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El pequeño comercio reclama que se reduzcan de 90 a 60 las horas semanales de máximo aperturable

El sector pide en las Cortes unas reglas de juego más justas para favorecer la conciliación al considerar que la liberalización de los horarios ha lastrado el volumen de negocio y la calidad de vida de los comerciantes

Una zona comercial del centro de Alicante Rafa Arjones

El pequeño comercio reclama que se reduzcan de 90 a 60 las horas semanales de máximo aperturable. El sector, a través de la federación Unió Gremial, ha pedido hoy unas "reglas de juego más justas" para favorecer la conciliación al considerar que la liberalización de los horarios ha lastrado el volumen de negocio y la calidad de vida de los comerciantes. Lo ha dicho su presidente, Juan Motilla, en las Cortes Valencianas, en la comisión especial de estudio sobre los usos de tiempos para impulsar políticas concretas de racionalización de los horarios.

Durante su intervención, Motilla ha recordado que el comercio tradicional representa el 15 % del PIB de la Comunitat Valenciana y da empleo a cerca de 215.000 personas, en un amplio porcentaje mujeres. Según ha dicho, la libertad horaria existente “no ha beneficiado ni a las personas consumidoras ni a las pequeñas empresas del sector. El análisis es absolutamente negativo. Las grandes cadenas de distribución han sido las únicas beneficiarias y, obviamente, en términos empresariales estos beneficios no redundan en una mejor calidad de vida de las personas trabajadoras de estas cadenas”, ha añadido.

Unió Gremial ha defendido un cambio del modelo de negocio para lograr “un relevo generacional de nuestros comercios y mantener nuestros barrios y pueblos vivos, hemos de ser capaces de mejorar la calidad de vida de la gente del sector”. Por ello, invita a crear marcos de competencia más justos, favorecer el emprendedurismo y el relevo generacional como claves de la recuperación.

Respecto al marco horario, Motilla ha reclamado revisar las 90 horas como máximo aperturable. "Es necesario que se produzca una reducción y adaptación de este límite horario y se haga para todos los formatos de comercio con el fin de minimizar las renuncias personales en un sector claramente feminizado como el nuestro”.

“90 horas semanales, 4.500 horas anuales, no parecen un atractivo para que nuestras futuras generaciones deseen recoger el testigo de negocios familiares que vertebran nuestro territorio. Si no tomamos partido y actuamos, en pocos años, puede ser tarde”, ha seguido Motilla, que apuesta por favorecer la economía local y la conciliación. La entidad considera que hay que pasar de 4.500 a 3.000 horas anuales (60 de máximo aperturable a la semana), con el fin de "adecuar los horarios al servicio de las personas, comerciantes y consumidoras y no al servicio de las grandes empresas. Hay que acabar con prácticas de ampliación de horario veraniegas como aperturas hasta las 22 horas”, ha justificado.

Proteger el comercio tradicional

El presidente de Unió Gremial ha expresado la necesidad de una revisión de las jornadas de trabajo del resto de sectores: “Debemos compactar la jornada laboral y establecer horarios más flexibles, adecuar y sincronizar horarios entre el sector empresarial y el resto de los agentes que inciden en nuestra vida. La revisión de los horarios de las empresas en los diferentes sectores también repercutirá en esta revisión de los horarios del comercio. En definitiva, mejorar los horarios comerciales es también proteger el comercio tradicional”, ha concluido.

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