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Los expertos detectan un grave aumento de los cuadros de ansiedad por el paro juvenil, que roza ya el 40%

La crítica situación laboral de los jóvenes por la pandemia incrementa las solicitudes de ayuda psicológica u«No tenemos una base sobre gestión emocional», apunta una especialista

Los expertos detectan un grave aumento de los cuadros de ansiedad por el paro juvenil, que roza ya el 40%

El coronavirus no tiene como diana a la población joven y la inmensa mayoría de los contagiados son asintomáticos. Sin embargo, los estragos de esta pandemia sí se han cebado con este grupo de edad en forma de paro y depresión. Los últimos datos sobre desempleo juvenil en la Comunidad Valenciana sitúan la cifra en un 37,75%. Cifras que evidencian la dificultad del mercado laboral para absorber a aquellos que están formados y preparados para su primer trabajo. El resultado es un incremento de problemas como la ansiedad y el estrés, unido a la preocupación ya no solo por su futuro, sino por su presente. «Los jóvenes se sienten desplazados en esta pandemia», apunta la psicóloga Loreto Esclapez.

El sentimiento de desesperación, ansiedad y preocupación derivado del covid se ha instalado en el 43% de los jóvenes de entre 25 y 15 años. Así lo afirma un estudio llevado a cabo por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción. El motivo principal: desempleo. El paro juvenil alcanzó a finales de 2020 en la Comunidad Valenciana un 37,75%. Así, teniendo en cuenta que el desempleo general de la comunidad es del 17,26%, la preocupación de los jóvenes por su futuro laboral está justificada. Además, la encuesta del CIS sobre salud mental durante la pandemia revela que los más frágiles han sido los más jóvenes, entre los 18 y los 24 años y que el 13% de estos jóvenes ha recurrido a algún profesional de salud mental para solicitar ayuda sobre orientación laboral y personal.

La rutina laboral de Sergio Maldonado es un camino que día a día se le hace más pesado. Este joven de 25 años lleva trabajando como diseñador gráfico desde hace tres en una agencia de Alicante. Para muchos es afortunado por tener un contrato laboral, pero el joven lo cuestiona; «¿cambio de qué?». Según explica el afectado su situación laboral se agravó con este virus que todos conocemos, unido a la sensación de apatía que experimenta ante la imposibilidad de conseguir su metas. «Este año tenía pensado independizarme pero con mi sueldo es imposible llevarlo a cabo». Y así es como la precarización laboral se instala en un joven de con la experiencia que todas las empresas exigen y la formación académica propia de alguien de su sector. «Los sueldos siguen siendo precarios, los alquileres siguen siendo desorbitados, las oportunidades siguen siendo insuficientes, y esperan que esta generación sustente a este país en los años venideros... desde mi punto de vista está difícil».

Estela Ramón, estudiante del doble grado en Derecho y Criminología, cuenta que el coronavirus ha empeorado su situación laboral. Durante la carrera trabajó como dependienta en una tienda de calzados para poder pagarse los estudios, a la vez que ahorrar para seguir formándose. Sin embargo, el covid hizo que el comercio tuviera que cerrar. «¿Ahora cómo pago los estudios?», se preguntó.

La estudiante es un claro ejemplo de cómo un futuro profesional dedica sus años universitarios a ir de práctica en práctica buscando una remuneración digna, y con muchísima suerte un contrato laboral tras esto. «Desde que comencé la carrera supe que el final de esta traería inestabilidad laboral, precariedad y esfuerzo mal pagado». Pero ahora, con el covid, ya ni eso. La afectada afirma que «a los jóvenes solo nos contratan porque trabajamos gratis o cobramos poco», señala Estela Ramón. Así, en este complicado año, Estela Ramón señala que lo que más le pesa es la preocupación y la desesperación que siente al ver que esta situación empeora por momentos porque «no se nos está teniendo en cuenta».

Por su parte, la historia de Isabel Soriano, estudiante de Periodismo, también tiene como protagonista al covid. Este virus truncó su beca Erasmus en su último año de carrera, lo que hizo que tuviera que hacer un año más para poder terminar lo que tenía pendiente tras su regreso forzado a España. Así, Isabel afirma que ha pasado por momentos muy duros, sintiendo apatía, tristeza y ansiedad. «Durante un tiempo pensé que tenía depresión porque solo quería dormir y olvidarme de todo. Siempre tenía ganas de llorar». Ella quiere encaminar su futuro, poniendo el foco en el periodismo corporativo. Ahora, Isabel Soriano se pregunta si tendrá la suerte de poder conseguirlo. «Con formación y experiencia no vale, hace falta que inviertan en la juventud», concluye.

Plan de educación emocional, la mejor prevención para el futuro

La pandemia del covid ha destapado la necesidad de crear un plan de educación emocional como medida de prevención ante los problemas personales y sociales. Los expertos en salud mental afirman que han contabilizado un incremento de visitas al psicólogo para la gestión de emociones ante el aumento de casos de depresión y ansiedad, especialmente en estos últimos meses. Así, Loreto Esclapez, psicóloga, afirma que la sociedad no tiene una base para reconocer, integrar y expresar emociones. Así, afirma que experimentar tristeza en estos momentos por, por ejemplo, no conseguir empleo es «normal y necesario». Sin embargo, señala que si uno siente que no sabe gestionar la tristeza, siente desmotivación y apatía la mayor parte del tiempo del día a día y percibe una incapacidad para disfrutar de la vida cotidiana en general, la psicóloga apunta que se debe pedir ayuda al psicólogo. Así, las herramientas de gestión emocional son indispensables en aquellos jóvenes que creen que no ven futuro laboral. «No podemos caer en la indefensión, debemos entender que es normal sentirse así, aceptarlo y generar estrategias alternativas de pensamiento y de afrontamiento más adaptativas», apunta la experta. De esta forma, teniendo en cuenta la escasa importancia que se le da a la salud mental en España, Loreto Esclapez recomienda que «cada uno de nosotros debemos responsabilizarnos de nuestro estado mental y darle la importancia que requiere».

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