«Son un ejemplo a seguir». Esta es la frase con la que María José Juan, Directora técnica de la Asociación APSA, define a los usuarios que habitan en la residencia de la organización. Y es que desde que comenzó la pandemia, no han registrado ningún positivo por coronavirus, siendo una de las pocas en la provincia que se han mantenido sin casos. «La clave para ellos fue entender que todo lo que hacíamos era para protegerles», señala la responsable. Así, los 44 usuarios de la residencia han logrado esquivar al covid sin perder su sonrisa característica y agradeciendo a la vida, y a sus cuidadores, la libertad que les espera a partir de ahora.
El Hogar-Residencia de APSA, ubicado en San Juan de Alicante, cuenta con 44 usuarios, con edades muy heterogéneas y cuyos perfiles son personas con discapacidad intelectual. Tras el inicio del estado de alarma decretado por el covid, se llevó a cabo un protocolo de contención que obligó a aparcar sus rutinas. La directora técnica, María José Juan, asegura que estos momentos fueron muy complicados para ellos, ya que no entendían qué ocurría ahí fuera. Así, la asociación comenzó un proceso de digitalización con el objetivo de minimizar el impacto de virus en sus días y facilitar su confinamiento.
Las medidas de contención del virus en la residencia de APSA han sido muy estrictas hasta la vacunación completa de los residentes; prohibición de salidas al exterior y de visitas, siendo constantes el número de llamadas y videollamadas realizadas por los usuarios a sus familias. ¿Resultado? Cero contagios. Algo que para usuarios y trabajadores es todo un orgullo. «Nuestros residentes han sido pacientes y han entendido perfectamente que las restricciones están para protegerlos ya que en las residencias es donde mayor foco de mortalidad existe», apunta la directora.
Las restricciones poco a poco comenzaron a calmarse con la llegada de la vacuna. Una calma en forma de jardín exterior, donde salen a pasan el día y disfrutan de la compañía de sus amigos residentes y de los trabajadores de la organización. Tal ha sido la precaución que el 31 de abril fue el primer día en el que los usuarios pasearon por Alicante. Fue en furgoneta para minimizar riesgos.
«Estoy muy agradecida a todos los que nos han cuidado durante la pandemia, para mí son mi familia», cuenta entre lágrimas de felicidad María José Cortés, una usuaria de la residencia, al recordar cómo ha vivido el covid.
La positividad forma parte del ADN de esta asociación alicantina sin ánimo de lucro y señalan que la ventaja que les ha traído el virus ha sido la mejora asistencial tras la implantación online. «Antes si no podías asistir a tu sesión la perdías, ahora nadie en nuestra asociación pierde su formación, su sesión o su curso gracias a la implantación de la atención digital», señala María José Juan.
40 personas en ERTE
El área de empleo de APSA tiene como objetivo posibilitar la integración sociolaboral de personas con discapacidad intelectual y del desarrollo a través de la formación y de la consecución de un puesto de trabajo estable. Sin embargo, el coronavirus ha dejado en ERTE a 40 usuarios de este servicio que se encuentran actualmente sin trabajo. Algo que para la asociación es una prioridad a resolver.
«Necesitamos empresas colaboradoras para poder recuperar del ERTE a nuestros usuarios, ya que para ellos disponer de un trabajo es la mejor terapia », asegura la directora técnica, María José Juan. Así, lanza un llamamiento a todas las entidades provinciales, dispuestas a contribuir a rescatar del ERTE al máximo número de usuarios del área de empleo.
APSA ha ayudado durante este duro año a más de 2.500 familias gracias a sus programas específicos de prevención, atención temprana, educación, salud, formación, vivienda, ocio y empleo, orientados a facilitar la inclusión social y laboral de quienes lo necesitan.
