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Las zonas de acampada registran un 90% en las reservas para el verano

Las asociaciones juveniles preparan sus campamentos en la provincia a la espera de que la normativa cambie y permita su celebración

Un grupo de scouts realiza actividades al aire libre para cumplir con la normativa. | INFORMACIÓN

Las empresas y propietarios de albergues y zonas de acampada han puesto su esperanza en el verano para recuperar las pérdidas económicas generadas desde el inicio de la pandemia. Las reservas se encuentran a un 90% de su totalidad y se centran en los meses de julio y agosto, período en el que cantidad de grupos scouts y asociaciones juveniles han programado sus actividades con la esperanza de que la normativa cambie y puedan realizarse. El Consejo de la Juventud, el IVAJ y Sanidad han realizado varias reuniones para trabajar las medidas que se anunciarán próximamente y que tanto empresarios como entidades juveniles esperan con positivismo.

Los campamentos de verano, al igual que otras actividades parecen estar un poco más cerca. Tras un año y medio de parón los empresarios y propietarios de zonas de acampada y albergues esperan poder cumplir las buenas expectativas de reservas que registran hasta la fecha. Muchas de las instalaciones de este tipo ubicadas en la provincia, tienen un 90% de su ocupación reservada para los meses de julio y agosto, una cifra que esperan que no decaiga debido a la normativa.

Actualmente, aunque se pueden realizar actividades educativas en grupos de veinte no están permitidas las pernoctas en grupo si no son personas convivientes por lo que los campamentos de verano no se podrían realizar. El Consejo de la Juventud, el IVAJ y Sanidad ya están trabajando la nueva normativa que se anunciará en las próximas semanas y que esperan respalde estas actividades.

Plantillas ampliadas

El responsable de gestión de los campamentos Naturjove, Ximo Roses asegura que «confiamos en la normativa y en que todos los grupos grandes que han hecho reservas las puedan mantener y así iniciemos la recuperación económica, ya que este año y medio ha sido muy difícil». Puntualiza además que «iniciar la actividad ya ha supuesto, a pesar de las pérdidas, una ampliación de la plantilla ya que si antes había que realizar dos limpiezas, una por la mañana y otra por la tarde, ahora hay que hacer tres como mínimo». En cuanto a los cambios que han notado por parte de los clientes especifica que «antes de la pandemia muchos de los grupos que venían cocinaban y ahora piden que nosotros les demos todo hecho para evitar complicaciones en cuanto a lo que en un futuro exija la normativa». Por su parte el presidente de la Federación de Scouts Valencians, José Gómez puntualiza que «los grupos se están preparando y tienen elegidos los destinos, en su mayoría han apostado por hacerlos dentro de la misma Comunidad Valenciana para evitar variaciones de normativas; por parte de la Federación tenemos buenas sensaciones en cuanto a que la normativa cambie y permita que se puedan llevar a cabo los campamentos». Asegura que «hemos de ser conscientes de que la pandemia sigue y por lo tanto igual que continúan muchas otras cosas de la vida cotidiana los campamentos son una parte de la vida de muchos y por ello aunque con una realidad distinta hay que apostar por su celebración tanto por los educandos como por las familias que al final saben que sus hijos necesitan de este tipo de actividades y que son una vía de escape que recobra aún más importancia en una situación como la que estamos atravesando».

Rocío Parra, coordinadora del Grupo Scout Quetzal de Mutxamel, puntualiza que «aunque al principio teníamos dudas y no sabíamos si plantear o no el campamento los asociados lo han apoyado, ya tenemos bastantes confirmaciones y esto indica que las familias saben que sus hijos necesitan salir y relacionarse y saben que las actividades se van a realizar con todas las medidas de seguridad e higiene».

Parra insiste en que «en las actividades que hemos realizado en las últimas semanas hemos visto que la concienciación es muy grande por parte de todos, tienen las medidas muy interiorizadas y al final se adaptan a los cambios sin problemas».

Por su parte indica que «aunque desconocemos la normativa el equipo de monitores ya ha empezado a trabajar y sobre todo a poner encima de la mesa diferentes supuestos que se pueden dar para ir programando las actividades que se quieren llevar a cabo, al final sabemos que tendremos que cambiar y adaptar cosas pero es tanta la ilusión que tanto monitores como educandos tenemos que nos hemos puesto manos a la obra con la completa esperanza de que el campamento sea una realidad».

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