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La búsqueda de fusilados del franquismo acaba sin hallar restos completos

Los arqueólogos encuentran en la fosa X del Cementerio fragmentos de huesos de las víctimas compatibles con heridas de bala, así como un proyectil

La fosa donde se buscaba a los represaliados, ayer.

Los trabajos en la fosa X del Cementerio de Alicante para exhumar a once fusilados del franquismo en 1940 han terminado sin que hallan aparecido los restos completos de los cuerpos, según confirmó ayer la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, que costea la intervención. La búsqueda se inició el 22 de febrero a cargo de un equipo multidisciplinar de la asociación científica ArqueoAntro en medio de una gran expectación de familiares de los represaliados. El equipo da por finalizada la excavación tras cuatro semanas en las que han llegado a más de tres metros de profundidad sin que hayan encontrado los cuerpos de los republicanos in situ «ordenados», aunque sí gran cantidad de fragmentos de huesos con traumatismos e impactos de bala en el relleno que pueden corresponderse con las víctimas, así como un proyectil «compatible con los que se usaban en la época para los fusilamientos», explicaron las fuentes.

Trozo de hueso de represaliado hallado en la fosa.

«La hipótesis es que todo se removió cuando se realizaron en las fosa inhumaciones en los años 1963 y 1964, sobre todo de bebés, de hecho apareció un presunto caso de bebé robado. Es una suposición porque no hay un registro concreto para ver si algún fragmento se puede identificar», señalaron ayer desde el Consell, que apuntó a la posibilidad de que la mayor parte de los restos de los fusilados fueran a parar a un osario. La intención de la Generalitat es relacionar los fragmentos sueltos de huesos para «individualizar» los hallazgos. También se tomarán muestras de las familias para trazar perfiles genéticos con los restos a través del banco de ADN. «Es complicado pero intentaremos llegar al máximo de la investigación científica».

Bala hallada en la fosa.

Miguel Mezquida, arqueólogo director de la asociación científica que ha desarrollado los trabajos, explicó ayer que nunca se les ha llegado a facilitar el registro completo del Cementerio solicitado desde que en 2017 elaboraron el mapa de fosas. «Teníamos ese hándicap, que desconocemos qué paso con esa fosa entre 1945 y los años 80, en que sabemos, por testimonios orales, que aún se estaban haciendo enterramientos en ese cuadro pero no teníamos datos de cuántos se habían inhumado. A fuerza de preguntar a los funcionarios nos facilitaron un listado con 58 personas, aunque hasta el último día de excavación no nos han dado las edades de algunos y aún no hemos podido consultar el registro original de la época».

El arqueólogo teme que lo ocurrido pueda marcar una pauta en las exhumaciones de represaliados en el Cementerio y pide al Ayuntamiento que facilite el número de enterramientos hechos con posterioridad a la Guerra Civil y en la posguerra en esas fosas. En la X, con tanta cantidad de enterrados en los años 60, dijo, y al llegar a una profundidad de 3 metros, hallaron en el relleno numerosos restos fragmentarios, lo que aventuró la dificultad de que los fusilados se conservasen in situ.

Desolación en la asociación de familiares de los represaliados, que piden tener acceso a todos los archivos

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«Ahora toca revisar todos los restos antropológicos exhumado, intentar individualizarlos a ver si salen los once que constan allí enterrados y comprobar si hay restos óseos susceptibles de extraer ADN para intentar identificarlos». Mezquida abundó en la gran cantidad de fragmentos con impactos de proyectiles que aparecieron en el relleno así como balas típicas del «tiro de gracia» propio de la época y que ahora queda por delante un trabajo complejo de laboratorio para confirmar que son los represaliados, ya que el material está incompleto. «Lo normal es que la mayor parte de fusilados fueran a parar al osario», dijo también.

La Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo en el Cementerio de Alicante, integrada por 90 familias, mostró ayer su desolación al no salir los once cuerpos y pidió, a través de su presidenta, María José Pérez Galant, tener acceso a todos los archivos, a la vez que criticó que no esté registrado el que sacaran los cuerpos de la fosa.

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