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Pandemia: menos ratio pero una generación de alumnos peor preparada

La reducción de estudiantes por aula mejora el aprendizaje pero las clases semipresenciales y superar dos cursos con suspenso ocasionará un retroceso

La enseñanza ha tenido que adaptarse sobre la marcha a las dificultades que ha traído el covid. | RAFA ARJONES

La pandemia deja luces y sombras en un sistema educativo que, tras la irrupción del coronavirus, ya no será lo que fue. La adaptación forzosa y a contrarreloj de docentes y alumnos a la enseñanza online fue dura y compleja. Faltaba mucha formación y las plataformas tecnológicas carecían de la suficiente capacidad y preparación. Agudizando el ingenio, y echando mano de la faceta autodidacta, profesores, alumnos y familias dieron un paso de gigante en cuestión de semanas. Este curso han mejorado mucho las plataformas de Itaca y Aules para facilitar la comunicación telemática del profesorado con los estudiantes y los padres pero en el anterior dieron muchos problemas. A pesar de la desigualdad que supone la brecha digital entre las familias, la implantación de las nuevas tecnologías ha supuesto un gran avance para mejorar la formación dotándola de herramientas con enormes posibilidades. Es una ventaja que se mantendrá en el futuro, cuando la pandemia ya sea historia, como posiblemente lo hará la reducción de las ratios en las aulas introducida por la necesidad de mantener la distancia social para evitar los contagios. Con tal fin la Conselleria de Educación ha tenido que incrementar las plantillas de docentes. Pero en estos momentos es una incógnita saber si se mantendrán una vez que vuelva la normal normalidad. El año pasado también se estableció la tramitación telemática de la admisión del alumnado, esto es, las familias pudieron rellenar los datos desde casa con la web telematricula.es. El sistema funcionó muy bien y también ha venido para quedarse. Esas son las luces pero las sombras son más alargadas.

Dos años de confinamiento y restricciones van a traer consigo un considerable retroceso en la preparación de los estudiantes. Las clases semipresenciales es uno de los problemas. Por falta de espacio para garantizar la distancia social no todos los centros han podido reunir, al mismo tiempo y en la misma clase, a sus grupos de alumnos. De ahí la necesidad de reducir las horas lectivas. Sin embargo, peores consecuencias ocasionará la promoción del alumnado al curso siguiente con independencia de sus calificaciones. Por ejemplo, con siete asignaturas suspendidas no tendrán que repetir salvo excepciones. Muchos expertos advierten del lastre que supondrá para el conjunto del sistema educativo. Sendas medidas se van a mantener, además durante dos cursos consecutivos, dando lugar a una generación peor preparada que la del precovid y, por tanto, hipotecada por la desigualdad de oportunidades. Los educandos con más retrasos o dificultades serán los que más damnificados. Pero el impacto se irá trasmitiendo como una onda en el agua hasta alcanzar la Universidad o la FP. Es algo que no ha pasado inadvertido para el profesorado y sus efectos han comenzado a notarse ya. Como también tendrá consecuencias negativas la privación, por motivos sanitarios, de todos aquellos aspectos que fomentan la sociabilidad: el trabajo en equipo en las aulas y fuera de ellas, compartir materiales o la necesaria relación interpersonal en la comunidad educativa. El uso de la mascarilla como elemento que dificulta la comunicación, la desconfianza entre iguales por el miedo a transmitir el virus y el aislamiento social también dejarán secuelas. En este caso la opinión generalizada es que sus adversos efectos se irán mitigando con el tiempo a medida que avance el proceso de inmunización. Es, en definitiva, el yin y el yang del sistema educativo en tiempos de coronavirus.

Una de las medidas que la Conselleria de Educación ha implantado este curso es que el alumnado de primero de la ESO trabaje por ámbitos de conocimiento. Son unas metodologías que ya se aplican de forma más extensiva en Infantil y Primaria, pero no tanto en los institutos. Se trata de un modelo de enseñanza menos compartimentado y en primer curso de Secundaria está dando muy buenos resultados. Aparte de ello, el profesorado está aprovechando y estableciendo nuevas maneras de encarar las clases por ejemplo utilizando los patios o realizando sesiones a otros espacios fuera del centro. También estás experiencias educativas están resultando muy provechosas.

Para suplir los efectos negativos de la pandemia se han aumentado los fondos económicos destinados a organizar los centros educativos siguiendo las medidas de seguridad establecidas por las autoridades sanitarias: más profesorado, menos alumnos por aula, material de protección e higiene y la implementación de medidas adicionales para facilitar el gran trabajo que están desarrollando los docentes desde que el 14 de marzo de 2020 se decretó el primer estado de alarma. De hecho, la Comunidad Valenciana ha sido la única en España en dotar de purificadores con filtros Hepa a los centros y proporcionar mascarillas FFP2 al profesorado. Además, cuando el curso pasado tuvieron que cerrarse los centros, la conselleria cuadruplicó el potencial de la plataforma digital educativa mediante el plan Mulan y se compraron 30.000 tabletas con internet para el alumnado que no tenía dispositivos en casa. Esto ha venido para quedarse al igual que el incremento de potencia de internet en los centros educativos y la formación del profesorado en TIC -Tecnologías de la Información y la Comunicación- que se ha triplicado en el último año.

Educación implanta nuevos modelos pedagógicos

El profesorado cambia las formas de impartir materia utilizando los patios y otros espacios fuera del centro

Una de las medidas que la Conselleria de Educación ha implantado este curso es que el alumnado de primero de la ESO trabaje por ámbitos de conocimiento. Son unas metodologías que ya se aplican de forma más extensiva en Infantil y Primaria, pero no tanto en los institutos. Se trata de un modelo de enseñanza menos compartimentado y en primer curso de Secundaria está dando muy buenos resultados. Aparte de ello, el profesorado está aprovechando y estableciendo nuevas maneras de encarar las clases por ejemplo utilizando los patios o realizando sesiones a otros espacios fuera del centro. También estás experiencias educativas están resultando muy provechosas. 

Para suplir los efectos negativos de la pandemia se han aumentado los fondos económicos destinados a organizar los centros educativos siguiendo las medidas de seguridad establecidas por las autoridades sanitarias: más profesorado, menos alumnos por aula, material de protección e higiene y la implementación de medidas adicionales para facilitar el gran trabajo que están desarrollando los docentes desde que el 14 de marzo de 2020 se decretó el primer estado de alarma. De hecho, la Comunidad Valenciana ha sido la única en España en dotar de purificadores con filtros Hepa a los centros y proporcionar mascarillas FFP2 al profesorado. Además, cuando el curso pasado tuvieron que cerrarse los centros, la conselleria cuadruplicó el potencial de la plataforma digital educativa mediante el plan Mulan y se compraron 30.000 tabletas con internet para el alumnado que no tenía dispositivos en casa. Esto ha venido para quedarse al igual que el incremento de potencia de internet en los centros educativos y la formación del profesorado en TIC -Tecnologías de la Información y la Comunicación- que se ha triplicado en el último año.

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