El carguero vació toda su mercancía en el mar y empezó a recibir a gente. Pasó el 28 de marzo de 1939 en Alicante, y las personas que subían a aquel buque británico eran los últimos exiliados que salían de España durante la guerra. Lo conseguían gracias a una maniobra valiente del capitán del Stanbrook, quien abandonó las aguas del litoral con las luces apagadas para pasar desapercibido. Ayer se les tuvo presentes a ellos y a todos los que sufrieron el franquismo en la celebración del Día de Recuerdo y Homenaje a las Víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura, dentro de un acto que tuvo lugar en el Puerto de Alicante, junto al monumento que homenajea al capitán Archibald Dickson, y al que, entre otros, asistieron el presidente de la Generalitat, Ximo Puig; la consellera de Calidad Democrática, Rosa Pérez; la nuera del poeta Miguel Hernández, Lucia Izquierdo; así como representantes de las víctimas y otras personalidades.
«Si el puerto de Alicante vio el último aliento de una República que trajo justicia y libertad; el puerto de Alicante es el lugar donde había que instalar este primer recordatorio, al que seguirán mucho más», señalaba Puig frente al monumento de Dickson. Los asistentes destaparon una placa junto al busto del capitán con el sello de «Memoria democrática», y, además, los socialistas colocaron una corona de flores en honor al capitán. El jefe del Consell incidió en la idea de «hacer frente a nuevos peligros», entre los que enumeró «la polarización y el frentismo», «el ruido destructivo» y «los discursos que usan a la ligera y de manera cínica palabras como libertad».
El presidente se mostró preocupado por las «nuevas amenazas» a las que se refirió como «viejos fantasmas que recorren las naciones», dentro de un discurso en el que citó a Miguel Hernández, Amos Oz o Max Aub, y durante el que se apoyó en el testimonio de Alicia, una niña que viajaba entre las 2.278 personas a bordo del Stanbrook.
María José Pérez, de la Asociación de Víctimas del Franquismo Cementerio de Alicante, recordó momentos vividos en este puerto, como el de Soledad, quien no pudo subir al barco y posteriormente fue fusilada. «No podemos olvidar lo que sucedió», apuntó Lucía Izquierdo. «No queremos rencores ni odios. No los sentimos», señaló la nuera del poeta. La consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez, explicó el dolor que le supone asistir a exhumaciones de víctimas como la que ha tenido lugar recientemente en el cementerio de Alicante. «Tenéis que imaginar la esperanza de las familias que después de décadas ven de pronto la recuperación de los restos de un padre, de un abuelo, de un bisabuelo», afirmó Pérez.
Al acto asistieron representantes de todos los partidos a nivel provincial, autonómico o local, a excepción de Vox. Ningún miembro del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Alicante asistió al encuentro.
