Con la pompa de los discursos señalados, en un mensaje institucional, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, dio ayer el pistoletazo de salida a la última fase de la pandemia. La Comunidad Valenciana emprende un nuevo camino en el que el estado de alarma queda relegado a los libros de historia y los comentarios del recuerdo. Será, explicó, «un tiempo de apertura progresiva», un avance que, a diferencia de los anuncios anteriores, «no tendrá vuelta atrás», con la vacuna de escudo.
La apertura se apoya en tres medidas que se han ido deshojando y masticando en las salas de justicia, pero que no por conocidas dejan de suponer un respiro de alivio. La más importante, por tiempo y simbolismo, es que se acaba el perimetraje autonómico desde hoy. «Ya se podrá entrar y salir de la Comunidad Valenciana con plena libertad», expresó Puig dejando para el final la palabra manoseada del mes.
Esta medida llevaba en vigor desde el mes de octubre, con momentos de mayor y menor control, de mayor y menor permeabilidad, pero siendo su final la mejor imagen de recibimiento para esta nueva y final etapa. «Prometí que esta medida no duraría ni un día más», incidió el jefe del Consell que ni preguntó a los tribunales la posibilidad de ampliar esta medida. «Es hora de volver a casa», añadió como bandera de la calificada como apertura «emocional».
Las otras dos serán «la social y la económica» y tiene en el retraso de dos horas del toque de queda el principal punto disruptivo. Es seguramente la gran diferencia que se podrá notar desde esta misma noche porque darán las diez y no solo habrá paseantes de perros, trabajadores de vuelta o personas arriesgándose a sanciones. La nueva hora límite será la medianoche, por lo menos hasta el 24 de mayo cuando se revisarán de nuevo las medidas. Y de la mano de esta ampliación del horario de circulación nocturna va el de apertura de bares y restaurantes, que abrirán hasta las 23.30 horas, entre otras medidas que anunció el jefe del Consell. Estas medidas, reivindicó, «impulsarán la actividad de miles de negocios y que nos vuelven a un estado de normalidad casi plena».
Puig apeló a mantener la prudencia durante la desescalada, como «medida protectora fundamental mientras avanza la vacunación», que es «el gran activo en la superación de la pandemia», dado que el coronavirus «continúa ahí fuera». Esa circunstancia, recalcó, no se debe olvidar pese a que se suavicen las restricciones a partir de este domingo. Además, agradeció el compromiso mostrado por la ciudadanía durante estos meses.
