«La reforma laboral debe incorporar el trabajo online. Ayer (por el miércoles) entregamos en el Congreso de los Diputados 135.000 firmas para hablar del futuro del empleo y del impacto del desarrollo tecnológico en el mercado laboral. Es un reto tan mayúsculo que debe formar parte de las propuestas de los partidos políticos. Nos hemos digitalizado en pocos meses y el teletrabajo ha venido para quedarse porque es muy productivo pero hay que regularlo», argumentó ayer Cristina Garmendia, doctora en Biología Molecular y presidenta de la Fundación Cotec para la Innovación, en el transcurso del primer foro 4Estaciones de la temporada, celebrado en el Club INFORMACIÓN con el patrocinio del Banco Sabadell.

La tesis de la exministra no la comparte totalmente el catedrático de Economía Aplicada y fundador de Torre Juana OST (Open Space Technology), Andrés Pedreño. Aunque el exrector de la Universidad de Alicante puso el acento en que el teletrabajo ha funcionado «de maravilla» de forma espontánea y sin regular, considera necesario identificar los fallos del sistema y los derechos a preservar. Así mismo, entiende que pese a aumentar la eficiencia, si hay abusos será necesario perseguirlos.

En un diálogo que pivotó sobre las capacidades educativas, tecnocientíficas, sanitarias e industriales de la sociedad postpandemia, una buena porción del debate se centró en el teletrabajo. Pedreño apuntó que este nuevo sistema ha permitido a las empresas ganar en productividad, ahorrar en viajes «e ir al grano, aprovechando el valor del tiempo»; pero Garmendia abundó en que el teletrabajo es una herramienta muy útil que hay que implementar con todas las garantías. «Las empresas tomamos nota de la oportunidad pero también de los riesgos, entre otros, para la salud de los trabajadores. El derecho a la desconexión tiene que estar pautado, dialogado y acordado. No puede ser que esa productividad extra sea a costa de la salud de las personas. El debate en sede parlamentaria estaría muy bien. Por fin tenemos en el Congreso una oficina de ciencia y tecnología, que permitirá tomar decisiones basadas en la evidencia y el método científico. El teletrabajo es una nueva inercia laboral, seguro que habrá regulación, tiene que haberla».

La exministra de Ciencia e Innovación (con el gobierno de Rodríguez Zapatero) explicó que, para la Fundación Cotec que ahora dirige la también empresaria, la educación es uno de los pilares de la economía, de ahí que mostrase su preocupación por la brecha que ha abierto la obligatoria digitalización de la enseñanza forzada por el covid, citando aquellos hogares sin dispositivos para seguir una formación en línea, sin una buena wifi ni clima para poder aprender, lo que crea colectivos vulnerables. Garmedia considera que existe una necesidad identificada que hay que abordar con la colaboración público-privada ya desde el próximo curso. La doctora en Biología Molecular y el catedrático de Economía Aplicada encontraron muchos puntos en común a la hora de hablar de educación y formación, y cómo la digitalización acarreará profundos cambios sociales. «Necesitamos incentivar las vocaciones en Primaria y Secundaria, romper los tópicos y la brecha de género para el lenguaje de las máquinas. Generar vocaciones que sean empleo del futuro.

Cristina Garmendia, durante el debate Alex Domínguez

Esto debe estar en las agendas, como han hecho Finlandia o Reino Unido, países que creen en ciencia y tecnología, y en el recorrido de la economía digital», dijo el exrector, quien instó a las universidades a acabar con la rigidez de sus estructuras. Pedreño citó un informe del Banco de España que pone el foco en los problemas de empleabilidad de muchas titulaciones, por lo que pidió más ayuda presupuestaria para que los jóvenes tengan futuro en un país con un 50% de paro juvenil, una «verdad incómoda», dijo, que no le gusta a los políticos, «con la que hay que obsesionarse». Garmendia acentuó la brecha entre universidades públicas y privadas, ya que éstas son más flexibles a los cambios organizativos orientados al empleo, mientras que a la pública le está costando: «necesitamos un paso y rápido, flexibilidad con más presupuesto y organización, si no será otra brecha más». Como la digital de género pese a que, según coincidieron ambos, las mujeres son «líderes magníficas en ciencia y tecnología».

