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Nadie quiere limpiar el Barranco de las Ovejas en Alicante, una bomba de relojería ante una gota fría

La Confederación culpa de la suciedad al consistorio por tratarse de un «cauce urbano», y este alega que no es su responsabilidad porque está inundado

Las cañas ocupan parte de la zona inundada del barranco que desemboca en el barrio de San Gabriel

Por unos y por otros, el barranco sin limpiar. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha replicado al Ayuntamiento de Alicante afirmando, ley en mano, que el mantenimiento del Barranco de las Ovejas y también el de Aguamarga, que paradójicamente está limpio, corresponde al consistorio alicantino, ya que se trata de cauces urbanos, y por ello, su conservación y mantenimiento son obligación de la autoridad local por el cual discurren. El Ayuntamiento sostiene que no es de su competencia al tratarse de un cauce inundado. Sin embargo, según la CHJ, la ley 10/2001 de 5 de julio, del Plan Hidrológico Nacional, establece en su artículo 28.4 que «las actuaciones en cauces públicos situados en zonas urbanas corresponderán a las administraciones competentes en materia de ordenación del territorio y urbanismo, sin perjuicio de las competencias de la Administración hidráulica sobre el dominio público hidráulico. El Ministerio de Medio Ambiente y las Administraciones autonómicas y locales podrán suscribir convenios para la financiación de estas actuaciones».

El organismo estatal se escuda en la ley del Plan Hidrológico Nacional de 2001 para eludir su responsabilidad

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La Confederación del Júcar va más allá y, en relación a la recogida de la basura acumulada en el cauce, sostiene que también es responsabilidad del Ayuntamiento. La Concejalía de Medio Ambiente se ha desentendido del problema después de que un informe de la Universidad de Alicante revelara hace unas tres semanas que la falta de limpieza y el crecimiento de las cañas han colmatado parte del cauce del barranco, que se ha convertido, por ello, en una bomba de relojería en caso de que se produzca una gota fría y vuelva a circular agua por el barranco. Según el Ayuntamiento, al tratarse de un cauce inundado, la responsabilidad del mantenimiento sería estatal.

Un carro de un supermercado hundido entre el fango del fondo del cauce Alex Domínguez

Un informe del geógrafo de la Universidad de Alicante Antonio Oliva advierte de que el abandono en el que se encuentra el cauce del Barranco de las Ovejas, tanto en su tramo final en San Gabriel como aguas arriba, lo ha convertido en un auténtico peligro de cara al próximo episodio de lluvias torrenciales. La falta de conservación es tal, que Oliva, máster en Prevención de Riesgos Naturales por la UA, advierte de que en caso de una tromba podría producirse un desastre como el de 1982, cuando un gota fría y su posterior riada partieron en dos el barrio de San Gabriel. El catedrático Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología, coincide en la existencia de este riesgo. Oliva y Olcina denuncian que la falta de coordinación de la Confederación Hidrográfica del Júcar y el Ayuntamiento de Alicante para acometer, periódicamente, la limpieza del cauce, bloquea la solución, que no es otra que un correcto mantenimiento. El barranco presenta en muchos tramos un aspecto deplorable con maleza, carros de supermercados arrojados y basura sin retirar. Desde que se hizo el encauzamiento del barranco, su tramo final no tiene mantenimiento y se acumulan vertidos y crecimiento de vegetación que suponen obstáculos ante una posible crecida del barranco. 

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Nadie quiere limpiar el Barranco de las Ovejas en Alicante PILAR CORTÉS

Las lluvias que se han producido desde 2019 han provocado la colmatación de la canalización, generando grandes islas en el interior de su cauce. Ello reduce la capacidad de desagüe del caudal estimado por la canalización. Todavía no es mucho, pero la colmatación ya ocupa la mitad del suelo del canal en las proximidades del barrio de San Gabriel, dejando un islote de tierra en un lado y un poco de agua de mar al otro. Además, las cañas han crecido y la vegetación a lo largo de su cauce natural se ha vuelto mucho más frondosa. También hay muchos residuos sólidos en el cauce como carros de compra, ruedas y muchos plásticos.

El organismo estatal se escuda en la ley del Plan Hidrológico Nacional de 2001 para eludir su responsabilidad

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El Barranco de las Ovejas es un curso fluvial de régimen intermitente que desemboca en el Mediterráneo al sur de Alicante. Se trata de un cauce que a lo largo del año está seco, a excepción de momentos de precipitaciones intensas y torrenciales que lo reactivan, produciéndose la circulación de las aguas. En su tramo final divide en dos el barrio de San Gabriel dejando en un margen el barrio más antiguo y en el otro, las urbanizaciones más modernas.

Natxo Bellido, portavoz municipal de Compromís, subraya, en este sentido, que «desde Compromís exigimos a la CHJ y al gobierno municipal más seriedad y responsabilidad ante sus deberes de mantenimiento de los barrancos de las Ovejas y Aguamarga. No pueden estar permanentemente en un «partido de tenis», mientras los cauces están una situación preocupante de cara a posibles episodios de lluvias torrenciales. Por eso, les instamos a la firma de un convenio donde se regulen las labores y responsabilidades de cada institución ante el mantenimiento de los cauces urbanos».

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