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La demanda de citas en Salud Mental para los adolescentes se duplica por la pandemia

Los psiquiatras infantiles advierten de un aumento de problemas de ansiedad, depresión y de trastornos de la alimentación - Las solicitudes por casos urgentes se han llegado a triplicar

Unidad de Salud Mental Infantil de Benalúa, dependiente del Hospital General de Alicante. | JOSE NAVARRO

Aislamiento social, enseñanza online, miedo al contagio… la pandemia de coronavirus está empezando a pasar una importante factura psicológica en los jóvenes. Tanto, que los psiquiatras infantiles lanzan ya la voz de alarma: la demanda de citas ordinarias en las Unidades de Salud Mental Infantil (USMI) se ha duplicado en las últimas semanas y en el caso de las citas preferentes, a las que hay que atender con relativa urgencia, se ha ya llegado a triplicar.

«Estamos viendo a muchos adolescentes y preadolescentes con cuadros de ansiedad, depresión y con ideas autolíticas», señala Auxi Javaloyes, psiquiatra de la USMI de Benalúa, una de las dos unidades con las que cuenta el departamento del Hospital General de Alicante para atender a los menores con problemas de salud mental. También los trastornos de la alimentación, como la anorexia o la bulimia, se han duplicado durante estos meses entre las jóvenes fruto del mayor sedentarismo y del mayor tiempo que pasan en las redes sociales, donde abundan las páginas que fomentan la anorexia o la bulimia. Y de manera paralela, «está subiendo la adicción a los videojuegos por parte de chicos que antes hacían deporte y ahora se refugian en las consolas, lo que al mimos tiempo desemboca en más absentismo escolar».

Javaloyes tiene muy claros cuáles son los gatillos que están disparando esta epidemia de problemas mentales. «Los pilares a estas edades son las relaciones sociales y la vida académica». La pandemia ha obligado a que los jóvenes socialicen menos y la enseñanza online o semipresencial «está suponiendo un enorme estrés en jóvenes de entre 16 y 18 años por la elevada demanda académica que les supone».

Precisamente el arranque del curso escolar fue el caldo de cultivo en el que empezaron a cocerse todos estos problemas que ahora despuntan. «Al principio de la pandemia nos sorprendió lo bien que lo llevaban los niños y los jóvenes, que aguantaron muy bien el tirón», explica Elena Romero, psiquiatra y coordinadora de la USMI de San Vicente, también dependiente del Hospital General de Alicante.

Franjas de edad

Los mayores problemas se están detectando en jóvenes a partir de 13 años con un pico de casos entre los 16 y 17 años. A Elena Romero le llama la atención la juventud de los pacientes que acuden a su consulta. «Te llegan chicos y chicas de 13 años con cuadros muy abigarrados que antes no veías antes de los 16 años». Entre las chicas destacan los trastornos de ansiedad y depresión, así como los relacionados con la alimentación y en ellos son más comunes los problemas de conducta y de consumo. Entre los niños y adolescentes que ya tenían diagnosticado algún problema, la pandemia también está provocando un agravamiento de su situación. «Los críos con TDAH o autismo están sufriendo más porque los gabinetes psicológicos han tenido que readaptar su asistencia y la enseñanza telemática supone más obstáculos para ellos».

Desde que estalló la pandemia y se impuso el confinamiento estricto, la gran incógnita y a la vez el gran temor ha sido saber cómo afectaría esta situación a la salud mental. «Los primeros efectos ya los tenemos aquí y está siendo la población más joven la primera afectada», sostiene Enrique Pérez, jefe de Psiquiatría del departamento del Hospital General de Alicante. ¿La explicación? «Los adultos suelen tener más mecanismos para adaptarse a estas situaciones y a la vez el malestar que están viviendo, por la pérdida del empleo o por el miedo al contagio, repercute en sus hijos», señala Auxi Javaloyes.

Los recursos para atender a los jóvenes con problemas mentales eran escasos antes de la pandemia y el covid los ha mermado aún más. En el hospital de Orihuela -el único con camas de ingreso para la población menor de edad con problemas mentales- se ha tenido que reducir el número de camas para que las habitaciones sean individuales. «El tratamiento farmacológico con estos chicos es insuficiente, necesitamos más recursos, como es el hospital de día para que puedan tener una continuidad asistencial», advierte Elena Romero.

Casos que llegan hasta las Urgencias de los hospitales

En las Urgencias de los hospitales también constatan este repunte de trastornos mentales que se está produciendo entre los jóvenes fruto de la pandemia. Desde uno de estos servicios señalaban estos días que están atendiendo a diario a varios niños que son llevados de urgencia por problemas de ansiedad o con trastornos de la alimentación, una cifra insólita hasta el momento. También llegan durante estas guardias un mayor número de adolescentes que se autolesionan como un mecanismo para aliviar la ansiedad que sufren.

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