De la lectura casual de un artículo sobre la transpiración de las hojas y su relevancia para el medio ambiente, surgió en el Instituto Mare Nostrum de Alicante una pregunta sobre la que cuatro estudiantes de segundo de Bachillerato decidieron investigar conjugando la Biología con el cálculos matemático y las nuevas tecnologías en Informática, que les ha llevado al premio vídeoMAT 21 de cuarto de ESO y Bachillerato que convocan las sociedades y federaciones de Matemáticas de Cataluña y Baleares.
Laura Pastor, Nadia Antón, Aitana Bañuls y Lucía Martínez se embarcaron con sus profesores Lluís Bonet, Domingo Rueda, José L. Gavilán y Alberto Martín en un proyecto para el que han tenido que sacar muchas horas extra y que finalmente les ha valido este premio con mención especial.
¿Cuántos estomas tiene una hoja?, se preguntaron. La conclusión a la que llegan y que muestran en un divertido, al tiempo que sesudo vídeo, tras comprobar que depende tanto del tipo de planta como de la superficie de la hoja, es que «vuestra hoja de eucalipto tiene 481.176 estomas» o poros, como destaca el profesor al término del audiovisual, pero dejando abierta la posibilidad de seguir investigando.
El proyecto lo han trabajamos conjuntamente al modo de la enseñanza por ámbito o áreas que promueve la Conselleria de Educación. «Planteamos un método de medición lejos de la hoja cuadriculada, más anticuado», apunta el profesor Bonet. Y así es como perfilaron el dorso y envés de la hoja, calcularon la integral, su área y comprobaron que los resultados eran muy aproximados tanto sobre el papel como con una calculadora científica.
LA CIFRA 164 Estomas o poros por milímetro cuadrado tiene una hoja de eucalipto Lo han comprobado estudiantes del IES Mare Nostrum de Alicante conjugando Biología e Informática.
Pero además, consiguieron la implicación de una madre del instituto, que les proporcionó portaobjetos de laboratorio con cuadrícula integrada, y la lámina que obtuvieron tras aplicar laca de uñas transparente sobre la hoja la editaron en foto para verla en el microscopio y la ampliaron en el ordenador. Biología, Matemáticas e Informática, todo en uno y con ejemplos pegados a la realidad, que es como le gusta enseñar al profesor Bonet.
Sin ir más lejos, los alumnos de Secundaria en el mismo centro aprenden a calcular volúmenes tomando medidas y manipulando el calibre con copas de vermut. «Cuando manipulan un objeto y miden el calibre, trabajan con calculadoras también para obtener datos reales con decimales. «Para verificar la práctica vuelcan con la probeta un líquido con colorante y llega un momento que creen que se han equivocado porque llegan a la mitad de la copa y no parece que quepa tanto más», explican los profesores.
Queda solo un dedo de capacidad y, sorpresa, entra todo el líquido restante. «Es una manera práctica de solucionar pequeños proyectos interdisciplinares porque las Matemáticas van más allá de hacer cálculos. Buscamos la resolución de problemas con una visión más amplia, conectados con la vida cotidiana», añaden
Este aprendizaje genera entre los alumnos el debate «y fomenta el espíritu crítico, que es lo que llevamos años reivindicando desde las sociedades matemáticas. Queremos que tengan curiosidad e investiguen», abunda el profesor Bonet. Volúmenes como en este caso, superficies como el de la hojas, el caso es picarles la curiosidad para que lo que aprenden permanezca entre sus vivencias.
