientos de tierra.

El parque no termina de remontar y lo último es un enorme socavón que ha aparecido en uno de los caminos por el que transitan a diario cientos de personas. La zona está vallada y, por si acaso, una verja está colocada justo encima del agujero, para impedir sustos mayores. «Lleva así una semana, no sé qué habrá pasado», aseguraba el viernes un usuario, «pero es que hay algunas zonas que están hechas un desastre».

Y ahora... el suelo se abre

Y con un simple paseo es fácil comprobarlo: los fines de semana, al albur de la oscuridad, se ha convertido en una de las zonas favoritas para hacer botellones, y los lunes los trabajadores de la limpieza tienen faena, con los restos de bebidas sobresaliendo de las papeleras.

El socavón se suma a los destrozos que desde hace un par de años se mantienen inalterables en el parque, ya que el ayuntamiento, aunque anunció un plan integral, parece haberlo dejado en el cajón. Así, escaleras por las que no se puede subir o bajar, muros de piedra resquebrajados o tarimas y escaleras de madera a las que les faltan varios trozos son parte habitual del paisaje.

Compartir el artículo

stats