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El abandono del Barranco de las Ovejas lo convierte en un polvorín ante una gota fría

Un informe de la Universidad de Alicante advierte sobre el riesgo de colapso si hay fuertes lluvias debido a la falta de limpieza

Imágenes de esta semana del estado en el que encuentra el cauce del barranco.

Un informe del geógrafo de la Universidad de Alicante Antonio Oliva advierte de que el abandono en el que se encuentra el cauce del Barranco de las Ovejas, tanto en su tramo final en San Gabriel como aguas arriba, lo ha convertido en una auténtica bomba de relojería de cara al próximo episodio de lluvias torrenciales. La falta de conservación es tal, que Oliva, máster en Prevención de Riesgos Naturales por la UA, advierte de que en caso de una tromba podría producirse un desastre como el de 1982, cuando un gota fría y su posterior riada partieron en dos el barrio de San Gabriel. El catedrático Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología, coincide en la existencia de este riesgo.

Oliva y Olcina denuncian que la falta de coordinación de la Confederación Hidrográfica del Júcar y el Ayuntamiento de Alicante para acometer, periódicamente, la limpieza del cauce, bloquean la solución, que no es otra que un correcto mantenimiento. El barranco presenta en muchos tramos un aspecto deplorable con maleza, carros de supermercados arrojados y basura sin retirar.

Desde que se hizo el encauzamiento del barranco, su tramo final no está teniendo mantenimiento y se acumulan vertidos y crecimiento de vegetación que suponen obstáculos ante una posible crecida del barranco, además de ofrecer una imagen de suciedad y degradación en esta zona. Se debería llevar a cabo una limpieza periódica de los cauces que atraviesan el término municipal, tanto el de las Ovejas como el de Agua Amarga, junto a la EUIPO. Su estado es lamentable. Las lluvias que se han producido desde 2019 han provocado la colmatación de la canalización, generando grandes islas en el interior de su cauce. Ello reduce la capacidad de desagüe del caudal estimado por la canalización. Todavía no es mucho, pero la colmatación ya ocupa la mitad del suelo del canal en las proximidades del barrio de San Gabriel, dejando un islote de tierra en un lado y un poco de agua de mar al otro. Además, las cañas han crecido y, la vegetación a lo largo de su cauce natural se ha vuelto mucho más frondosa. También hay muchos residuos sólidos en el cauce como carros de compra, ruedas, y muchos plásticos.

El Barranco de las Ovejas es un curso fluvial de régimen intermitente que desemboca en el Mediterráneo al sur de Alicante. Se trata de un cauce que, generalmente, a lo largo del año está seco, a excepción de momentos de precipitaciones intensas y torrenciales que lo reactivan, produciéndose la circulación de las aguas por el mismo. En su tramo final divide en dos el barrio de San Gabriel dejando en un margen el barrio más antiguo y en el otro, las urbanizaciones más modernas.

El abandono del Barranco de las Ovejas lo convierte en un polvorín ante una gota fría Álex Domínguez

La riada de 1982

El barranco ha generado, históricamente, inundaciones en el barrio de San Gabriel, llegando a contabilizar un total de ocho episodios datados. Entre ellos, el más destacado es el acaecido el 20 y 21 de octubre de 1982, coincidiendo con la rotura del pantano de Tous. El barranco llegó a registrar un caudal de 475 m3/segundo con una altura o calado de 5 metros. El barrio quedó totalmente inundado y aislado, puesto que la avenida había destruido el puente de la N-332 y la vía férrea que se asentaba en el lecho del cauce. Ello provocó que los bajos de las viviendas, locales comerciales y garajes, quedaran anegados y destruidos. Se contabilizó un total de 56 viviendas dañadas ya que se encontraban colindantes al mismo lecho del barranco.

Tras este episodio de inundación se propuso la canalización del tramo final del cauce. En concreto, la canalización de los últimos 800 metros del cauce, para una capacidad de 730 m3/s, correspondiente para un periodo de retorno de 110 años. El cálculo se mantiene vigente pero todavía no se ha puesto a prueba, puesto que no se ha vuelto a registrar una precipitación como la de octubre de 1982 en Alicante. La lluvia más reciente se produjo el 13 de marzo de 2017 donde se registró un total de 150 l/m2, quedando muy distante al episodio de 1982.

De manera puntual se ha realizado algún arreglo o dragado en el cauce, empero, eso no evita la situación de abandono que sufre el mismo. Este abandono y falta de gestión lo que provoca es que crezca de manera descontrolada la vegetación de los espacios húmedos, como es el típico caso de las cañas, que algunas de ellas llegan a superar los 2 o 3 metros de altura, tanto aguas arriba por toda su cuenca como en el tramo final, lo que supone un importante problema de cara a un episodio de inundación, denuncia Antonio Oliva.

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