El covid y el I+D+i

En otro momento del debate, la exministra se refirió al covid-19 y dijo que irónicamente el virus va a salvar la política de investigación, desarrollo e innovación española gracias a la inversión histórica que recibirá el país de los fondos europeos para la reconstrucción tras la pandemia pese a la moderada contribución de España al desarrollo de la vacuna: paradójicamente los tres investigadores que más están trabajando en inmunización, grandes expertos en virología, estaban jubilados, dijo. Garmendia criticó la «tremenda» dinámica negativa que arrastra España en este sentido, pues hasta siete países europeos con un PIB muy inferior, entre ellos «nuestra admirada Portugal», realizan una inversión en I+d+i superior a la de España. «Llevábamos años perdiendo inversión y esto tiene impacto. Si queremos que España tenga una soberanía tecnológica en esta competición de retos globales necesitamos un sistema de ciencia, tecnología e innovación fuerte, bien financiado y organizado. Es una asignatura pendiente. Las medidas presupuestarias están comprometidas, es una buena noticia, pero hace falta flexibilidad y una organización público-privada mucho más eficiente». En este sentido, la científica puso en valor que España tiene talentos en los hospitales y en los mecanismos públicos de investigación, y que no siempre se trata de más dinero sino de una mejor organización para trabajar en las bases de ensayos clínicos.

El fundador de Torre Juana OST abogó por incentivar las spin-off y las empresas tecnológicas, e investigar en los campos donde los sectores productivos necesitan modernizarse, como el sanitario o la industria biotecnógica, para ser competitivos, a través de la transformación digital. Un proceso del que se habló mucho en el foro 4Estaciones al hilo del covid.

Andrés Pedreño, en un momento de su intervención en el Club

La exministra considera que España tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, que debe estar al frente de la recuperación económica, y que sucumbió a la pandemia porque faltaban datos y no estábamos digitalizados. «La urgencia es priorizar la arquitectura digital del Sistema Nacional de Salud y me consta que el Gobierno y las comunidades están volcados en este desafío. Los datos llevarán a vivir mejor, a curar mejor, a tener mejores terapéuticas. Yo quiero ceder mis datos. Todos lo hacemos aceptando cookies cien veces al día», afirmó. El exrector se refirió a la excesiva regulación de la privacidad en España, donde «es más fácil donar un riñón que los datos médicos», lo que en el tema covid «se ha vuelto contra nosotros». Pedreño explicó que, en cambio, diversos países asiáticos hicieron un uso inteligente al emplear la capacidad de los móviles para establecer la trazabilidad del virus y tener acotado el riesgo de contagio; y desveló que países como Finlandia regalaron a sus ciudadanos un curso de inteligencia artificial. Pedreño instó a abrazar la tecnología con las restricciones que tiene, «porque los procesos de innovación son fascinantes. En el sector biomédico tendremos en un futuro próximo cirugía de precisión robótica y medicina compleja de ADN que permitirá afinar dirigida al metabolismo de cada ser humano. Hay que ilusionar a los jóvenes a abrazar el cambio». Los ponentes invitaron a invertir en la industria por su componente de empleo para complementar el sector servicios después de que en la pandemia demostrara capacidades «muy interesantes» que antes nunca se habían dado como el reto logístico de la transferencia inversa (de la sociedad a la industria) a través de la fabricación de respiradores y diversos prototipos; y abogaron por apuntalar el turismo tras la pandemia con las tecnologías aplicadas defendiendo la provincia y toda España como destino de salud pública seguro.