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El coronavirus deja en un año un agujero de 9.200 millones en el turismo y la hostelería

La aportación del sector al PIB de la provincia desciende un 26%, sigue cerrado el 75% de los hoteles y en el aire continúa la recuperación del empleo de los 25.000 trabajadores en ERTE

El virus deja en un año un agujero de 9.200 millones en el turismo y la hostelería |

La crisis económica derivada de la pandemia del covid ha provocado que el sector turístico acumule, desde marzo de 2020, unas pérdidas de 11.400 millones de euros en la Comunidad Valenciana (9.200 en la provincia de Alicante), lo que representa la pérdida del 70% de la actividad. Una reducción de negocio turístico que tiene un impacto directo en el PIB de la provincia. De los 12.800 millones que venía aportando el turismo a los 35.000 millones del PIB provincial, el año pasado aportó solo 3.600 millones, una pérdida de 9.200 millones, lo que hará caer el Producto Interior Bruto de la provincia hasta los 25.800 millones de euros, o lo que es lo mismo, un 26% menos. Hay hoteles que no han vuelto a abrir desde octubre de 2019 porque al cierre por temporada le siguió la crisis del covid y la clausura general, de la que no pudieron salir ni el pasado verano.

Unos 25.000 trabajadores, tanto de hoteles como de restaurantes, bares y cafeterías siguen en ERTE y, perdida la Semana Santa, la esperanza está puesta en el verano si al final es cierto que el próximo abril arranca la vacunación masiva en España y en la Comunidad Valenciana . De momento, las cifras son catastróficas. El aeropuerto prácticamente sin conexiones con Europa, 4.000 comercios han cerrado sus puertas en la provincia y otra cifra similar con serios problemas para sobrevivir. De la planta de 14.300 bares, cafeterías y restaurantes, el 30%, unos 4.300 establecimientos, no han vuelto a abrir desde que marzo se produjo el primer confinamiento. Y todo sin que terminen de llegar las ayudas directas -el viernes el Gobierno movió al final ficha para repartir 7.000 millones de euros en España- y no los 2.000 euros por establecimiento hostelero, que tampoco han llegado.

La crisis sigue golpeando todo lo relacionado con el turismo y el sector servicios. Los últimos datos del Colegio de Notarios sobre el impacto de la pandemia en la venta de viviendas a extranjeros (turismo residencial) son reveladores. La actividad ha caído un 30% en los últimos doce meses habiéndose vendido 6.800 viviendas menos que entre marzo de 2019 y marzo de 2020. Con el aeropuerto sin conexiones aéreas con el resto de Europa es imposible cerrar ventas.

La patronal estima que del plan de choque del Gobierno, 350 millones de euros deben llegar ya a la provincia -los hoteles no puede seguir endeudándose tras invertir 260 millones en los últimos meses- ,y que a partir de junio el turismo tenga un modelo de ERTE diferente con prestaciones del 100% del salario para los trabajadores, porque no todos los hoteles van a a poder abrir en verano, sea cual sea el grado de control del covid. Los datos están ahí: el 90% de las reservas del turismo británico se concentran para el próximo otoño porque, por otro lado, aunque el río de británicos es constante todo el año, julio y agosto no son meses de llegadas masivas.

El sector turístico lleva prácticamente desde septiembre sin clientes, sin ingresos y con unos costes fijos de cien millones de euros, pese a que la mayoría los hoteles están cerrados hasta el próximo junio, cuando se espera que se pueda haber vuelto a una cierta normalidad y esté medio controlado el covid, aunque todo dependerá del ritmo de vacunación, hoy demasiado lento. Esta es la realidad de la planta hotelera de la provincia, que ha afrontado la temporada baja con unos 160 hoteles cerrados. Según un informe de la patronal, los hoteleros que han decidido cerrar por el final de la temporada, y, muchos, asfixiados por la pandemia en forma de falta de turistas, afrontan unos coste operativo por cada hotel cerrado temporalmente de entre 35 euros (establecimientos amortizados), y de 150.000 euros, en el caso de aquellos con préstamos pendientes, más grandes o sujetos al pago de un alquiler. Una media de 100.000 euros mensuales por establecimiento, que pese al cierre sigue generando gastos. Datos que explican la magnitud de la crisis económica derivada del covid, mucho más fuerte que la que provocó la explosión de la burbuja inmobiliaria em 2007. El turismo fue entonces una tabla de salvación para la economía provincial, pues no hubo ni un cierre hotelero.

Solo la patronal hotelera ha vuelto a reclamar esta semana al Consell que necesita con urgencia una inyección de 200 millones de euros a fondo perdido, porque no hay ya margen para más endeudamiento.

Toni Mayor, presidente de la patronal hotelera Hosbec, señala que va siendo hora ya de abrir la mano. «Si las cifras sobre el control de la pandemia acompañan hay que ir abriendo la movilidad, porque para el turismo es clave». Hosbec responsabiliza al Consell y al Gobierno central del retraso de la reactivación turística, asegurando que el confinamiento perimetral de España en la ya inminente Semana Santa ha demostrado el fracaso de la gestión del covid. «El sector hotelero y turístico de la Comunidad Valenciana se encuentra en una situación límite, y considera necesaria una planificación de la reactivación turística basada en datos objetivos y en procedimientos de seguridad con una combinación de rastreos, tests y confinamientos de precisión. Hosbec considera que las cifras sanitarias actuales avalan que se debe restaurar la movilidad de todo el territorio peninsular e insular levantando los cierres perimetrales. Una llamada de socorro que ha caído en saco roto pues hasta Madrid ha aceptado al final el cierre en el próximo puente de San José y durante Semana Santa.

José María Caballé, presidente de Servigroup, la cadena con más hoteles en la Comunidad Valenciana, subraya, tras un año de pandemia, que «no se puede hacer un balance de los últimos doce meses porque bastante tenemos con haber sobrevivido y, además., esto no se resolverá hasta que abran las fronteras. Mientras tanto, no queda otra que estar preparados para el nuevos turistas que nos vendrá y, como siempre he dicho, manteniendo la calidad y el servicio».

En el conjunto de España, la debacle turística ha provocado una caída de 106.000 millones de euros de la actividad (directa e indirecta), de entre ellos 55.393 millones menos de ingresos en divisas que revierten a España, lo que supone un descenso de actividad del 68,9% respecto a 2019. El peso del turismo en la economía española retrocede al 4,3% del PIB, ocho puntos menos respecto a 2019 (12,4%), el valor más bajo desde que se publican datos al respecto, según un informe del «lobby» Exceltur.

Cerca de 750.000 trabajadores de los distintos subsectores turísticos están afectados por la falta de trabajo; 435.000 provisionalmente por los ERTE y 293.000 despedidos o que no han sido contratados. La caída de empleo medio en turismo ha sido del 38,1% versus el 2,5% en el resto del resto de la economía nacional.

Calzado y juguete

Por otro lado, la pandemia provocó una caída de las exportaciones de calzado cercana al 16%. Según el último informe del Ministerio de Industria las firmas vendieron en el extranjero zapatos por un valor acumulado de 2.394,7 millones de euros. En comparación con 2019, las ventas al extranjero fueron un 15,9% inferiores. El juguete tradicional y el textil de la Comunidad registraron caídas del 19,6% y del 24,4%, respectivamente. El problema que arrastra el comercio en general en la provincia es que, en realidad, no acabó de recuperarse de la crisis de 2008 y el fuerte descenso del consumo que se derivó de aquella gran recesión. Un factor que, unido al encarecimiento de los alquileres de locales comerciales y a la competencia de la venta online, dejó muy mermada su capacidad competitiva.

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