Más allá de sus imponentes playas de Bandera Azul, la ciudad de Alicante alberga numerosos monumentos y bienes culturales que revelan un apasionante pasado, influenciado por la proximidad del mar Mediterráneo. En el casco antiguo encontrarás la Casa Consistorial (que alberga el Ayuntamiento), La Basílica de Santa María, la Concatedral de San Nicolás, las ermitas de Santa Cruz y San Roque, entre otros edificios de interés histórico.

En la Explanada podrás admirar la Casa Carbonell y en la zona centro podrás ver la Sede de Correos, o la preciosa fuente de Luceros. También puedes visitar el Mercado Central de Alicante, y muy cerca, encontrarás la plaza de Toros o la antigua fábrica de Tabaco, que ahora se llama Las Cigarreras y es un formidable centro cultural. 

El paseo de la Explanada es uno de los lugares más emblemáticos de Alicante, si bien existen otros paseos y jardines que te sorprenderán por su entorno y por la majestuosidad de algunos de sus árboles centenarios: la Plaza Gabriel Miró, el Portal de Elche, el parque de Canalejas o el Panteón de Quijano. Si te gustan las palmeras no puedes dejar de visitar El Palmeral y si buscas amaneceres frente al mar, el Paseo de Gómis será todo un acierto.

Los museos de Alicante son atractivos y sorprendentes para hacer completa tu experiencia en la ciudad. El MARQ es uno de los mejores museos arqueológicos de nuestro país y cuenta con exposiciones de interés internacional, tanto de colecciones propias como de piezas cedidas de distintos museos del mundo.

El conjunto monumental de las Torres de la Huerta y el Monasterio de Santa Faz son otros de los puntos de interés histórico y cultural más relevantes, pero sin duda, las dos «joyas de la corona» de Alicante -sin desmerecer al resto de patrimonio- bien podrían ser el Castillo de Santa Bárbara y la isla de Tabarca.

Castillo de Santa Bárbara

La fortaleza de Santa Bárbara de Alicante se alza sobre el monte Benacantil, a 166 metros de altitud sobre el Mar Mediterráneo, y desde ella se divisa toda la bahía de Alicante, lo que le otorgaba un enorme valor estratégico en cuanto al control territorial.

El Castillo de Santa Bárbara y su «Cara del Moro» es el principal símbolo de la ciudad. Pilar cortés

Su origen se sitúa a finales del siglo IX, cuando se construye la primera alcazaba medieval islámica en lo alto de la peña. No obstante, hasta el reinado de Felipe II no se produce la gran reforma y ampliación del castillo (S. XVI), con las dependencias que en su mayoría hoy contemplamos.

Tras años de ataques y defensas, no sería hasta finales del siglo XIX cuando el castillo queda desartillado definitivamente. Estamos ante una muy importante fortificación militar que tiene una pervivencia en el tiempo de prácticamente diez siglos, y en la que se pueden distinguir hasta cuatro recintos con sus propios inmuebles internos y particularidades. Desde la parte más alta, el conocido como «Macho» del castillo, donde se ubicó la primera alcazaba medieval, hasta la parte más baja donde perviven construcciones realizadas a lo largo de la Edad Moderna.

Declarado como Bien de Interés Cultural desde el año 1961 y siendo uno de los castillos más visitados de la Comunidad Valenciana, destaca como curiosidad el singular modo en que las rocas sobre las que se sitúa la fortaleza se han dispuesto, formando la conocida  «Cara del Moro», que esconde una triste y hermosa leyenda que todo alicantino conoce.

Isla de Tabarca

El pequeño archipiélago de Nueva Tabarca o Isla Plana, más conocido como la Isla de Tabarca, se encuentra situado a tres millas náuticas frente al Cabo de Santa Pola, aunque administrativamente pertenece al término municipal de la ciudad de Alicante, de la que dista unas once millas. Se trata de la única isla habitada de la Comunidad Valenciana, y un dato que llama verdaderamente la atención: es la ínsula más pequeña permanentemente habitada del Mediterráneo, lo que la convierte en un enclave de gran interés, tanto desde el punto de vista geográfico, como patrimonial y turístico.

Desde el Castillo se divisa toda la bahía de Alicante.

El alto valor estratégico que ha tenido a lo largo de la historia la pequeña isla ha sido, sin duda, uno de los motivos (aparte de la riqueza de sus aguas en cuanto a los recursos pesqueros), por lo que desde al menos la antigüedad romana este diminuto archipiélago haya sido visitado y ocupado en diferentes épocas.

Hoy en día, y como heredera de todo un pasado histórico, Nueva Tabarca es un destino de gran interés, y así se refleja en sus máximas figuras de protección: desde 1964 es Conjunto Histórico-Artístico, en la actualidad Bien de Interés Cultural. En cuanto a sus valores naturales, destaca la declaración en 1986 de Reserva Marina de interés pesquero a su entorno marino, la primera declaración de este tipo que se hacía en España.

Este destacado patrimonio que encierra la isla se aglutina en el Museo Nueva Tabarca, una instalación cultural que el Ayuntamiento de Alicante inauguraba allí en el año 2004.

Candidatura a Patrimonio Mundial

Con el objetivo de seguir poniendo en valor el rico patrimonio histórico y cultural de una ciudad como Alicante, el Ayuntamiento ha propuesto recientemente una iniciativa para retomar el proyecto de candidatura a Patrimonio Mundial de la UNESCO para el conjunto histórico defensivo de la ciudad con una temática basada en las «Innovaciones de la ingeniería renacentista e ilustrada de Alicante dentro la política territorial mediterránea de la Monarquía Hispana», cuyos pilares, en cuanto a hitos monumentales, incluirían el Castillo de Santa Bárbara, el Pantano de Alicante (Tibi), el conjunto monumental de Torres de la Huerta, y el conjunto monumental de Nueva Tabarca.