Sin datos públicos de los sonómetros municipales desde hace diez días, coincidiendo con la semana en la que se amplió el horario de la hostelería hasta las 22 horas, lo que permitió recuperar, en parte, el tradicional tardeo en la ciudad de Alicante, concentrado principalmente en el entorno de la calle Castaños.
La última actualización de la red de control del ruido en el Centro Tradicional y el Casco Antiguo fue el pasado 27 de abril a las 6 de la mañana. Esto significa que no se conoce el aumento de decibelios por la ampliación de horarios de la hostelería. El ruido derivado de los locales de ocio es un elemento clave de la sentencia de finales de 2019 que obliga al Ayuntamiento a implantar la Zona Acústicamente Saturada (ZAS).
Durante el gobierno del tripartito de izquierdas, el gobierno municipal decidió, a petición vecinal, poner en marcha un sistema que permite obtener medidas reales de los niveles de ruido las 24 horas del día, con el objetivo de conocer en qué zonas y momentos se registran los picos y si estos superan o no los umbrales límites establecidos en la normativa vigente. «La propuesta consiste en implantar una red de sensores de ruido y una página web en el portal del Ayuntamiento desde donde ciudadanos y gestores accedan a la información obtenida por el sistema», explica el Ayuntamiento en su página web, en la que se añaden parte de las ubicaciones de los sonómetros, que están localizados en puntos como Castaños, López Torregrosa, Mercado, Gerona, Portal de Elche, Plaza Gabriel Miró o Plaza de Quijano.
En estos puntos, desde hace diez días, no se sabe nada del ruido que se localiza en el Centro Tradicional. Sin embargo, hay dos sonómetros, ubicados en el entorno de San Cristóbal, que no recogen datos desde hace más de un año. En concreto, desde el 6 de marzo de 2020.
Desde el gobierno municipal que lidera Barcala alegan problemas por un cambio técnico: «Ha habido un cambio de plataforma de la empresa que gestiona este servicio que está causando un ligero retraso en la publicación de los datos. Las cifras pendientes están guardadas y se subirán al sistema una vez se habilite la plataforma». Cuestionados por los sonómetros que hace más de un año que no funcionan, pese a situarse en un punto estratégico del tardeo, el bipartito añade que cuando un aparato «presenta problemas se cursan las órdenes de reparación oportunas en el momento».
La falta de datos públicos por, supuestamente, un cambio en la plataforma, se produce con el inicio a la vuelta a la normalidad del tardeo. De hecho, el pasado sábado, la Policía tuvo que cortar los accesos a Castaños por las aglomeraciones.
Justo un día después de ese desmadre, el bipartito anunció que tras un año de parón por la pandemia reactiva los estudios para declarar el entorno de Castaños como ZAS, atendiendo así a la sentencia. Ahora, con motivo del final del estado de alarma, el ejecutivo decide retomar los trabajos con el inicio del procedimiento de contratación de la asistencia técnica en materia de ingeniería acústica para el apoyo en la elaboración del Mapa Estratégico de Ruido (2017-2022) y el diagnóstico de la contaminación acústica de ocio mediante un modelo predictivo de ruido. El área municipal destinará 14.800 euros a esta asistencia técnica externa.
Cuando el Ayuntamiento de Alicante disponga de toda la documentación actualizada sobre el ruido en el entorno del Centro Tradicional, se elevará a la Generalitat la petición de declaración de ZAS «si se dan las circunstancias», según precisan.
Cinco colores según la intensidad del ruido registrado
Cuando funciona, la red de sonómetros se convierte en una veintena de puntos de colores en el mapa de Alicante, localizados todos en el Casco Antiguo y el Centro Tradicional. Las tonalidades van desde el verde oscuro (escenario con menos ruido, con menos de 45 decibelios) al rojo intenso (con más ruido, por encima de los 75 decibelios). Los dos sonómetros que llevan más de un año sin datos, localizados en el entorno de San Cristóbal, figuran en blanco.
