El gasto de las familias alicantinas en agua embotellada creció un 12% en el periodo 2015-19 según un informe elaborado el grupo Ais, el Observatorio de la Sostenibilidad. Según el informe, las familias de la provincia destinaron una media de 85 euros al año en agua mineral, un 12% más que en 2015, cifra que supone en 0,28% del gasto familiar total. Si bien el agua embotellada no tiene un peso significativo en el gasto familiar (62 euros en la media nacional), sí resulta relevante para valorar el estado del agua en España. En principio, el mayor gasto en agua mineral implica menos consumo de agua corriente para beber. Este consumo tiene mayor impacto ambiental por la captación, el embotellado, el transporte de las mercancías, y posteriormente la gestión de los residuos de las botellas, existencia de micro plásticos, y finalmente la deposición o gestión final de los residuos plásticos o vidrio que se utiliza.

Teniendo en cuenta el poco peso de esta partida en la economía familiar, se puede inferir que la calidad del agua en nuestro país es bastante aceptable, pues el nivel de este gasto se ha mantenido prácticamente sin cambios entre 2015 y 2019 (último año con datos disponibles), según el informe.

Según el informe en 2019 el gasto en agua embotellada de las familias españolas fue de 62 euros, y desde 2015 creció un 8,5%. Sin embargo, este gasto varía sensiblemente entre las distintas provincias, lo que denota que en ciertas regiones la calidad del agua es más pobre y hay una mayor recurrencia al agua mineral. Tenerife, Las Palmas y Baleares son las zonas donde el gasto medio de las familias en agua embotellada es mayor, moviéndose en un rango de entre 120 euros y 140 euros al año por hogar.

Tras los archipiélagos, están las provincias de toda la franja mediterránea, donde la inversión media va desde los casi 90 euros de Lleida y Murcia, a los 77 euros de Girona También por encima de la media nacional están Zaragoza (68) y Huesca (67).

En el lado contrario del ranking, las tres provincias vascas, donde el gasto medio anual apenas supera los 20 euros por hogar. El cuarto menor registro es para Madrid con tan sólo unos céntimos por encima de los 30 euros. Se observa que el tipo de suelo predominante en cada zona tiene una cierta influencia en el consumo de agua embotellada. Así, las regiones con suelos de mineralización débil, es decir granitos y zonas ácidas, como Madrid, Galicia y el norte de España, registran el gasto medio más bajo en agua mineral entre sus residentes. En cambio, las zonas con suelos con alta mineralización o básicos, como puede ser el de la costa mediterránea, aportan otras características al agua que pueden afectar más a su sabor y provocar que se incremente la compra de agua embotellada.