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¿Cómo va la vacunación en Alicante?

Más de 175.100 personas ya han recibido los fármacos contra el covid, un 11,3% del total de la población - Expertos indican que la inyección «es el principio del fin para vencer al virus»

Vacunación frente al covid en las instalaciones de Ciudad de la Luz de Alicante hector fuentes

El proceso de inmunización frente al coronavirus en la provincia de Alicante suma un total de 172.903 personas con las dos dosis administradas, bien de Pfizer o Moderna, y 2.268 de Janssen, fármaco que solo necesita una dosis para alcanzar la inmunidad. Un total de 175.171 personas con el suero inoculado, alrededor del 11,3%, mientras que en la Comunidad Valenciana son 414.858 los vacunados con AstraZeneca, pero no hay datos oficiales de cuántos son en la provincia. Una cifra que engloba a los sanitarios, mayores en residencias, docentes, bomberos, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, mayores de 80 y, entre 70 y 79 años. Actualmente, están vacunando a la franja comprendida entre los 66 y 69, mientras que los de 60 a 65 años recibieron el suero en los «vacunódromos».

En todas ellas, «sobre todo en la sanitaria y en los centros sociosanitarios, hemos observado una disminución, casi una ausencia de diagnóstico de infecciones nuevas en personas que están ingresadas en residencias como en el personal sanitario», indica Rosario Sánchez, jefa de Sección de Medicina Interna del Hospital General de Alicante.

Así, «cuando realmente se vacunen a todas las poblaciones de riesgo, sobre todo a personas por encima de los 60 años, y también a enfermos con patologías crónicas, oncológicas y transplantados, no solo hacemos que disminuya el riesgo de que se infecten, también que desarrollen una enfermedad más grave. Si realmente conseguimos que el 70% de la población, sobre todo la de riesgo, esté vacunada en verano, probablemente podamos tener una situación bastante óptima, manteniendo una buena incidencia», comenta Sánchez.

Aunque pocas cosas pueden darse por sentadas con respecto al virus, del que no se conoce todo, pese a llevar conviviendo con él alrededor de un año y medio, «conforme haya más gente vacunada, el distanciamiento social podrá ir realizándose de manera menos intensa y, poco a poco, ir disminuyendo las medidas de contención de la enfermedad, pero todavía es algo teórico. Cuando se alcance la inmunidad de rebaño, no sabemos cómo se va a comportar el virus», explica, añadiendo, «debemos tener mucho cuidado, el virus vive con nosotros , hay que vacunar lo más rápido posible y, de momento, no podemos quitarnos la mascarilla».

Fin del estado de alarma

Las incógnitas sobre la afectación del virus tras el fin del estado de alarma, el próximo 9 de mayo, son constantes. Ximo Puig ya adelantó que mantendrá restricciones y la desescalada será prudente. Para el doctor Joan Gil, jefe del Servicio de Neumología del Hospital General de Alicante, «la restricción de la actividad social tiene un efecto excelente para el control de la pandemia, hay que considerar de donde venimos, con una de las incidencias más altas de Europa y lo que hemos obtenido con las medidas de restricción en las últimas semanas», razona Gil. «Todo lo que sea reiniciar la interacción social y el relajamiento de estas medidas lo lógico será que conlleve un aumento de la transmisión de la enfermedad». Al igual que la doctora Sánchez, no hace previsiones, «sí será muy importante, grave o moderado no lo sabremos hasta que lo veamos. Sino respetamos lo que nos ha traído a esta situación tan buena en la que estamos, volveremos a empeorar», sentencia.

Para mantener la incidencia a raya, «cuanta menos interacción social mejor, con el estado de vacunación actual, creo que no debería de haber actividades en locales cerrados y quizá sí se podrían ampliar las actividades de hostelería en áreas abiertas y en el exterior de los edificios», destaca. Mientras que «el toque de queda ha sido fundamental y, de alguna forma, habría que seguir manteniéndolo, aunque se pueda modificar y seguramente debería de haber alguna limitación de la interacción nocturna. Eso es lo fundamental junto a la limitación de las interacciones en espacios cerrados y debería mantenerse», argumenta. Sin olvidar, «otras consideraciones sociales respecto a la actividad económica que las autoridades tendrán que balancear y decidir qué beneficio podemos sacar de alguna de ellas con el mínimo riesgo de volver a caer en una situación mala», afirma el doctor Gil.

La posibilidad de un pico de contagios tras el 9 de mayo es una realidad contemplada por los sanitarios. «Reiniciar la interacción social se acompañará de un aumento de casos, es la experiencia que tenemos en otros lugares d e España y Europa». Ahora bien, sortear una ola importante como las sufridas hasta ahora podrá ser posible «si mantenemos algún tipo de restricción de la relación social, si se sigue utilizando la mascarilla y respetando las medidas que se den en lugares cerrados respecto a convivencia y actividades sociales, la transmisión repuntará pero haciendo las cosas bien, lo suficiente para que podamos controlarla hasta que tengamos un porcentaje suficiente de población vacunada», señala Joan Gil.

Evolución y vigilancia

Una vez alcanzado ese porcentaje o inmunidad de rebaño «no sabemos cómo se va a comportar el virus. Ahora toca seguir poniendo en práctica lo aprendido: prudencia con las desescaladas, distancia social y vigilar al virus en número de ingresos y pruebas, así como en las mutaciones que puede sufrir a lo largo del tiempo. El estudio de su evolución en todos los países es algo que nos va a ayudar, vivimos en un mundo global y tenemos que trabajar de forma conjunta», ratifica la doctora Sánchez.

Ambos sanitarios, pertenecientes al equipo covid del hospital, recetan a la población «administrarse la vacuna, creemos que controlará la enfermedad. Es el principio del fin, que se conseguirá con la responsabilidad de todos al cumplir las recomendaciones sanitarias y de conselleria. Así terminaremos con esta pesadilla. Hay que ser optimistas, todo lo aprendido hasta ahora debemos utilizarlo para luchar contra el virus».

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