La mudanza del piso donde convivía con su madre a otra casa del mismo inmueble de Alicante para okupar la vivienda de una vecina, a la que daba por muerta, ha sido de ida y vuelta y no ha durado mucho tiempo. La okupa, una joven de 22 años que ha sido detenida por la Policía Nacional por un delito de allanamiento de morada, ha alegado que pensaba que su vecina había fallecido y al no llevarse bien con su madre decidió entrar en la casa. Sin embargo, la dueña no estaba muerta y únicamente se había ausentado temporalmente para recibir un tratamiento médico en Madrid.

La intervención policial se llevó a cabo la semana pasada en el barrio Juan XXIII Segundo Sector después de que una mujer de 81 años denunciara que había regresado de Madrid a Alicante para volver a su domicilio habitual y le habían cambiado la cerradura.

Los agentes ampliaron datos con la mujer y les relató que padece una grave enfermedad y tuvo que marcharse temporalmente a Madrid, donde vive una hija, para recibir un tratamiento médico.

La sorpresa se la llevó a su regreso. Tras avisar a la Policía se desplazaron al lugar agentes del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) de la Comisaría de Distrito Norte y del Grupo de Motos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR).

La Policía Nacional comprobó que la vivienda de la mujer octogenaria, situada en la segunda planta de un inmueble de Juan XXIII, estaba okupada por una joven vecina del piso inferior. Los agentes hablaron con la joven y trató de justificar su acción.

La joven explicó a los policías que anteriormente vivía con su madre en el piso inferior, pero la relación entre ambas se había vuelto insoportable. Por ello, decidió pagar 500 euros a un hombre para que le abriera la puerta con el fin de ocuparlo de forma ilegal, ya que pensaba que había fallecido. A continuación le cambió la cerradura y residió en la vivienda hasta su detención la semana pasada.

Los agentes comprobaron que la titularidad de la casa correspondía a la mujer de 81 años y los datos aportados por testigos y personas implicadas corroboraron que la mujer octogenaria tenía toda la razón.

Desalojo voluntario

La joven de 22 años, que hasta la semana pasada no tenía antecedentes policiales, accedió a marcharse voluntariamente de la vivienda y fue detenida por la Policía como presunta autora de un delito de allanamiento de morada, aunque no se mostró colaboradora para identificar a la persona que le había abierto la puerta a cambio de 500 euros. Fue trasladada a dependencias policiales y una vez instruidas las diligencias la joven pasó a disposición judicial.

Por su parte, la mujer de 81 años logró recuperar su vivienda intacta gracias a la Policía Nacional. La dueña inspeccionó su domicilio y comprobó que tenía todas sus pertenencias.

Esta actuación forma parte de la respuesta que da ahora la Policía ante las ocupaciones de viviendas. El pasado septiembre entró en vigor un protocolo del Ministerio del Interior para la actuación de las Fuerzas de Seguridad en caso de ocupación ilegal de un inmueble.

Tanto si se trata de la primera como de la segunda vivienda del dueño ambas deben considerarse moradas y en caso de allanamiento las Fuerzas de Seguridad del Estado podrán proceder, sin necesidad de pedir medidas judiciales, y desalojar de forma inmediata a los ocupantes y detenerlos si procede.