Si la niebla de advección es cada vez más frecuente en la provincia de Alicante, el polvo en suspensión no se queda atrás. El fenómeno vuelve por tercera vez en lo que llevamos de año y el cielo ya comienza a presentar un aspecto turbio.

El arrastre de aire cálido y calima procedente del norte de África está provocado por una borrasca en las cercanías de las islas Canarias, tal y como explican desde el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante (UA). Asimismo, apuntan que la concentración de polvo en suspensión en la provincia, que no será tan alta como en las últimas ocasiones, aumentará a partir del miércoles. No obstante, matizan que podrían "superarse puntualmente los umbrales de riesgo diarios establecidos por la Organización Mundial de la Salud (50 µg/m3)".

De igual forma, para finales de la semana y coincidiendo con los festivos de Pascua se prevé la llegada de aire frío con tormentas y chubascos. Esto podría ocasionar lo que se conoce como "lluvia de barro o de sangre" que, a principios de febrero, provocó en la provincia una capa de arena roja en aceras, coches y balcones.

Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología y presidente de la Asociación Española de Geógrafos (AGE), explicó recientemente que este tipo de precipitaciones rebajan la acidez de la atmósfera. Se trata de un aspecto que es positivo para mejora de la calidad del aire pero que resultan "llamativas" porque "ensucian" las superficies donde se depositan.

Las concentraciones más importantes en la Península Ibérica se esperan en el oeste en esta primera mitad de semana, donde además se superarán los 30 grados. La semana que viene, sin embargo, nos afectará una masa de aire más fría y la calima se retirará.

Lluvias de barro

Las lluvias de sangre muestran una tendencia creciente desde 1990 en España y representa "una de evidencias de cambio climático porque supone una presencia cada vez más frecuente de flujos del norte de África en el sur de Europa y la cuenca del Mediterráneo", tal y como indica Jorge Olcina.