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El bipartito reactiva los estudios para el control del ruido por el ocio en el entorno de Castaños

La implantación de la Zona Acústicamente Saturada, decretada por un juzgado, llevaba más de un año paralizada por la pandemia de covid

El tardeo volvió con fuerza este sábado a Alicante, tras la ampliación de horarios a la hostelería.

El bipartito reactiva los estudios para declarar el entorno de Castaños como Zona Acústicamente Saturada (ZAS), atendiendo así a la sentencia judicial que se conoció a finales de 2019. El equipo de gobierno paralizó los trabajos hace más de un año, alegando que la irrupción de la pandemia desvirtuaba la situación del ruido en el Centro Tradicional ante las restricciones a la hostelería.

Ahora, con motivo del final del estado de alarma (que decaerá el 9 de mayo), el ejecutivo de Barcala ha decidido retomar los trabajos con el inicio del procedimiento de contratación de la asistencia técnica en materia de ingeniería acústica para el apoyo en la elaboración del Mapa Estratégico de Ruido de Alicante (2017-2022) y el diagnóstico de la contaminación acústica de ocio mediante un modelo predictivo de ruido. El área municipal destinará 14.800 euros a esta asistencia técnica, según ha explicado el concejal de Medio Ambiente, Manuel Villar.

A finales de 2019, el juzgado de lo Contencioso 4 de Alicante condenó al Ayuntamiento por vulneración de derechos fundamentales, tras una denuncia vecinal por el ruido en el centro de Alicante, ordenándole a iniciar los trámites para declarar como ZAS el área entre las calles San Ildefonso, Castaños, López Torregrosa, Artilleros, Rambla, Pascual Pérez, Teatro, Teniente Álvarez Soto, Bailén, Gerona y San Francisco. La juez, en su sentencia de noviembre de 2019, instó al equipo de gobierno a establecer las limitaciones y medidas necesarias para la recuperación en la zona de los niveles sonoros previstos por la normativa vigente.

Apenas un mes antes de conocerse la sentencia, ya en pleno proceso judicial entre vecinos y Ayuntamiento, el bipartito anunció una serie de medidas para combatir el ruido en el centro de Alicante, entre ellas la reordenación de veladores en Castaños y San Ildefonso con un recorte del espacio destinado a mesas y sillas entre un 5% y un 10% para ganar espacio en favor de los peatones. A esta iniciativa sumó la prohibición de abrir nuevos pubs y discotecas en todo el Centro Tradicional, para lo que se anunció que se iba a modificar el plan especial para no conceder nuevas licencias.

Fuentes de la Concejalía de Medio Ambiente explicaron este lunes que ante el final del estado de alarma, y a la espera de que la Generalitat concrete las restricciones a partir del 9 de mayo, el Ayuntamiento de Alicante tiene sobre la mesa varias alternativas, en función del nivel de limitaciones a la hostelería. Si se recupera la normalidad, el bipartito prevé empezar en junio las mediciones del nivel de ruido existente a través de sonómetros, sobre todo en horario nocturno. De no ser así, se valora llevar a cabo análisis estimados a partir del modelo predictivo desarrollado por la empresa contratada, mientras que las mediciones se pospondrían hasta la llegada de la normalidad. «No queremos estar de brazos cruzados, aunque hasta ahora ya hemos avanzado en la recopilación de información con las concejalías afectadas, como Urbanismo y Ocupación de Vía Pública, entre otras», señalaron este lunes desde el departamento que dirige Villar.

Cuando el Ayuntamiento disponga de toda la documentación actualizada sobre el ruido en el Centro Tradicional, se elevará a la Generalitat la petición de declaración de ZAS «si se dan las circunstancias», según precisan. Desde que se realice el trámite formal, la respuesta del Consell se estima que se prolongaría al menos seis meses, aunque desde entonces el Ayuntamiento ya podría tomar decisiones a partir de medidas cautelares, según concretan.

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